lunes, 22 de junio de 2009

Transas y "policías privados"

47 NIÑOS MUERTOS POR LAS TRANSAS, LA PREPOTENCIA, EL JUEGO DEL PODER, LAS RELACIONES DE LOS PODEROSOS, LAS INTRIGAS Y LOS NEGOCIOS DE LA POLÍTICA ES EL RESULTADO, HASTA HOY, DEL INCENDIO DE LA GUARDERÍA ABC, DONDE UNA DE LAS PIRMAS DE MARGARITA ZAVALA Y PRIMA A SU VEZ DE LA ESPOSA DEL GOBERNADOR DE SONORA, TIENEN EN SU HABER, SOBRE TODO, CUANDO NADIE NOS PUEDE EXPLICAR QUE EN ESA BODEGA DIVIDIDA EN TRES PARTES, DOS, OCUPADAS POR OFICINAS DEL GOBIERNO DEL ESTADO, SE PAGABAN COMO RENTA TOTAL, POR PARTE DEL GOBIERNO DEL ESTADO Y EN ESTO, CON TOTAL CINISMO SE NOS DICE QUE NO HAY CULPABLES Y QUE SI LOS HAY ES POR NEGLIGENCIA Y OTRAS TRANSAS POLÍTICAS CON LAS QUE SE MANIPULA LA LEY Y LA JUSTICIA PARA QUE LOS PODEROSOS, COMO SIEMPRE, SE BURLEN DE TODOS Y POR TODO, TOTAL, PARA ESTO ES EL PODER, DONDE EL QUE MANDA MANDA Y SI SE EQUIVOCA PUES VUELVE A MANDAR.

Curiosamente se habla de que ahora las culpas son totalmente del gobierno del Estrado y de sus funcionarios, cuando menos, así lo declara antes que cualquier ministerio público el Director del IMSS y las malas lenguas dicen que esto se debe a que al inicio del conflicto el Señor Gobernador, Eduardo Bourns, no se pudo callar y de inmediato, declaraba a los medios de comunicación, sobre el parentesco de una de las dueñas de dicha guardería con la señora Margarita Zavala, esposa del todo poderoso señor presidente, Felipe Calderón, cuando momento antes, por varios medios de comunicación que responden a los requerimientos que se necesitan en Los Pinos, la Señora Zavala, tal vez, manipulada por sus consejeros de imagen y políticos, declaraba que no sabía de dicho parentesco y que solo recordaba que existía algún bisabuelo entre los parientes que les ligaban y, poco tiempo después, el mismo gobernador daba la ratificación de su primer dicho, sobre la existencia de el parentesco de tal forma que declaraba que en todas las visitas de la pareja presidencial, cuando menos, una de las invitadas especiales para acompañar a la señora Margarita era precisamente esa incómoda y repudiada prima. En política no se castigan los delitos, se castigan los escándalos y esto es lo que está sucediendo en Sonora.

La realidad es que nada tendría que ver el que un pariente cometiera delitos o hiciera uso de sus influencias para sostener sus negocios, esto es lo que realmente priva en la “democracia mexicana”, lo que resulta increíble es que, los asesores de imagen y políticos, se apaniquen, se atemoricen, no sepan el cómo decir la verdad y enredan a los políticos y enredan todo de tal forma que una mentira genera otra y por ello se pierde credibilidad y confianza en los asuntos. Esto es lo que sucedió con el parentesco de esa prima sonorense con Doña Margarita que, a su vez, también es prima de la esposa del gobernador Eduardo Bourns y, en esa cadena de mentiras, cinismo y terrores políticos, se va descubriendo la red de complicidades, corruptelas e ineficiencias que se dan en el campo de las guarderías privatizadas de tal forma que lo que sale en realidad, es la demostración de que las privatizaciones, al igual que los malos manejos de las empresas del estado y operadas por burócratas, solamente sirven para que un grupito se sirva con la cuchara grande y logren enriquecerse por medio de corruptelas o por medio de los negocios. Es lo mismo que sucede en las famosas empresas de Seguridad Privada que se desarrollaron gracias a las complicidades de los policías con otros policías, con políticos y funcionarios, generando y provocando la inseguridad en todo el país y, con esos escándalos, lograron posesionar a las empresas de seguridad privada con el fin de que seamos los ciudadanos los que paguemos directamente por la protección o media protección que nos pueden brindar, de tal forma que, hasta los lugares donde trabajan las policías, los aeropuertos y puertos están cuidados por esas empresas, donde los presupuestos públicos se dan con facilidad y se enriquecen a grupos importantes de policías que son los dueños de ese enorme negocio, al grado que, en la actualidad, tenemos en este campo más de cien mil elementos pagados por la sociedad y por los presupuestos oficiales para seguridad, que van a dar a los bolsillos de un grupo de pillos, de empresarios y financieros, que son los que tienen ese gran negocio y ese enorme pastel.

Por ejemplo, vemos que en los aeropuertos se pasean y se exhiben los policías de Seguridad Pública Federal, cargan maletas, hacen favores, se pavonean ante las señoras guapas o se lanzan a ayudar y auxiliar a los políticos y hombres poderosos, los que hacen la chamba de la seguridad entre comillas, son los grupos de policías privados que no tienen las funciones de la policía pero que actúan como tales y se manejan como tales de tal forma que se violan derechos y garantías de los ciudadanos y cuando se queja uno, pues no se encuentran a los responsables, porque esto tipo de “policías” se cambia de turno o de sitio y con ello arreglan el problema, también, por medio de esas empresas de seguridad privada y de sus guaruras, que no son policías, se hacen las transas para pasar contrabando o para cruzar los indocumentados, las armas o el dinero y las drogas con las que en verdad se hacen los grandes negocios de tal forma que, muchas empresas de seguridad privada, en la realidad, son empresas ligadas a los grupos de la delincuencia organizada que sirven para brindar protección y vigilancia en todos los sitios que así determinen los grandes capos de acuerdo con los jefes y funcionarios de la seguridad pública y nacional en México.

Usted puede llegar a un aeropuerto y lo más seguro es que se encontrará con los “policías privados” que no son policías, haciendo las veces de policías, cuando no están ni capacitados ni autorizados para tales funciones, se muestran prepotentes, le hacen levantar las manos como si fuera uno un delincuente cuando la realidad, ellos mismos, son los que pasan lo que se les pide o les ordenan sus jefes y, se hacen loco, cuando las cuerdas de indocumentados pasan por sus narices y no hay funcionarios de policía que estén al lado de ellos, porque esos elementos de la seguridad privada, son los encargados de cobrar las cuotas y arreglar los tránsitos de todos los indocumentados, de sacar las maletas de dinero o de drogas, de contrabando o de las cosas que les ordenen sus superiores y así, los policías reales, los que están obligados a proporcionar y dar la “seguridad”, no están en sus puestos, andan chacoteando, de galanes o de serviles ante los poderosos para ver si les ayudan a mejorar sus servicios o sus puestos y en esa cadena de corruptelas y complicidades se van deteriorando todos los elementos de “seguridad” y por ello, esos guaruras de pacotilla solo se muestran resentidos y prepotentes cuando pueden obligarle a uno a dejar todas sus cosas en las charolas y pasarles los aparatos para ver si cargamos armas o dinero y, con este sentido, demostrarnos que ellos son “la ley” y que sus jefes, sus empleadores, por gozar de amplias relaciones con los altos mando de las policías que son los que autorizan a esas empresas en su operación a pesar de que no cuenten con capacitación y preparación, sean un gran y productivo negocio, donde se pueden ocultar verdaderos delincuentes que sirven para protección a funcionarios poderosos, enriquecidos miembros de la sociedad y de los pillos que abundan en el país… así, entre quemados y odiados nos tenemos que mover y aguantar a los corruptos y a los “policías privados” que no dejan de ser simples guaruras prepotentes y larvas de delincuentes… pero, en este país nos tocó vivir… y ni hablar, nos jodemos o jodemos, no hay más. Por esto es común ver a los policías efectivos acompañar como nanas en activo a los jefes no se vayan a perder o se los vayan a perder… los jefes ¿se darán cuenta de esto?, es pregunta, lo vemos todos los días en los aeropuertos: transas y más transas, y de seguridad pues ni hablar, mejor callar…


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