lunes, 4 de enero de 2016

A mi manera

“A MI MANERA”
         “Y ahora, el final está aquí
Y entonces enfrento el telón final.
Mi amigo, lo diré sin rodeos, hablaré de mi caso, del cual estoy seguro.
He vivido una vida plena.
Viaje por todos y cada uno de los caminos.
Y más, mucho más que esto, Lo hice a mi manera”
“Arrepentimientos, he tenido pocos.
Pero igualmente, muy pocos como para mencionarlos.
Hice lo que debía hacer, y lo hice sin exenciones.
Planeé cada programa de acción, cada paso cuidadoso a lo largo del camino, y mucho más, más que esto, lo hice a mi manera”
“Si, hubo oportunidades.
Estoy seguro que lo sabían.
Cuando mordí más de lo que podría masticar.
Pero al final, cuando hubo duda, me lo tragué todo y luego lo dije sin miedo.
Lo enfrenté todo y estuve orgulloso, y lo hice a mi manera.”
“He amado, he reído y llorado.
Tuve tantas experiencias, me tocó perder.
Y ahora, que las lágrimas ceden. Encuentro divertido pensar que hice todo eso y permitiéndome decir sin timidez:
¡Oh, no, oh, no, a mí no, yo sí lo hice a mi manera!”
“Pues qué es un hombre, ¿Qué es lo que ha conseguido? Si no es a sí mismo, entonces no tiene nada, decir las cosas que realmente siente y no palabras de alguien que se arrodilla.
Mi historia muestra que asumí los golpes y lo hice a mi manera”.
Paul Anka.
         En realidad es una canción que nos deja no solamente la alegría de escucharla sino la reflexión de lo que hacemos en la vida, cuando al final lo podemos hacer: a mi manera. Cada uno, con lo que deja o es, sin miedos, sin reproches, aprendiendo a cada paso, porque finalmente la vida es una constante forma de aprender y perder, de asumir nuestra propia responsabilidad, de ser nosotros no lo que quieren los demás, ser y no querer ser.
         Así cada final de año, hacer una crítica y una autocrítica de lo que hemos caminado nos llena de experiencia, la vejez tiene esa ventaja y la puede recuperar y así como ya no esperamos nada, sabemos que todo lo hecho es parte de la vida y del amor o el dolor o el terror que muchos tienen a enfrentarla. Simplemente cuando se camina no hay forma de volver a nuestros pasos ni solucionar los errores cometidos, solamente hay que enfrentarlos día a día, sabiendo que lo que hacemos lo hacemos con profundo amor y cariño a nosotros y a los demás, sin esperar nada. Nadie se llevará nada, llegamos encuerados y encuerados regresaremos al fuego o a la tierra y a los recuerdos de los que nos extrañan o aman. No es para llorar las partidas o para llorar las experiencias, hay que vivirlas, sentirlas, digerirlas, estimularlas, sabe r cargar con cada una sin remordimientos y sin justificaciones, si lastimamos a alguien pues pidamos perdón o tratemos de mostrar que no quisimos hacerlo y darle un nuevo valor a nuestro trato, sin remordimientos ni dolores, simplemente como debe ser: a mi manera. A la de cada cual y cada uno. En fin se termina el año, es un simple pasar de días y una gran oportunidad de los comerciantes de sacarnos lo poco que tenemos, no son regalos lo que se debe dar en una fiesta, sino darnos a nosotros con ese cariño y lealtad a lo que más queremos: a nosotros y a los que amamos, sin más, sin preguntas y sin remordimientos: simplemente, a mi manera o a tu manera…

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