jueves, 8 de agosto de 2013

Pobres pagan, ricos de fiesta

Cuando uno camina por las calles de Oaxaca, en plena fiesta de la Guelaguetza donde muchos turistas llegan a deleitarse con los bailes y comidas regionales, visitando sitios históricos, caminando por las calles de esta bella ciudad, se va dando cuenta, después de un tiempo que no todo es belleza, que también existen el hambre, la marginación, la miseria, el abandono, la corrupción, la ineficiencia de los gobernícolas, la demagogia de los grupos políticos, la confrontación social, el enojo, la frustración y el resentimiento social y económico. Están lo que todo tienen, es la “vallistocracia” reinante, la que gobierna o desgobierna, la que se publicita como “eficientes anfitriones“ en un pueblo que lo brinda todo, lo da todo, para que un grupo de pillos y hampones se publiciten y se embolsen los recursos que se supone deben ser para todos. En la Guelaguetaza, los gastos los pagamos todos, reciben, los gobernícolas, además, subsidios de empresas y del gobierno federal y se los embolsan, así se quedan los adeudos sociales para hacer negocios privados y luego dicen, con la boca llena de mentiras, que el turismo es la salvación de los oaxaqueños, claro que es la salvación para los dueños de las empresas turísticas, de los restaurantes, de los negocios, del gobierno, pero no lo es para los ciudadanos que solamente reciben las migajas de toda esa derrama económica por medio de miserables sueldos que no llegan, a veces, a cubrir ni los salarios mínimos… si eso es salvación, mantener con vida a los hambrientos, solo tiene como objetivo el que se incorporen al mercado nacional y se conviertan en consumidores, para que dejen lo muy poco que ganan en boberías y artículos chafas o comidas chatarras… pan y circo es lo que mantiene a este pueblo de indignados, en sometidos y acobardados.
Finalmente, por presión de esa “vallistocracia reinante”, se suprimen los subsidios a los pobres para beneficiar a las mayores ganancias de los ricos, así es la visión de los gobernícolas en esta entidad donde la pobreza es la marca y la explotación la constante ejercida por medio de un pequeño grupo que todo lo manipula, hasta a los grupos de la propia “oposición”para que todo siga igual y se pueda continuar robando y engañando a la gente.
ASÍ, OAXACA, está dividida en dos grandes grupos que les impone el sistema económico por esa “vallistocracia” y por ese grupo de poder que abarca a todos los grupos y partidos políticos: un sector extremadamente rico y privilegiado y otro, sumido en la miseria y la desesperación, en el hambre, en la discriminación y el abandono, en el engaño. Los pobres están tan desesperados que van hasta por las migajas que les brindan y, con ellas, se someten a los acuerdos de los “dirigentes”de sus grupos que son parte de esos grupos privilegiados. En esta entidad se ve a los dirigentes como reyes y caciques, como hombres de poder y de dinero que no son parte de ellos, de los pobres y marginados, forman una clase y una casta aparte que es la que manipula a la población. Y es que el mismo sistema impone la canalización de los recursos hacia los ricos y poderosos, a los que controlan el poder, a los inversionistas nacionales y extranjeros que hoy, con el cuento de las inversiones, que no benefician a los muchos sino que son parte de los recursos de los pocos, se piensa, en algunos lados, que se generará mayor empleo y riqueza y eso tal vez sea realidad, para un grupo de privilegiados y para los propios inversionistas, los jodidos, solamente reciben las migajas de sus mesas y del poder. Así, la población, los jodibles o injodibles, no saben los acuerdos que se operan en lo oscurito, ni lo que eso significa, solamente tienen que aceptarlo y callados, sin protestas, para recibir algo de lo mucho que ellos se llevan con sus inversiones y acuerdos. Sin saber ni conocer, creemos que eso no funciona, cuando en la realidad es lo que opera a favor de unos cuántos y en perjuicio de todos los demás, de las mayorías, de los miembros del infeliciaje nacional, eso sí, con la Guelaguetza, la “vallistocracia está de fiesta”, los jodidos pagan y los ricos se llevan las ganancias.
Y LO QUE no dicen a los jodidos que esperan los milagros y las migajas para no morir, es que cuando llegan los capitales extranjeros ligados con los hombres del poder y los nacionales, vienen, no a dejar, sino a llevar a sus bolsillos. Ellos, saquen los recursos naturales y pagan precios menores de la mano de obra, por esa razón, desde hace mucho, con el cuento del empleo, las maquiladoras siguen pagando por un día de trabajo a los jodidos cinco dólares, cuando en sus países pagan esto, cuando menos, por una hora si no es que más y tienen que pagar prestaciones y servicios sociales y atención médica, aquí no, aquí pagamos por ellos y sacamos esos recursos de los fondos públicos para que se los embolsen los ricos con sus socios en el poder. Un claro ejemplo es que ellos ocupan terrenos que no son de ellos y pagan una migaja por su uso y explotación y, además, esos recursos que reciben los políticos y gobernícoles dicen que es para obras y servicios públicos de esas comunidades, ni siquiera llegan a los bolsillos de los dueños de la tierra o los que viven en esas zonas, ellos, tienen que pagar con esos recursos que son de ellos, por lo que con los fondos públicos se deben atender en necesidades y obras y servicios, por esa razón insistimos, las deudas son sociales y los negocios y utilidades son privadas, para unos cuántos gobernícolas y sus socios, miembros de esta vallistocracia que nos explota, engaña y roba…. Ellos, trasladan la explotación de materias primas, empresas y fábricas a este tercer mundo para pagar menos y ganar mucho más, no lo hacen para solucionar el problema de la explotación y el desempleo, lo hacen porque así les dejan más ganancias y es por ello que en sus propios países, ellos, generan el desempleo y la crisis quel os afecta a todos por igual.
Y no nos hagamos tontos, la economía norteamericana y la que han impuesto en el país, solamente se reactiva por medio de las guerras generales o las locales y es por esa razón que, en esa guerra contra el narcotráfico, se gastaron miles de millones de pesos y dólares que solamente beneficiaron a los grupos de narcotraficantes, porque aumentaron los precios de las drogas y aumentaron sus ganancias y tuvieron más recursos para invertir por medio del lavado de capitales en combinación con los políticos, empresarios, banqueros, policías que les sirven y cuidan a ellos, no a los ciudadanos y, con ello, como señalaba Enrique Peña Nieto, pagamos en esa guerra, además de los altos costos, con más de setenta mil asesinados; nosotros pusimos los muertos y ellos se llevaron las ganancias, como en la Guelaguetza, los ricos de fiesta y los pobres pagando…
Adquieran el libro: “El 68 visto a los 68 años” ya lo puede adquirir en librerías El Sótano o solicitarlo por internet a esa empresa. Espere la aparición del tomo dos: “La dictadura de la memoria: el poder de los indignados”.

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