martes, 27 de agosto de 2013

Manipulación y propaganda

INSISTIMOS, NO NOS FALTAN RECURSOS, NOS SOBRAN LADRONES.
De acuerdo a los datos de algunos estudios realizados en la Ciudad de México, el “35% de los jóvenes entre los 18 y 29 años de edad en la capital reportan que han sido víctimas de algún delito en el último año”, estos datos indican que los jóvenes son víctimas mayores ya que solamente en el resto de la población se han reportado el 25% de víctimas de delitos. “Entre los adultos de 30 a 49 años el porcentaje de victimización fue de 26 por ciento y entre mayores de 50 años fue de 17 por ciento”, de acuerdo a los datos de Rodrigo León en su reportaje de Reforma del día 26 de agosto.
La realidad es que los robos son asaltos a su persona y este porcentaje es brutal y amenazador, de tal forma que de acuerdo a los datos el 63% de ellos se dan en el Distrito Federal pero entre los jóvenes menores de 30 años este porcentaje sube hasta el 83%.
Una de las formas de control de la población es influir sobre el terror y el horror en el que viven, sobre todo cuando ellos andan más preocupados por encontrar una forma de vida, un trabajo, la realidad es brutal y exige de ellos un enorme esfuerzo en la búsqueda de empleo y de ocupación remunerada de tal suerte que hoy en día ,la única fuente de empleo es el comercio informal y por esa razón el aumento de robos, violencia intrafamiliar, drogadicción, abandono y deserción escolar. Los jóvenes no ven la salida, o se incorporan a las pandillas que abundan en las colonias populares, se ingresan a las filas del crimen organizado o van de calle en calle siendo víctimas también de la explotación que existe en el comercio informal o entran en los negocios del contrabando, tráfico de drogas y gentes y, en tales condiciones, la propaganda patriotera del gobierno surte efectos adecuados en la manipulación y en el control de los grupos sociales y es ahí donde la importancia de la participación de los “intelectuales progresistas”surte un mayor efecto, porque de su participación se nutre el control de la población para despertar el fanatismo patriotero que llega a los niveles más absurdos de violencia y represión. Cuando la propaganda estatal recibe apoyo de las “clases cultas” se dan fenómenos como el de Hitler o el de Stalin en la manipulación de masas que, finalmente, protegen los intereses de los grupos privilegiados tal como se ha visto a lo largo de muchos ejemplos históricos.
Las masas se consideran estúpidas, para muchos de esos manipuladores y es así que todos los esfuerzos publicitarios y de comunicación están diseñados en tales condiciones, donde hablando de democracia y de libertad, se imponen las dictaduras de grupos privilegiados y con su participación en las votaciones, se legaliza ese control de algunos miembros de esos grupos de las “clases cultas”. La misma democracia impone a las mayorías bozal y cadenas con las que ellos se controlan, de ahí los abusos con los que se cometen toda clase de tropelías y corruptelas, de negocios y de impunidad que se manifiesta en los grupos de poder.
Para poder controlar a los “rebaños” del infeliciaje, hoy en día, se acostumbra el manejo y la implementación de los consensos proporcionando la sensación de tolerancia y de buenas formas para evitar los estallidos y explosiones violentas de los jodidos, entendiendo que la mayoría de la gente se rige por las emociones y no por las razones, de ahí el manejo por medio de los deportes, telenovelas y programas de chistes, chismes y tragedias. O VER LOS ESPECTÁCULOS DE DESFILES PARAMILITARES O LAS SESIONES DEL CONGRESO.
EN los esquemas y manejo operativo del presidencialismo en México, el control era sencillo porque solamente se limitaba amenazar a los grupos o darles de golpes para que no salieran del control y se mantuvieran en un nivel de protesta conveniente para evitar el uso inmoderado de la fuerza, pero en la medida en que la sociedad se democratiza y es más libre, se tiene que recurrir al control y uso de las técnicas de la propaganda política, así se sustituyen la represión policiaca por el manejo y control por medio de la propaganda y los medios de comunicación que además, pagamos todos, porque su sobrevivencia económica está regida por la utilización de los recursos públicos destinados a la comunicación del grupo del poder. Destinamos recursos públicos que deberían ser usados en programas sociales en mantener a los medios subvencionados por parte del gobierno y en los que ellos saben que se ejercerá un control absoluto de acuerdo a los intereses del grupo gobernante. Así, además de los consensos, hoy en día se utiliza el manejo y control de las mafias de los partidos agrupados en los pactos políticos, donde se imponen las decisiones tomadas en beneficio de los grupos del poder.
Es por ello que en el esquema de la propaganda manipuladora se hace hincapié en que la mejor forma de participar en los procesos políticos es solo, no en grupos organizados, esto permite a las gentes del poder manipular y negociar con personas no con grupos, porque organizados podrían ser más que simples espectadores de la acción, podrían participar en la misma acción, buscando los cambios que les beneficien a todos y limitando los excesos del grupo de poder. Por medio de la propaganda política de los grupos de poder, se puede lograr presentar a cualquier grupo opositor, como negativos y peligrosos ya que perjudican o frenan los cambios que supuestamente nos beneficiarán a todos, cuando en la realidad están diseñados para su propio beneficio y para proteger sus intereses económicos y políticos. La buena propaganda impide que la gente piense, así, por medio del terror y del horror se maneja la manipulación para que la gente se evada de la realidad y se meta en las telenovelas, los deportes y los programas de chistes y de chismes; es importante distraerlos y marginarlos de la realidad y de la organización social y política; por lo mismo ya no hay partidos ni organizaciones sindicales y políticas y es por esa razón que la misma publicidad acepta que esos mecanismos no son viables ni buenos porque, finalmente, son manipulados, de tal forma que las gentes les han perdido la confianza y no tienen credibilidad.
En tales condiciones, el exceso de información genera la desinformación y permite que la gente se margine y se distraiga y no tenga forma de organizarse o de expresarse y, en tales condiciones, deja que otros tomen las decisiones que ellos deberían controlar y tomar, es por ello que los grupos del poder manejan los recursos públicos y las obras y servicios para hacer más negocios y, con los dineros públicos, hacen los grandes negocios privados que solamente les benefician y aumentan sus riquezas, mientras, las mayorías, son desocupadas, marginadas y empobrecidas y sin oportunidad de usar los recursos públicos en su provecho y beneficio.

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