miércoles, 22 de diciembre de 2010

Salario mínimo y pinchito...

CUANDO nos enteramos del aumento al SALARIO MÍNIMO que llega a cuatro pesos en el mejor de los casos, recuerdo que hace algunos años, en el Istmo de Tehuantepec, fui invitado a una ceremonia de bautizo y después de la misa, los padrinos, siguiendo la tradición, lanzaron monedas de diferentes denominaciones al grupo de chiquillos que rodeaban la fiesta. Cayeron y todos se lanzaron por ellas, comenzaban a circular las monedas de cincuenta centavos y rodando quedaron varias cerca de donde estaba, acercándome a un niño le dije que ahí estaban esas monedas, en una rápida vista las dejó diciéndome: “No sea Güey, con esas, no compras ni un chicle”… y también recordaba aquella canción que interpretaba Pedro Infante y que tanta gracia hacía a mi madre cuando la escuchaba en la radio: “Oye Bartola, ahí te dejo esos dos pesos. Pagas la renta, el teléfono y la luz, con lo que sobre hay me compras mi alipus…”. Tal vez, el presidente, Calderón, que le da por cantar en las pachangas, recordó esa canción tan “ranchera” como las que les gusta interpretar con el aplauso y las risas de los asistentes, porque la verdad es que no canta tan bien y solamente le aplauden por ser quién es y, con el Secretario del Trabajo, para reírse de una vez por todas por la sumisión de los dirigentes obreros y patronales, decretaron, como “regalo de Navidad”, el aumento de cuatro pinches pesos… al salario mínimo y es hasta hoy que entiendo la razón por la que le dicen “mínimo,” porque no sirve para nada… como las monedas de cincuenta centavos que el niño declaró que no servían ni para comprar chicles…

Y mientras, en todos los diarios, aparecen las fabulosos, increíbles cifras de los aguinaldos que se dan los funcionarios y que toman como si realmente hubiesen trabajado. Igualmente, los diputados y senadores, los ministros de la Suprema Corte, en fin, no sabemos, porque son datos de “alta seguridad”, los sueldos y los bonos de “riesgo” que cobran los policías y los funcionarios que ligados con los delincuentes están haciendo el gran negocio de su vida con el cuento de la “seguridad”. Y mientras ellos cobran, al igual que los gobernadores y demás políticos, mientras ellos comen Pavo y toman excelentes vinos, se dan unos con otros, no sean mal pensados y albureros, el intercambio de regalos, cualquier madre que reclame justicia y se coloque pensando que tendrá “seguridad” frente a las puertas de cualquier palacio municipal, estatal o federal, sabe que la pueden asesinar y a sus parientes cercanos también, tal como ha sucedido con Maricela Escobedo en la ciudad de Chihuahua. Esta, sería una nueva forma de que los suicidas lograran atraer la atención de su muerte y así se podrían declarar en Plantón de protesta para ver si los sicarios de las mafias o del mismo gobierno, les hacen el favor de matarlos, como “dios manda” y no quedar en “pecado mortal”…

Mientras millones de empobrecidos trabajadores recibirán cuatro pesos de aumento a sus salarios mínimos, nadie habla del aumento de precios que ha sufrido la “canasta básica” que en el lapso de gobierno de Vicente Fox y de Calderón tiene un aumento del 68% y si hablamos del aumento a la electricidad, gasolinas, prediales, impuestos y toda la gran lista, podríamos pensar que el objetivo del gobierno es que, todos, seamos felices… pero muertos, porque los que somos católicos sabemos que muertos en tales condiciones de persecución, explotación, injusticia, nos hace acreedores de estar en el Cielo, con el mismísimo Señor… a su lado. Y ya saben ustedes, los panistas, son “devotos”, a pesar de que llegan al poder sin contar con suficientes votos y son ,como los viejos “mochos”: tragan santos todo el día y con el “Jesús” en la bocay defecan diablos cada vez que tienen que hacerlo para defender sus intereses “terrenales”… así, con golpes de pecho y responsos, nos dejan ir los chingadazos para tenernos muertos de hambre y en la desocupación, ya que, tal parece, que Calderón, como “presidente del empleo,” solamente les dio chamba a los policías y a los sicarios, porque los demás, no existen… y, los que se existen, son en las calles, en el ambulantaje, que también genera empleos y evita que muchos desempleados caigan en manos de la delincuencia organizada y del gobierno. Prefieren andar “toreando” a los inspectores que estar esclavizados en una chamba que no les deja ni para pagar los camiones que tienen que tomar para llegar a tiempo al sitio que, supuestamente, les pagará el salario mínimo… con su respectivo aumento de cuatro pesos…por esto estamos como estamos…

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