jueves, 9 de diciembre de 2010

Premio Nacional de Locución 2010. Gracias.

EL PRÓXIMO DÍA 9 DE Diciembre, la Asociación Nacional de Locutores de México, A.C. y la Federación Hispanoamericana de Locutores me galardona, por acuerdo del jurado calificador del Premio Nacional de Locución 2010, con la presa “AGUSTÍN BARRIOS GÓMEZ” por la labor en la categoría de Análisis Político, este premio nos lo entregará la profesora Rosalía Buaún Sánchez como presidenta de la A.N.L.M a las 18 horas en el Museo de la Ciudad de México, por lo cual doy gracias y me permito informar a mis amigos y lectores porque una buena nueva siempre se debe compartir con nuestros afectos.

Y es especialmente significativo cuando vemos que existen intereses de muchos sectores de la política de la derecha que promueven el miedo, en contra de los medios de comunicación y de comunicadores que les resultan “incómodos”, utilizar los instrumentos que supuestamente se deben usar para detener y desmantelar a los grupos de la delincuencia organizada como un instrumento político para la represión selectiva en contra de medios y de comunicadores, es un tema que todos debemos meditar y reflexionar, porque estamos entrando a los métodos fascistas que utilizan los grupos y gobiernos de derecha que usan el miedo y el terrorismo oficial en contra de los que consideran “incómodos” o contrarios a sus ideas e intereses, así que hoy, la utilización y la manipulación por parte de la policía política de los delincuentes con protección llamados “testigo colaboradores” o “testigos protegidos”, para que ellos declaren lo que los policías o los políticos consideran es factible para reprimir, meter miedo, terror o liquidar a los comunicadores y a los medios que no les son afines, es entrar de lleno a la política del terror fascista y esto que de golpe liquida o pretende mediatizar en sus investigaciones y comentarios a muchos comunicadores, podrá ser usado como un arma más de la policía política que controla la política nacional en contra de los enemigos del gobierno o políticos en el poder, puede ser usada en contra de empresarios o contra cualquier ciudadano o grupo que sea declarado enemigo del gobierno, de los políticos y policías en el poder .

Si permitimos que los instrumentos judiciales y las instituciones destinadas a combatir la inseguridad y el crimen se usen con fines políticos represivos, entraremos en una época terrible, donde la policía política sea la que determine el destino y la vida de los ciudadanos, sobre todo, peligroso, cuando entendemos y sabemos que las policías son el instrumento real para la operación de la delincuencia organizada que está íntimamente ligada con los políticos, banqueros, especuladores y grupos paramilitares de la ultraderecha. Conservar el poder utilizando los métodos de “eliminación selectiva”, el terrorismo oficial y la represión es invitar a la insurrección y a la violencia de muchos grupos que no tendrán otra alternativa a pesar del alto costo en vidas y sufrimientos que genera una lucha de tal naturaleza en un país como el nuestro. En unas notas de un libro autobiográfico que pronto publicará Cuauhtémoc Cárdenas, nos muestra este rostro represivo, cuando habla de la represión en 1968 operada desde el poder y por medio de grupos paramilitares afectos a la represión civil, no importando los altos costos en perdida de vidas y espacios democráticos. Lo mismo habla sobre el terrorismo de estado aplicado al atentado en el avión en donde pierde la vida Carlos Madrazo con otros noventa pasajeros por parte del mismo grupo de represión paramilitar operado con el acuerdo del presidente en turno. Esas confesiones y reflexiones de Cárdenas, con pleno conocimiento de causa, deben hacer reflexionar sobre esta nueva etapa represiva que se intenta establecer en el país por medio de la policía política y encubierta en una aparente lucha contra el crimen organizado, cuando en realidad tienen la intención de fortalecer las policías y por medio de ellas y sus testaferros y sicarios imponer un gobierno de terror y de represión, con este sistema se podrán eliminar, bajo el pretexto de la lucha contra el crimen organizado, a cualquier ciudadano, grupo o político que les sea incómodo a los hombres del poder y para ello, pueden usar a los mismos grupos de delincuentes para ser los sicarios o secuestradores o los que hagan las declaraciones que les dicten los policías políticos, para afectar vidas, influir o acusar a inocentes con la manipulación de los delincuentes con protección llamados “testigos colaboradores” que son manejados por las policías del país. Estamos indefensos y jodidos. Es urgente parar esta agresión oficial… no hacerlo es convertirse en “cómplice” del poder.

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