jueves, 9 de diciembre de 2010

Premio Nacional de Periodismo 2010

EN EL SESENTA ANIVERSARIO del CERTAMEN NACIONAL DE PERIODISMO, instituido por Don Antonio Sáenz de Miera Fieytal, con quien tuve el honor de colaborar en al antiguo Canal 13, en la época del gobierno de José López portillo, haciendo los análisis de contenido y algunos programas en el campo mexicano, logré captar la experiencia y el enorme valor humano y de publirrelacionista de Don Antonio. Siempre con la sonrisa y la mano amiga atendiendo cualquier petición de los periodistas y como decía: Uno tiene la obligación de servir a los demás, para esto es que nos pagan y tenemos obligación de cumplir bien por la tarea. En presión de trabajo jamás le vimos angustiado o corriendo, tenía su tiempo y lo administraba con encanto y honestidad. Hoy, su hija, Celeste Sáenz de Miera, encabeza la organización de este certamen que sin duda alguna es el más importante en el país..

Así, en un discurso, brillante, Celeste dijo: “Detrás de nosotros y delante de nuestro corazón está la nómina de los que se fueron, ellos estarán siempre aquí, como imagen viva de las víctimas del mismo sistema que desde hace treinta años se hace cargo de que los que caigan son los periodistas, son los que mejor dicho, han sido ejecutados. Es el saldo de la ignominia que ahora se ha multiplicado, ausencia que cargamos como una lápida, pero que paradójicamente, es un peso que nos impulsa, que nos empuja y que empuja la conciencia colectiva del gremio por exigir y preservar lo que es un derecho, aunque haya quienes crean que son una dádiva: la libertad de expresión y el derecho a estar bien informados de manera plural, a los que ya no están, y sin embargo, esa misma ausencia les dio la permanencia, permanencia que se da gracias a quienes son congruentes con la historia, por ellos y para ellos, pedimos nos pongamos de pie y demos un aplauso, un aplauso a quienes nos han sido arrebatados, han sido arrebatados a la sociedad y cuyo crimen permanece impune…”

“Actualmente el poder del dinero se convierte en catalizador y determinante de lo que llamamos la sofisticación de la censura, pues impera la idea de que el dinero hace que un periodista calle, que diga lo que el dueño de ese dinero quiera, que se imponga la autocensura por temor a las represalias, físicas o mediáticas, a los amagos, a la descalificación de que son objeto medios calumniados, difamados, y el infundio propalado en su contra para que dejen de decir la verdad, que no se nos olvide que compete al Legislativo y al Ejecutivo, y aquí reenviamos el mensaje de que tienen una deuda con la sociedad: la de legislar para que el dinero que es público perneé y auspicie la libertad de expresión y el derecho a la información de todos, y de manera plural, que no esté tomado por las manos de quienes lo manejan para privilegiar a medios “a modo”, mediante este perverso manejo, que secuestra la viabilidad de un factor fundamental para la verdadera democracia”.

Y también dice Celeste, una gran verdad que, hoy, nos mata:”Por lo anterior, no olvidemos nunca que el objetivo del verdadero periodismo, que es el vínculo con lo social, el ser tejedores de la urdimbre que se requiere para evitar que se hunda más este país, urdimbre de palabra y pensamiento congruentes una con el otro, y consecuentes con la realidad, hoy la información es el delito, y no los hechos que ahí se denuncian, el mundo al revés deliberado; los hechos no se castigan por ignominiosos que sean, y los que denuncian esos hechos son tratados, a su vez como delincuentes. Ver, pensar y decir es delito, y el delito se disfraza de virtud; ¿se podrá seguir mintiendo? Corremos el riesgo de que el big brother virtual, con las redes sociales y con una realidad que se nos arroja a la cara día con día, nos rebase. No seamos simuladores de mascaradas que finalmente caerán por su propio peso, porque la verdad se abre paso ella misma y es la que nos hace libres”. Ahí, con la assitencia de Avecita López Mateos, se rindió un homenaje al presidente Adolfo López Mateos y se premiaron a Javier Estinou, Lilia Pérez Mendoza, Jaime Guerrero Toledano, Isidro Corro Ramos, a Jorge Ramos de Univisión, a la Universidad de Periodismo, Arte, Radio y Televisión, Alfredo Domínguez Noriega, Uriel Virgilio García y Alejandro, Karla Iberia Sánchez, Cármen Lira Saade, Televisión universitaria, Raúl herrera, Saúl Sánchez Lemus, Vicente Serrano, Rafael Ruiz, María de la luz González, Alonso, Laura Ponte, Jacobo Sabludovsky, Porfirio Patiño Juárez, Anabel Hernández, Leticia Salas, Jornada Ediciones, Telesur, Guillermo Zapata, Francisco Vázquez Mendoza, Grupo Acir, Tabasco Hoy, Diario de jalapa, José Pablo Robles Martínez de Imagen del Golfo. En fin, grandes periodistas con un gran reconocimiento a su labor, independencia, valor, honestidad, talento y esfuerzo. Así, en vida, hermano, es como se debe premiar a los grandes que construyen la imagen y la visión del México de hoy, peligroso e incomprendido por el poder lleno de prepotencia y soberbia… pero tenemos que continuar luchando. No hay de otra.

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