martes, 3 de agosto de 2010

Sicarios del poder


Los acontecimientos en el secuestro  de Diego Fernández de Cevallos nos hacen pensar que no se trata solamente de un secuestro por motivos económicos sino que tiene consideraciones políticas de acuerdo a los mensajes que han enviado los mismos secuestradores donde se da a entender que se cuentan con muchos datos y evidencias que involucran a los amigos y enemigos del secuestrado, nos hacen pensar que, seguramente, se darán a conocer muchos acontecimientos que involucran a importantes personajes de la administración, de los negocios y de los partidos políticos en cosas muy sucias del acontecer nacional y donde se tienen muchas cosas oscuras en los procesos políticos electorales.
Es claro que se demandan  los recursos que algunos señalan que ascienden a cincuenta millones de dólares y que, para tal fin, esperan la reacción del gobierno federal para cumplir con este acuerdo y demanda. Lo curioso es que en realidad cuando no se ventila el secuestro ante la opinión pública se esconden los motivos políticos que entraña el mismo, al igual que están sucediendo muchas cosas en el país.
Por ejemplo, cuando se descubre la tumba clandestina donde, en Nuevo León se han descubierto más de cincuenta cadáveres, las filas para identificación de los cuerpos es espantosa y nos demuestra que existen miles de “desaparecidos” que son buscados por sus familiares y que no han denunciado esas desapariciones de familiares y amigos. En algunos artículos de años atrás señalábamos que, por ejemplo, en el caso de Ciudad Juárez, se hablaba de más de 600 asesinadas en un lapso de diez años y esas muertas habían generado una gran demanda internacional para que se investigaran sus asesinatos y se lograra detener la matanza, posteriormente, en los tiempos del procurador Macedo de la Concha, bajo las indagatorias de José Luís Santiago Vasconcelos, se descubrían muchas casas donde se enterraban a muchos asesinados por la delincuencia organizada, de ahí supimos, por filtraciones especiales de altos funcionarios que, los “desaparecidos en Ciudad Juárez en este lapso alcanzaban cifras de miles y, ninguna autoridad, había querido actuar en las investigaciones… hasta la fecha.  
Igual sucede con los famosos sicarios desde los penales, no es nuevo lo que sucede, pero estamos como las prostitutas viejas que, después de viejas, les da por dar consejos, la realidad es que los grupos especiales de liquidación operados por un selecto grupo político es el que ordena a quiénes se les brindan tales facilidades y es así que, desde el poder y con grupos de la ultraderecha, se realizan este tipo de asesinatos. Por esa misma razón, en la grilla política se dice que: es diferente ser “el Jefe máximo de la revolución, al jefe mínimo de la reacción”.
No se puede negar al igual que se descubre en los Estados Unidos que en México, existen grupos de asesinos ligados al poder que hacen sus “liquidaciones” fuera de todo orden legal, utilizando a las instituciones y a los miembros de las mismas que se prestan para tales delitos. En México son famosos los escándalos generados por los grupos de Halcones, utilizados en las matanzas en contra de estudiantes en 1971,  los miembros de la bringa del “guante Blanco” usados para la represión y asesinato de estudiantes en 1968 o los grupos que se operaron, con el apoyo y las instrucciones del gobierno y de los máximos niveles políticos, que conformaron la “Brigada Blanca” usados para eliminar a los miembros de las guerrillas, controlar el narcotráfico en el país, operar otros delitos y usarse para la eliminación de políticos o de organizaciones que se confrontaban con el poder y sus jefes. Es lo mismo que sucede con el grupo que operó la desaparición y posible asesinato de dos militantes pertenecientes al EPR, desaparecidos en Oaxaca y, por los cuales, este grupo, ha generado varios atentados para exigir la entrega de los miembros que se llevaron las fuerzas especiales del gobierno que, junto con funcionarios del gobierno del Estado, hicieron esta “limpia” preventiva en la entidad.
En fin, es así que ahora, muchos de esos grupos especiales de liquidación y eliminación de “basuras políticas”, operan, amparados en la famosa guerra contra el narcotráfico o  buscan que aparenten ser resultado de la guerra intestina que sostienen los grupos de narcotraficantes que han sido provocados, por algunas fuentes institucionales, en la llamada guerra por los mercados y los territorios. En tales condiciones, los resultados son los mismos ya que, con esta “guerra preventiva”, se busca el fortalecimiento de los grupos policíacos y paramilitares al servicio de los políticos en el poder y claro está que, la eliminación de muchos periodistas, está encaminada a realizar los acuerdos de la “CONSPIRACIÓN DEL SILENCIO” que operan algunos comunicadores para apoyar los esfuerzos del gobierno para que se oculten los datos y las tragedias que se vienen generando por esta “guerra intestina” que está encaminada a fortalecer una DICTADURA especial, como la que vivimos, con el control de la sociedad no por los mecanismos operados en una democracia con libertad, sino en una dictadura de derecha que, busca liquidar cualquier manifestación de inconformidad de la sociedad en contra del grupo en el poder.

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