martes, 17 de agosto de 2010

De aduanas y políticos

Hay hombres de gran talento, de extraordinaria memoria, recuerdan los nombres, los hechos, las circunstancias, los momentos, las vestimentas, las reacciones y la forma de ser, de actuar de los protagonistas de cualquier anécdota, así es mi amigo, respetado y admirado Elmer que, además de ser un gran amigo y buen padre es un hombre de sensibilidad y de gran corazón. Seguramente su vida, las relaciones y la formación familia, le dieron esa forma de ser que, en parte, ha sido su “cruz” o como dicen en mi pueblo: lo que no se puede evitar en la vida, como si fuera parte de uno, con ese destino marcado que nos dicen existe, pero que nos negamos a reconocer. Así, me platicaba una historia de cuando un comandante de la aduana llegó a tomar posesión en la aduana de Monterrey. De inmediato reunió a las fuerzas federales encargadas de “combatir el contrabando” o, cuando menos, mantenerlo en las relaciones que los gringos y los políticos y empresarios mexicanos querían que se mantuviera. Al llegar todos a la formación y pase de lista, con voz terrible, de trueno, de militar, porque era de grado Mayor, les dijo a la “raza”: “Quiero que tengan en cuenta una sola cosa: Yo, no llegué a esta aduana y a la posición que me han asignado, POR HAMBRE”. A los miembros del resguardo aduanal se les cayeron las alas, muchos suspiraron y pensaban que no podrían, cuando menos en un tiempo, continuar con famosa “polla” que se juntaba de las partidas de dinero que los contrabandistas o los ciudadanos que no podían pasar algunos cosas o que requerían pasarlas, dejaban en cada garita aduanal… así que, nuestro amigo, salía “derrotado,” pensando en que la honestidad llegaba y con ella se esfumaban los dineros extras que en realidad era lo que les interesaba a los funcionarios, políticos y aduaneros en todo el país… así, pensativo, salía de la reunión, cuando de pronto fue llamado a la oficina del jefe… al llegar ante el “valiente funcionario” que con tanta fuerza había declarado que no había llegado a esa aduana por hambre, lo confrontó: “Amigo Elmer, quiero que sepa que, YO, NO LLEGUÉ A ESTA ADUANA POR HAMBRE… LA NETA ES QUE YA LA TRAIGO…” así, los discursos quedaron en eso, en las palabras que encubrían el verdadero rostro del funcionario, todo volvía a la normalidad y las “pollas”, los contrabandos y las acciones que se realizaban en cada garita seguían igual, por lo tanto, todos los funcionarios y agentes no pasarían hambre y los contrabandistas y los ciudadanos volverían a tener la “pasada”, siempre y cuando, dejaran algunos pesos o dólares…

Y si hay cambios, son de tal naturaleza, para que todo sigua igual. La realidad es que los gobiernos pueden ser priístas, panistas, perredistas, petistas, aliancistas, convergentes y, lo que realmente valdrá la pena será al acción y el comportamiento de los hombres, de los funcionarios, de los políticos, porque como en los partidos políticos no existen ideologías sino que se rigen por los intereses de grupo o de cada uno, como ya no hay principios sino que hay negocios, como ya no hay programas sino que hay la compra venta de voluntades para hacer de la política los negocios, todo sigue igual a pesar de los cambios en las organizaciones políticas.

Hace unos días, me encontré a un hombre al que sin duda he admirado y respetado, a Raúl Bolaños Cacho, hoy, flamante diputado por la alianza o mejor dicho por el PAN, dejó al PRI donde había ocupado muchos cargos importantes, diputado, secretario general de gobierno, senador, presidente del Tribunal Superior de Justicia, en fin, muchos puestos gracias a su capacidad y su talento, a su lealtad al partido del cual huyó, tal vez por cansancio o por considerar que así convenía a sus intereses y crecimiento personal… en plan de broma, conociendo que es un hombre del viejo estilo político, con la postura del abogado juarista, le dije que no entendía su postura, sobre todo, cuando conocía la opinión que pregonaba sobre el comportamiento de muchos grupos y de políticos y que no entendía porque hoy sería “compañero de banca” de Flavio Sosa y otros perredistas con los cuales no tenia ni respeto ni coincidencia alguna… él, como buen político, me contestó que esto es parte de la democracia… y claro que le contesté que esto no es democracia, en mi pueblo, le dicen de otra manera… y por respeto a la mesa, no lo decimos…

La realidad es que el nuevo gobierno de Gabino Cue despierta muchas expectativas y genera muchas esperanzas. Algunos grupos de esa famosa alianza no son leales a los acuerdos y demandarán cosas imposibles o puestos y lugares donde continuarán medrando y viviendo de la política y, como dicen algunos enterados: Gabino, ha hecho muchos compromisos y ojala los pueda cumplir, porque de otra forma no le dejarán gobernar. Esto es lo de menos, hay tantas injusticias, transas, corruptelas, necesidades y carencias en Oaxaca que, seguramente, no podrá tener los recursos que necesita para poder solucionar muchos de esos graves problemas que mantienen a la población en la miseria, la marginación, la ignorancia, el desempleo, la insalubridad… y, cuando esto suceda, la población que votó con la esperanza de soluciones, se desilusionará, sobre todo cuando vea que los pillos, los corruptos, los que se han robado los recursos del pueblo oaxaqueño, no son consignados bajo el pretexto de que no se quieren tomar venganzas políticas, cuando el pueblo es, realmente, el agraviado y robado… ofendido y engañado….

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