viernes, 27 de agosto de 2010

Matanzas de indocumentados

Sin duda todos nos hemos horrorizado ante la matanza de indocumentados en Tamaulipas, donde uno de los sobrevivientes declara que gritaban, imploraban y suplicaban cuando una lluvia de balas les liquidaba. Sin duda, tendríamos que pensar en los indocumentados nuestros que han sido masacrados y asesinados por policías norteamericanos o por caza indocumentados ligados a los grupos fascistas que operan con toda libertad en Estados Unidos, ya que, además, son grupos de loquitos que operan ligados al crimen organizado en su país. Claro que nuestras protestas son timoratas y mediocres, los lacayos, no les gritan a sus amos, que va, lo hacen los que aún tenemos algo de dignidad y sangre por las venas, pero los funcionarios mexicanos no lo hacen, están sometidos a lo que ordenen los vecinos del Norte. Pero, esos excesos y violencia en contra de los nuestros y de lo nuestro, no justifican las matanzas de indocumentados en el país y es claro que, este escándalo, encubre, sin duda, las complicidades y las corruptelas existentes entre los miembros del servicio migratorio nacional con los traficantes de gentes que operan con toda impunidad.

Continuamente hemos denunciado por medio de nuestras columnas, la forma criminal y corrupta con la que operan los policías de migración en Oaxaca y la forma en que las otras corporaciones ligadas a la “seguridad” se hacen cómplices y no investigan las transas que se realizan en las estaciones, hoteles y aeropuertos de la entidad, cuando las columnas de indocumentados provenientes de Centro y Sur América, cruzan, comprando voluntades y generando enormes utilidades a las redes de traficantes y polleros que realizan sus actividades con impunidad y protección. En las zonas de la Mixteca o de las regiones de mayor pobreza se ven los traficantes de indocumentados con la protección de autoridades y policías, sobre todo, las de migración, buscando clientes y, muchas familias, empeñan sus propiedades y animales para poder proporcionar los costos que generan y van directo a los “polleros” o a los bolsillos de funcionarios y policías en la entidad, se trafica, no solo con ellos, sino, abusando, de su pobreza y necesidad, pero a pesar de las denuncias, nadie hace nada, nadie investiga a los propios policías, no hay forma, esta es la gran tragedia que sufrimos en muchas partes del país.

Independientemente de que se deben buscar a los asesinos de esos indocumentados, deberían, las autoridades, investigar la gran red de complicidades y corruptelas que se dan entre funcionarios, políticos, policías y agentes de migración para que las mafias de “polleros” sigan llevando a miles de indocumentados a la explotación o al matadero.

Es increíble que veamos a los policías Federales en el aeropuerto solamente, “cazando” a los pobres migrantes que llegan de visita a sus familias para que en el trayecto del aeropuerto a la salida, los detengan y les saquen dinero o les exijan revisar sus documentos y cosas que traen para sus casas, así comienza la gran extorsión y las redes de complicidades para que ellos, se la pasen buscando no “terroristas” sino ingenuos o inocentes a los cuales puedan explotar y robar con total impunidad. En cambio vemos en las carreteras y aeropuertos del Sur, cómo pasan las caravanas de camionetas que transportan indocumentados con total protección por parte de todas las autoridades que hoy, horrorizadas, alegan que son los delincuentes los que asesinan, cuando ellos, son parte de esta masacre a nivel nacional. Igual peca el que mata que el que ata….

¿Cómo protestaremos por los asesinatos que se hacen en contra de los mexicanos que son acribillados en la frontera del Norte? Si no tenemos vergüenza cuando dejamos en la indefensión a miles de indocumentados del Sur que solo son carne de explotación y de extorsión por parte de los policías y funcionarios mexicanos. Si los indocumentados pudieron llegar hasta la frontera del Norte, no hay duda que tuvieron protección de las autoridades a las bandes de polleros que les conducían y, ahí, es donde, además de haberles pagado a éstos, fueron recibidos por los criminales para exigirles su integración a las bandas criminales y, cuando no tuvieron dinero para salvarse o no pudieron pedirles más a sus familiares para pagar el rescate, se les exigió su incorporación a las bandas y al no aceptarlo, los asesinaron y, claro, para las autoridades es sencillo generar solamente el escándalo, pretendiendo eludir su responsabilidad que ha sido denunciada por muchas organizaciones sociales, cuando se han expuesto a decir lo que realmente sucede, pero en cambio, el gobierno y sus policías, en vez de investigar y poner solución al problema, han perseguido y difamado a los dirigentes sociales y sacerdotes que han denunciado, exponiéndolos a las represalias de los traficantes de gentes que operan con la complicidad de los policías y agentes migratorios en todo el Sur del país. En fin, esta masacre, seguramente, nos llevará a reflexionar sobre el tema y a que los funcionarios de migración no dejen el tema para continuar con su gran negocio, tal como lo han generado con los cubanos y los centro y sur americanos que, también, como los nuestros, dejan su país, no para alcanzar el “sueño americano”, sino por hambre y desocupación…

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