sábado, 21 de agosto de 2010

Las pulgas se le suben al perro más flaco

El asesinato de Edelmiro Cavazos, alcalde de Santiago Nuevo León sin duda marca una nueva tendencia en la confrontación y en la guerra de Felipe Calderón a pesar de que el presidente niegue que es su guerra y trate de involucrar a todos en este gran fracaso, porque que recordemos él la inicia para quedar bien con los norteamericanos y resolverles un problema a ellos como “buen vecino”, para dar la impresión de fuerza cuando se cuestionaba el proceso electoral dando la idea de un enorme fraude institucional, con ello involucra a las policías y a l milicia obligando al Ejército a disciplinarse en este tema para evitar mayores especulaciones sobre la validez de su elección.

Por supuesto que no pidió permiso al Congreso sobre este inicio de guerra, cayó en las garras de la policía que le dieron tema y politizaron este esquema para darse el ingreso por la puerta grande de la política de tal forma que han desgastado la fuerza moral y el respeto a las fuerzas armadas que los mexicanos tradicionalmente tenemos en estima y valor para dar la impresión de que los errores, ineficiencias, complicidades y corruptelas de las policías no son parte de su esquema y forma de vida sino que esto permea a todos los niveles dejando indefensos a las fuerzas armadas al desmantelarlas para incluir a los soldados formados en las filas castrenses a la policía y con ello también generaron las corruptelas que vemos son parte de las policías en el país, pero además esto les sirve de pretexto no para fortalecer al Ejército Mexicano con formación institucional, nacionalista sino para dar los recursos y fortalecer a la policía política del país y con base en su fuerza e impunidad limitar la fuerza moral del propio Ejército que jamás se prestaría a las labores represivas contra los grupos políticos y sociales que reclaman el buen gobierno y los derechos y el respeto a sus garantías. Por eso la derecha utiliza a las policías y deja a un lado al propio ejército que tiene un serio compromiso para defender la integridad de los ciudadanos y no prestarse a las represiones políticos como cayeron en 1968, ya que desde hace algunos años, por juramento señalaron que jamás serán los represores de la sociedad para salvar a los políticos ineficientes y corruptos como sucedió en los años del 68.

Los propios policías generaron las guerras en el seno del narcotráfico, generaran la inseguridad y la magnifican con escándalos, traiciones y aún suponemos con conspiraciones para dar muerte a muchos políticos y generar un clima de tensión y de miedo para que así puedan tener el espacio para obtener mayores presupuestos y fuerza en el seno de la política y como hoy que controlan la agenda nacional. Es por este medio que crecieron las empresas de seguridad que son el gran negocio y la caja chica de los policías, políticos y funcionarios y son por este medio que se brinda protección a los sicarios institucionales, a los que realizan el espionaje contra los ciudadanos, los que protegen y obtienen la información para los secuestros, extorsiones y la violencia que han desarrollado en forma selectiva para propiciar este clima de miedo y de terror.

Esta es la verdad y la realidad y con esto ocultan los verdaderos problemas que tiene el pueblo mexicano que es la desocupación, la miseria, el analfabetismo, la vida cara, el aumento de precios, la explotación, el robo, la insalubridad, el analfabetismo. Ocultan con esta guerra de Calderón la realidad que sufren más de la mitad de la población que vive en condiciones de marginación, pobreza y hambre, mientras los ricos y los políticos de la derecha se enorgullecen de tener en el banco más de 106 millones de dólares, cuando no hay medicamentos baratos y la población sufre, cuando tenemos más de diez millones de desocupados que buscan un trabajo, cuando no hay recursos para la educación pública y se privilegian a las escuelas privadas y confesionales que son los grandes negocios de los políticos, sacerdotes y funcionarios del actual gobierno, cuando no hay construcción de habitaciones dignas y de buena calidad con créditos baratos.

Ese dinero lo requieren como reserva para fortalecer el peso, pero, sobre todo, para apuntalar a las grandes empresas a cambio del deterioro laboral y las pérdidas de los derechos de los trabajadores, con iniciativas como la de la reforma laboral que quiere imponer el presidente a través de la Secretaría del Trabajo.

En lugar de fortalecer la economía de los pobres prefiere apuntalar las finanzas de los más ricos. Es decir, que las reservas de dinero, acumuladas con los impuestos de todos los mexicanos trabajadores, pertenecen al segmento de la sociedad minoritario y privilegiado.

También la guerra personal del presidente tiene sus desniveles y desigualdades. Y, por lo regular los muertos se le cargan al más débil. Así es cierto que las pulga se le cargan al perro más flaco.

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