lunes, 5 de octubre de 2015

Empresarios del transporte y poder político

“LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NO SIRVEN PARA DIFUNIR LA INFORMACIÓN, SIRVEN PARA DESVIRTUARLA”
Umberto Eco, en su libro: Número Cero, nos cuenta la historia de que se genera una organización de gentes honestas con el fin de ingresar a una organización de deshonestos con el fin de identificarles y llevarlos ante las autoridades, pero el resultado es que para poder ingresar a la organización de corruptos tienen que convertirse en corruptos para ser aceptados, con el resultado de que les gusta más la corrupción y dejan a un lado su lucha en contra de la corrupción.
Me comentaba alguno de los políticos que trataba, de que el presidente de México siempre llega al poder con la mejor de las intenciones, no quiere ser deshonesto, no quiere ser represor, no quiere se ineficiente, no quiere ser vende patrias,… en fin, todo lo bueno que considera se debe ser, es con el capital que llega al poder, pero, así es la realidad, al final de tiempo en el poder, todos, terminan con lo que no querían ser: deshonestos, corruptos, ineficientes, represores, mentirosos, desclasados, vende patrias, en fin, como si la realidad les mostrara que lo que tienen como objetivos de lucha son blancos equivocados y por esa razón se dan al revés…
Curiosamente, en el caso de Iguala y de los desaparecidos de Ayotzinapa, pareciera que hay un involucramiento de los políticos de izquierda que se marearon con el poder corruptor de los grandes fondos económicos del narcotráfico. Los productores, distribuidores, lavadores de dinero y operadores políticos y narcotraficantes de la producción de marihuana y de los productos de la amapola y los precursores químicos que se procesan en Acapulco, formaron un inmenso mar de complicidades y de negocios ilícitos que fueron corrompiendo las estructuras políticas hasta encontrarse inmersas en lo que se puede denominar narco política, y en esta organización, pudieron manipular a los grupos de la represión social de tal forma que los llevaron al asesinato y desaparición de gentes y de grupos sociales. El control obligado de los grupos de delincuentes ahora asociados con el poder político y económico de la entidad obligó a sostener un control incluso de los medios de transporte de las drogas, cosa que se hace hoy en día por medio de los autobuses de pasajeros que por sus condiciones, son imposibles de revisión, y así, las ligas entre narcotraficantes y operadores y dueños de los vehículos han provocado una intensa movilización represora cada vez que, por cualquier motivo, los grupos de protesta social se apropian de algunos, cuando éstos no saben que están cargados de drogas, precursores, armas o dinero del narcotráfico, y es así que entonces, las policías de la federal de caminos son los que impulsan la primera fase de la represión, entregando a los responsables a las policías locales y éstos a los grupos de la delincuencia, o bien, a los encargados de reprimirles o eliminarles. Así que  no hay duda, entendemos las relaciones que se fueron fortaleciendo entre la “izquierda” del país con ese poderoso grupo criminal, y con esos fondos, lograron colocar a muchos hombres ligados al poder que mantienen las relaciones políticas y de protección a los grupos criminales. Si esto no se ha entendido en el caso de Ayotzinapa es simplemente porque se quiere ocultar otras posibles relaciones y complicidades entre políticos y grupos crimínales que llegan a otras partes del país, como en este caso se muestran en Morelos, Estado de México y Distrito Federal o por los caminos de Oaxaca y Veracruz, hasta llegar a los límites fronterizos del Norte. Las cantidades de drogas, dinero y fuerza paramilitar que se mueven, así como el tráfico de gentes y de armas en esa red es inmenso y por tanto es que se complican todas las investigaciones, ya que hay importantes personajes involucrados en esa red, de tal forma que sería casi imposible investigar en el seno de los especuladores financieros y banqueros o en los “empresarios y políticos” que sirven a dicha organización. Recordemos que los “transportistas” tienen una inmensa liga de complicidades y relaciones con los miembros del poder político y del crimen organizado, por esa razón son intocables.

Si se hace un análisis comparativo de los costos de campaña y de las inversiones de los políticos en esas entidades, veremos que hay una distancia considerable entre lo que reciben oficialmente y lo que gastan en la realidad con el fin de garantizar la elección para llegar al poder, y sobre todo, después, para conservarlo y ampliar la red de protección. Los gastos son enormes y es por ello que en varias organizaciones políticas y sociales se nota de inmediato la fortaleza de muchos de sus cuadros políticos, cuando se ven reflejados sus gastos en la fuerza real que sostienen dentro del esquema político. Es por esa razón que la mayor preocupación de las organizaciones internacionales es el comportamiento de esos grupos poderosos que hoy en día tienen raíces en el núcleo del poder, y así vemos cómo, por ejemplo en Oaxaca, se aumenta el tráfico, producción y distribución de drogas, armas, gentes, dinero y se convierte la región en un punto importante en el tráfico y en la producción de los derivados de la mapola, marihuana y cocaína, así como los precursores químicos y el inmenso poder que mantienen en las organizaciones sociales y política de todos los niveles…

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