lunes, 5 de octubre de 2015

Cinismo, relaciones y poder

  ALGUNOS políticos como Vicente Fox, recomendaban no leer ni los periódicos, alegando que se confundían las gentes, se olvidaba de pronto que gracias a los medios de comunicación que manipulaban su imagen, presentándole como un “salvador”, un hombre que estaba firmemente arraigado a la tierra, que usaba botas vaqueras en los tiempos en que Bush, en los Estados Unidos, también andaba de pronto creyéndose vaquero, llegó al poder y nos llevó por los caminos no de las tepocatas y de las víboras, sino por el peor de los caminos, al dejar en el poder a otro entreguista como Felipe Calderón, un borrachín que sabía catar los licores pero no se atrevía a leer, porque para la derecha, el leer, es un pecado, de pronto, en los libros, se encuentran verdades que ponen a dudar sobre las ideas y los sentimientos. También, no leyeron.
         No sé si es mejor no leer, algunos, cuando menos se la viven bobeando viendo la televisión y sacando notas del Selecciones o de los chistes contados por medio de las redes sociales. No son pocos los políticos con los que me he encontrado que tienen bibliotecas de libros nuevos, solo la muestran como una forma de hacernos pensar que ellos andan metidos en la cultura, pero cuando uno toma cualquier tomo se da uno cuenta de que no se han abiertos ni leídos. En la columna de Christopher Domínguez, publicada en El Universal, el día 21 de agosto, se dice: “… pues uno más de los crueles desengaños dejados por el siglo XX fue comprobar que la lectura no necesariamente hace a los hombres más compasivos y menos crueles. Stalin y Mao acumularon bibliotecas inmensas y fueron lectores voraces. En alguna de las biografías del genocida chino yo mismo me conmoví al leer la escena del viejo Mao descubriendo que las cataratas ya no le permitían leer. El déspota se soltó a llorar. Y para irse más lejos: ¿Cuántos miles y miles de víctimas acumulan desde el principio de los tiempos los lectores fanáticos de la Biblia o del Corán, libros al parecer firmados por el Altísimo?”
         Y bueno, también, podríamos decir que son millones las víctimas de los que no leen, para ejemplo están los seis años trágicos de Fox y los otros seis de Calderón, un genocida, ordenando los asesinatos de más de cien mil mexicanos, la desaparición de más de 25 mil, los miles y miles de desplazados y los encarcelados injustamente. Podríamos acumularles los millones de pobres generados en su “mandato de ignorantes” y la corrupción que generaron partiendo de la tesis de que, los mexicano, somos pendejos y callados, que todo lo soportamos, mientras las desgracias vengan del poder. Lo mismo se podría decir de los tres años de Enrique Peña Nieto, que al parecer, a confesión de parte, solamente ha medio leído tres libros, no sé si tuvo oportunidad de leer algunos en la carrera de abogado y si lee algunos de los informes que le pasan a veces sus lacayos en el poder. A lo mejor ni siquiera lee los proyectos con los cuales se seguirá enriqueciendo al dar a los contratistas de su corazón los contratos de obras y servicios que le dejan, no solamente casas que jamás se investigan, sino, también, los dineros suficientes para controlar a un poderoso grupos en el poder: el GRUPO “ATRACOMULCO”, cuyo origen lo tiene desde los tiempos de Miguel Alemán, con lo que intuyo que, para ser rata fina no se necesita ser culto… solamente hay que tener cinismo y relaciones y el poder, claro, el poder es para enriquecerse utilizando los recursos públicos para hacer los negocios privados…

         Vasconcelos dejó un enorme legado en la Secretaría de Educación y la derrota le llevó a perdonar, incluso, a Calles, pensando en que la tragedia los unía en la desgracia, claro que a lo mejor jamás pensó en que llegarían al poder en esa secretaría hombres que no saben más que robar y enriquecerse en la secretaría que mayor presupuesto mantiene, y no propiamente para educar a los niños y jóvenes de país, sino para generarles una forma de sometimiento a lo que digan desde el poder… por esa razón, los libros de texto están diseñados para que nadie los lea ni los consulte, son una porquería. Así, por ejemplo, nos comenta en ese artículo: “Hemos tenido presidentes ignaros y presidentes letrados, uno de éstos últimos fue hasta novelista y teórico del Estado (López Portillo, jurisconsulto soñador), quien retocaba sus informes con alusiones a Vasconcelos y a Cassier, mientras un Fox se hizo célebre por sus incultos dislates y un Zedillo se preocupó por la persona y la obra de Octavio Paz…” y bueno, no importa si saben leer y si son cultos, lo grave es que son: poca madre, desnacionalizados, corruptos, cómplices, cínicos, insensibles…. Y pueden ser cultos o no, lo grave es que no son más que hombres que utilizan la política para enriquecerse y seguir utilizando los bienes y fondos públicos para hacer sus negocios privados, esto es lo que les unifica, no su cultura o su falta de la misma, total, para ser un mierda no hacen falta las letras y el conocimiento, la moral ni la conciencia, en general les estorban y por esa razón las dejan a un lado, alegando que: la “Moral es un árbol que da moras”, total, los mexicanos aguantan la desgracia y los robos, las traiciones y las corruptelas al lado de los engaños, para eso no necesitan ser cultos, solamente requieren las telenovelas y pensar que hay cenicientas y milagros… con la ayuda de la televisión.

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