lunes, 5 de octubre de 2015

Cobardía presidencial

 PARA ALGUNOS, LA ACTITUD ASUMIDA POR EL PRESIDENTE Miguel de la Madrid Hurtado, al no salir de inmediato al rescate de las ruinas y de los damnificados del terremoto del 19 de septiembre de 1985, obedeció a la simple lógica de uno de sus consejeros que le dijo que no debería sacar de los cuarteles a las tropas porque con las condiciones existentes de desconfianza y malestar social, económico y político, por el que atravesaba el país, se corría el peligro de que se “diera un golpe de estado”, así, sumido y consumido entre sus miedos y terrores, De la Madrid se mostró tal como era: un cobarde y un ineficiente que solamente tomaba determinaciones, tal como las dictaban los norteamericanos, al ser el primer presidente que formado en sus universidades, sabía que tenía que mostrarse entreguista y dócil a las instrucciones del Norte, así que cuando tuvo que tomar una determinación sin su consejo o sin sus instrucciones, dejó que el terror le consumiera provocando casi una insurrección en los cuarteles del ejército, ya que los soldados demandaban estar al lado del pueblo en esos momentos y salieron para el apoyo de las acciones del rescate de la capital.
         Cada vez que hay una tragedia de tales magnitudes los que salen perdiendo en vidas y propiedades son los más jodidos, eso se conoce hoy en día por las investigaciones sociales que se vienen realizando, tal como lo explicaba en un programa de televisión el maestro Samael Hernández Ruíz, y en tales condiciones es de pensarse que siendo los jodidos los más afectados, también son los que más se pueden violentar y es así que también hoy se conoce que, cuando existen este tipo de tragedias, se propician las condiciones de levantamientos y actos violentos en contra del poder establecido que al no responder a las demandas populares y verse rebasados por los acontecimientos, prefieren utilizar mecanismo mediáticos de solución a los problemas que en la realidad no solucionan nada, y esto provoca que las gentes entiendan que es mejor establecer las acciones en contra del gobierno y buscar nuevas alternativas, así las cosas, todo termina en la represión generalizada y en la anarquía, con el sometimiento a los grupos protestatarios y con la represión brutal en contra de los dirigentes y participantes .
         Es lógico que con tales descubrimientos, el presidente De la Madrid, optara por acuartelar a las tropas, hasta no saber cómo reaccionaría la muchedumbre ante tal tragedia, y para fortuna de él y del país, la muchedumbre salió a rescatar de manera solidaria a los damnificados, mostrando una faceta distinta a la que esperaba, de violencia y reclamos, el presidente acobardado. Los daños son brutales y repercuten más entre los grupos marginados y empobrecidos, son los que más resienten las pérdidas de lo poco que tienen, porque eso poco, es todo para ellos. Así, en las condiciones actuales, no solamente se esperan reacciones violentas provocadas después de las tragedias en terremotos o desastres naturales, también se esperan actos de protesta por las condiciones mismas de marginación, desigualdad y pobreza, que al lado del desempleo y de la miseria hacen estragos entre la población, por lo que se generan los peligros sociales al crecer al delincuencia o al desarrollarse y asentarse los grupos delictivos en esas regiones alejadas de la seguridad social y de la seguridad pública, con ello, los desastres se vienen complicando en el campo social, ya que las condiciones de marginalidad económica provocan malestar político y alientan los actos de protesta y de reclamos generando un clima de violencia e inestabilidad.

         En la actualidad, creo, que el peligro mayor a esa “estabilidad social” está en la marginación, el hambre, la desocupación y la falta de oportunidades a los jóvenes que no pueden ni estudiar ni trabajar, el crecimiento de la delincuencia organizada que controla vastas regiones en el país es la muestra de ese tipo de conflictos, tal como se han dado en Guerrero y en especial con Iguala, donde los intereses del narcotráfico, ligados a los intereses políticos y el control de la narco economía y la narco política muestran lo vulnerable y frágil que es el poder político y el gobierno en muchas regiones, convirtiéndose este asunto en un riesgo de seguridad nacional. Narco activismo y miseria van de la mano en la desestabilización de la sociedad en el país. Los partidos políticos están siendo sustituidos por los grupos de la mafia nacional e internacional que controla el flujo de drogas, gentes, armas y mercancías a lo largo del continente. La mafia y la delincuencia organizada, ligada a los sectores productivos, financieros y políticos se muestra con mejores condiciones de sostener el control del país, cuando menos, así se está demostrando hoy en día. Como si se hubiera perdido la guerra…

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