lunes, 22 de agosto de 2011

No a la discriminación

Hay días en que estamos sensibles, tal vez el no estar al lado de mi familia por motivos de trabajo y los extraño mucho, hace que esa sensibilidad aflore, pero no es mala, creo que de vez en cuando la distancia nos hace sentir mejor y apreciar más lo que realmente tenemos en el interior y lo mucho que podemos agradecer a la vida. He sido afortuna al encontrarme en el “Soberano” en la hermosa ciudad de Chihuahua y ver gran parte de la ciudad moderna, el amanecer y el atardecer con una luna inmensa como solamente se puede ver en las zonas del Norte del país, estar en un lugar agradable y lleno de jardines es bueno para el cuerpo y para el espíritu y a pesar del calor se sienten ganas de caminar por los prados y hacer algo de ejercicio.

En mi juventud casi no hice deporte, el trabajo y las comilonas hicieron su tarea y de pronto tuve que tomar conciencia de que era vital bajar de peso y hacer algo de ejercicio, no para ser “mamalón”, como se dice por ahí, sino para tener una mejor calidad de vida y ahora estoy convencido de que no importa la edad, hay que hacer algo de ejercicio, moverse, estar activo porque sino la vejez y el deterioro llegan pronto y destruyen todo. Así, bien dormido, bien vestido, bien comido, bien ejercitado, se puede tener una mayor calidad de vida y ser mucho más feliz y agradecido por todos esos espacios de tiempo que nos permiten entender la importancia del vivir. Y bueno, con algún tiempo adicional, puedo adelantar lo que tengo que escribir y leer varios libros que he adquirido… esto es vida y la verdad es que, a pesar de todo, es bueno tomar distancia para saber cómo se extraña y cómo se ama a los que queremos…

Y así, tuve la oportunidad de leer un artículo que me conmovió mucho y me obliga a reflexionar, escrito por Cristina Pérez Stadelmann y aparecido en el Universal, el día 13 de este mes, trata sobre el esfuerzo y el triunfo alcanzado por Carlos Enrique de Saro Puebla, de 33 años y que, venciendo el síndrome de Down, por una alteración “cromosómática a nivel de “mosaico”, una manifestación atenuada”, logra ser un gran ser humano, valiente, luchador, amable, trabajador que ha logrado construir un empresa de computación de la cual es director y brinda empleo a seis personas, da cursos, asesorías, estudia, se capacita, participa en varios organismos, trabaja duro y es conferencista.

Y bueno, explica cómo en la escuela lo marginaban y se burlaban los niños, cómo no entendía hasta llegar a los 28 años lo que tenía en realidad, hasta que su padre le confesaba su mal, pero en ese tiempo, ningún miembro de su familia le explicaba el tema y lo dejaban desarrollarse sin que le generaran angustias y complicaciones, así, poco a poco, con enorme dedicación se superó y logra sobresalir y ser en verdad un ejemplo para muchos padres y hermanos que tienen algún miembro con el Síndrome de Down.

Hace algunos años, mi esposa María Aurora, atendía a un grupo de niños y niñas con este problema y les daba clases y ejercicios en el gimnasio y me llenaba de emoción ver las reacciones de afecto y amor de esas criaturas, hasta las lágrimas. En algunas familias, se les escondía y no le permitían ser parte de la vida cotidiana de la misma ni de su sociedad. En Oaxaca, faltan escuelas especializadas para atender a muchos niños con problemas y es por ello que, un valeroso grupo de padres de familia, comenzaron a estudiar y a luchar por construir una escuela para atender y capacitar a sus niños. Por desgracia, los políticos, prefieren dilapidar recursos para la compra de voluntades y dirigentes antes que aplicarlos en las obras que se necesitan en verdad y es por ello que se pierden muchos talentos y seres humanos que por no tener oportunidad para capacitarse y trabajar se marginan y se discriminan en la sociedad. Por ello, hay, ahora, un grupo de restauranteros en la capital que se esfuerza en capacitar a algunos niños con este mal, para que sean buenos cocineros o pasteleros y trabajan en esos sitios, donde tienen amor y reconocimiento y logran independizarse o contribuir, en mucho, a la felicidad de sus hogares y al mantenimiento de los mismos. Pero no todos los “empresarios” tienen esa visión y se pierden miles de seres humanos en esa discriminación y marginación que los hace tan infelices…y que nos debe avergonzar…

Y cuenta Carlos: “Entonces comprendí por qué mi paso por la escuela no había sido fácil, por qué me decían apodos, entre otros “mongol”, por mis características físicas. Entendí por qué las mujeres me rechazaban: porque era un hombre hiperactivo; comprendí por qué no me atrevía a dar un paso en la calle sin estar acompañado por mi madre los fines de semana, y por qué en la escuela nunca me atrevía a participar en grupo. Recuerdo que mis compañeros, al verme, me gritaban, refiriéndose a mí: “¿Ahí bien el camión de la basura!”.

“Decidió entonces continuar con su formación académica como técnico en computación en una escuela privada de Cuernavaca y comenzó a participar en un programa de talleres dirigidos a padres de familia en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, lugar en el que también estudió su hermano menor”.

“Ahí obtuvo herramientas para fortalecer su autoestima, motivarse y motivar a los demás: “Estos cursos eran para mi padre, pero al fallecer decidí entrar a clases en su lugar, como un homenaje a él (…) En el Tec tomé cursos de manejo de emociones y comencé a contar mis experiencias de vida como persona con capacidades distintas. Supe que podía se buen orador”.

“Carlos continuó asistiendo a cursos de asertividad, desarrollo personal y habilidades del pensamiento; diseño de imagen, etiqueta en la mesa, historia del arte, desarrollo empresarial y macroeconomía. Fue durante estas capacitaciones que decidió que la palabra discapacidad no estaría en su vocabulario. Hoy le interesa potencializar las capacidades de aquello que tienen Síndrome de Down”

“Ofrece servicios de asesoría y computación a negocios y empresas; da soluciones en tecnología e informática, así como capacitación empresarial en inglés. Entre los objetivos de su empresa está el emplear a personas con capacidades diferentes. También da cursos de computación a domicilio”… y termina. “Nosotros, las personas con Síndrome de Down, podemos aportar mucho por nuestra comunidad y por nuestro país. Es cuestión de esfuerzo y de voluntad. No nos quedaremos en las esquinas, esperando”.

“¡NO A LA DISCRIMIANCIÓN!”, es el grito con el que concluye la entrevista… ojala, muchos, lo lean y reflexiones, lo busquen, lo muestren a sus hijos y amigos.. el ser humano es poderoso cuando no sufre discriminación ni la marginación, esto, lo debemos entender todos para ser mejores… ojala lo logremos como Carlos y muchos Carlos más en el mundo…que en realidad son un gran ejemplo de vida y de amor, de voluntad y constancia…

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