martes, 30 de agosto de 2011

Carlos Hank González

Les puedo asegurar que en mi familia existe un profundo amor a los animales, tenemos perros, gatos, pericos, guacamayos, pájaros, pescados, muchas plantas y gozamos mucho a una ponny a la que consentimos con especial cuidado. Mis hijos siempre han manifestado un profundo amor a la naturaleza y a la vida y esto nos hace gozar mucho los días y las horas que pasamos juntos, observando todo esto que es la maravilla del mundo.

Hace algunos meses tuve la oportunidad de viajar a Quintana Roo y al llegar al aeropuerto de Toluca, para tomar un vuelo privado al lado del actual gobernador, con un grupo de amigos que le acompañaban, y al ver que llegaban acompañados de sus hijos con unos perritos hermosos y cariñosos, tuve una inmediata simpatía a esa familia, no sé si serán buenos o mediocres como políticos, pero estoy convencido de que aquellos que aman la vida y a los animales por general son buenas personas. En esa ocasión por el número de personas que le acompañaban, solicite ir en otro avión que transportaba a los ayudantes y sin quererlo viajé con esos hermosos perritos que fueron una alegría en el trayecto.

Hoy, al ver en el diario Reforma el anuncio de que se ofrecen diez mil pesos por “SIMÓN”, QUE ES UNA DE LAS MASCOTAS DEL GOBERNADOR Roberto Borge y de su esposa Mariana Zorrilla, me recordó, cuando en los primeros días que llegábamos a Oaxaca, llevamos a una perrita que se llamaba “Motita” al veterinario y se le escapó; al llegar por ella nos enteramos del problema y de inmediato nos preocupamos, pusimos anuncios y pagamos por algunos spot dando cuenta de las características y de la recompensa que dábamos por ella, así pasaron los meses y un buen día, cuando se iniciaba la Semana de Pascua, por una de las ventanas que daban a la calle de nuestra casa en Oaxaca, escuchamos el ladrido de “Motita” y con gran alegría la recibimos, toda sucia y muerta de hambre… como si se hubiera consumado un “milagro” ya que esa perrita no conocía la zona y menos la entidad donde se encontraba, porque era el segundo día que estaba en ella cuando la llevamos al veterinario, sin embargo llegó. Así es la lealtad y el amor de los animalitos y así es la alegría que nos proporcionan, por esa razón, a pesar de que parezca “cursi” y fuera de lugar este tipo de anuncios donde se ofrecen recompensas por encontrar al perdido, creo que la gente también debe entender que esto forma parte de la vida y del amor y que cuando esto existe, también hay esperanzas para lograr mejor entendimiento con los demás. En verdad deseamos que “Simón” llegue sano y salvo a la familia que tanto lo quiere…

Y cómo pasa rápido el tiempo, y bueno, el tiempo tiene su ritmo y lo que sucede es que nosotros pensamos que se va agotando el que tenemos en ese ciclo de vida y de muerte que es la constante entre los humanos y en general en la vida. Hay gentes a las que se considera importantes en la política, en la industria, en la educación, en las finanzas, en la seguridad, en fin, en cada actividad hay gente que destaca por una u otra razón. Sin duda, Don Carlos Hank González, ha sido uno de esos mexicanos que marcaron a un grupo y a una época, algunos, lo consideran una desgracia para el país y otros un ejemplo, en fin, cada uno con su tema y con sus experiencias en la vida. Pero en justicia tenemos que ver los lados buenos y malos de una gente para entenderlas y no se puede hacer la evaluación con simples especulaciones y emociones que son totalmente viscerales y no tienen el equilibrio del tiempo y de los resultados. Pues bien, hace diez años murió Don Carlos Hank Gonzáles, el día 11 de agosto es la fecha que marca su muerte y para muchos, es el fundador del famoso Grupo Atlacomulco, cuando en verdad este grupo tuvo anteriormente otros fundadores que le dieron la vida y la fuerza, la visión en la política, entre ellos, el maestro Gustavo Baz Prada, quién fuera dos veces gobernador en el Estado de México, creador del Seguro Social, Rector de la UNAM, secretario de Salud y un destacado profesional en la medicina y gran formador de las generaciones en la universidad y en la política. Ahí, tuve la oportunidad de conocerle, en la Hacienda de La Gavia, que era propiedad del “Chope” Albarrán, en un desayuno, al profesor, ya que acompañábamos al maestro Baz en un gira por el Estado de México para ayudar algunas comunidades para la construcción de clínicas del pueblo patrocinadas por el Hospital de Jesús y que se hacían con el apoyo de las propias comunidades donde participábamos algunos estudiantes y profesionistas.

Y bueno, siempre nos atendió con ese “encanto” personal del que tanto hablan los políticos que tenía y por el cual llegó a alcanzar los niveles en la política y ser un talentoso y exitoso empresario que le permitió amasar una gran fortuna. de alguna forma, tuvo siempre la visión de que a los amigos hay que atenderlos y tener especial lealtad con su trato y relaciones, por esa razón, tuvo la cercanía de muchos políticos a los que servía en los momentos “difíciles”, cuando normalmente los amigos desaparecen y dejan solo a los hombres con problemas, él actuaba diferente y salía a dar la cara y brindar el apoyos cuando más se requerían, por ello, sin duda alguna, tuvo esa visión y gozó de la simpatía de muchos hombres en la política, en la educación, en los negocios y entre los “intelectuales” a los que brindó apoyo en su momento de despegue y en los días difíciles que siempre tiene uno en la vida.

En los 73 años que vivió, tuvo esa fuerza y convicción que ha sido una base importante para el desarrollo de ese grupo que hoy se perfila con una fuerza especial, encabezando la posibilidad para Enrique Peña Nieto de llegar a la presidencia, como en su momento la tuvo, Adolfo López Mateos… y bueno, las cartas están en la mesa… y a jugar se ha dicho…

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