jueves, 11 de agosto de 2011

La culpa es nuestra

Cuando uno llega a pasar de los 60 años, como es mi caso, donde cumplo el próximo 13 de septiembre, 67, no se podrá olvidar de dar gracias a la vida por darnos tanto, por permitirnos estar al lado de los que queremos, amamos, sentimos, al lado de nuestros seres queridos y de nuestros amigos; aprendemos a conocer a las personas por lo que realmente son y no por lo que aparentan, algunos dicen que, esto, es sabiduría, y yo sostengo que es simple experiencia de los años; sentimos emoción cuando vemos los amaneceres y los atardeceres, cuando vemos una flor hermosa o el vuelo de un ave; me encantan los arcoíris, por fortuna, he podido ver algunos dobles y triples y esto no es sencillo ni normal de verlos; me gustan las sonrisas de alegría de los niños y las caras felices, me entristecen los llantos y las penas, pero no hay de otra que vivirlas, no todo es alegría, también hay penas y tiempo y entendemos la paciencia o reclamos las prisas porque sabemos que no tenemos tanto tiempo como los más jóvenes, nos angustia pensar que dejaremos este mundo tan maravilloso con gente tan hermosa y linda, tan alegre y tan plena, en fin, llegan los tiempos en donde tenemos que aprender a dejar esto y pensar en que lo que hemos sido y vivido; lo hemos hecho con alegría, con honestidad y con lealtad, que amamos la vida, no hay duda, pero también entendemos que los ciclos de la misma tienen sus topes y sus niveles y, ni modo, por ello, cuando pienso en lo afortunado que he sido, en lo mucho que tengo y he construido y recibido, me alegra el corazón, porque no tengo nada de qué arrepentirme porque todo lo que he hecho los he hecho con honestidad y seriedad, de buena fe y, los errores, no los puedo remediar pero si asimilar, lo mejor está en lo que vivo con el día al día y con el momento al momento y claro, me alegro de que puedo reír, comer todo lo que me venga en gana, camino bien y veo bien, puedo leer con pasión, devorando libros y libros que me hacen recordar muchos pasajes de mi vida y me permiten ver lo importante que es cada ser humano y su valor, en fin, damos gracias a la vida y, de vez en cuando, cuando nos ponemos a pensar y reflexionar, pensamos en Dios y en la vida después de la vida, nadie puede decir lo que es, pero cuando menos, todos, la podemos imaginar y de imaginación están construidos los hombres y las sociedades que no se dejan morir ni se quedan paradas esperando que las devore el tiempo.

Doy gracias porque he tenido experiencias maravillosas en la vida, algunas tan complicadas que me han mostrado la VIDA Y LA MUERTE tan cercanas que, por ello, maduramos, tal vez, más que otros que tardan mucho para entender que todo acaba de un momento a otro, sin que nadie piense en ello, así es como admiro mucho a los chinos y a los japoneses, me encanta su forma de ser y de pensar, de vivir, de cómo sienten el mundo y cómo interpretan la vida. Hubiera querido conocer más de cerca y por más tiempo a esos grupos, porque no hay duda que tienen esa dignidad que puede entender la vida y comprender la muerte de tal forma que, lo que es arriba es abajo y saber que, lo único que no cambia es que todo cambia…

Entendí, hasta ya de viejo, que no podemos cambiar a los demás si antes no cambiamos nosotros, pero lo importante no es cambiar a los demás sino entender que cada uno es diferente y que se debe querer y amar a los demás tal como son, con sus virtudes y con sus defectos, total, nadie es perfecto a pesar de que muchos pierdan mucho tiempo buscando esa perfección que solamente se encuentra al paso de los años y viviendo intensamente cada momento en el que estamos. Hay muchos consejos que nos dan los viejos y que, por darlos, pensamos que solamente son parte de su nostalgia y de su encanto personal, olvidando que, finalmente, todos formamos algo único y universal y que todos somos parte de este enorme, gran y bello Universo donde ante su grandeza, somos simples átomos o enormes y grandiosos, según el sitio y el lugar. La verdad es que he sido enormemente feliz, me encanta mi vida y no la cambiaría, no tengo resentimientos, ni odios, ni siento que no he alcanzado lo que he querido, al contrario, he sido afortunado y soy muy feliz y agradecido con todos y con mi vida. Tengo la virtud que sigo estudiando cada día y cuando puedo tener un tiempo también descanso, reflexiono y observo, observo mucho y con atención, para no dejar esa experiencia que se pierda y no se vea, en fin, los colores me maravillan, los aromas me encantan, los sonidos me arrullan y me llevan a pensar mucho y a reflexionar sobre lo grandioso que es el ser humano,. .

Sin duda, me encantaría mucho poder recuperar a muchos amigos y seres queridos a los que siento no pude demostrar el gran cariño y el afecto que sentía por ellos y que, por eso, se fueron o los perdí, pero no siento culpa por ello, simplemente digo que quisiera que todos aquellos que he dejado en el camino supieran que siempre han sido importantes en mi cariño y en mi vida. Claro que quisiera que mis hijos entendieran todo esto, pero un día lo sabrán ellos por ellos y no por lo que uno les quiere dejar como experiencias que, ellos, tendrán que pasar para que sean válidas. Así van a crecer y a ser más sabios o mejores hombres y mujeres en la vida…

Muchos se quejan por lo que lo tuvieron o por lo que creen les ha sido negado o no pudieron alcanzar, no se pueden conformar con lo que tienen y con todo lo que han tenido, pero en fin, es problema de cada cual y no es el mío. Hay gentes que siguen odiando y no olvidan y la verdad es que no se trata de olvidar, no se puede olvidar lo que se ha vivido o lo que se ha sufrido o alegrado, la experiencia es de uno y no se tira ni se retorna, simplemente se vive y se asume. No puedo controlar lo que no está en mi hacerlo, pero puedo saber, hoy en día, que puedo controlar mi forma de entender y comprender cada cosa y cada experiencia, por ello, ni mi agito ni me enloquezco, simplemente vivo, porque es necesario que viva uno lo que es de uno, porque la vida, nuestra vida, es de cada uno y no de los demás…

Hoy que me encuentro en Chihuahua, rodeado de muchos amigos y seres a los que respeto y admiro, puedo ver lo bello de su gente y de su naturaleza, por eso creo que es bueno el recorrer, cuando uno sabe ya dejar las cosas que no son importantes y viajar con equipaje ligero, muchas partes de este bello y hermoso país. Se ve con otros ojos y el corazón lo interpreta diferente… es cuando pienso en el gran daño que le estamos causando a este país cuando lo envolvemos, por intereses bastardos y egoístas, en la espiral de la violencia y de la muerte. Cuando pienso en ciudad Juárez, no puedo evitar estremecerme por esa violencia, por esa brutalidad y por esas muertes que son convertidas en simples números y estadísticas, para no brindarles la importancia que tienen. No se pude ser tan perverso en la vida, pero existe esa perversidad y sobre todo, no puedo dejar de ver que la brutalidad proviene de la incompetencia y de las complicidades y sociedades que genera el poder y de los hombres del poder, por ello, cuando me cuentan que Felipe Calderón llegó a Juárez, simplemente, a grabar sus spots de campaña y de informe y uso todo ese inmenso aparato de seguridad para este tema publicitario que solamente le servirá a su ego y a su egoísmo, no hay más que una comprensión indignada de mi parte, y bueno, la gente es así, porque le permitimos ser así, porque no sabemos mostrar nuestra dignidad y respeto para exigir que se nos respete. La culpa es nuestra, de nadie más…si queremos cambiar, cambiemos cada uno para entender que la vida es distinta a lo que nos quieren vender… en la muerte…

No hay comentarios: