martes, 30 de agosto de 2011

Bendiciones

Hace un par de días una amiga que llegó a comer con nosotros a la casa, me comentaba que estaba cansada de las malas noticias y de las cosas desagradables, que no leía diarios porque todo era una verdadera mierda, que no escuchaba noticieros porque igualmente todo estaba mal y con alta negatividad, que no veía televisión por las mismas razones y es claro que terminaba diciendo que ella, estaba con Dios y que todo el día pensaba en cosas buenas porque era la forma en que tales cosas se materializaban y bueno, cada uno con su tema, pero no hay duda que el huir de la realidad no permite ni cambiarla ni confrontarla, nos guste o no lo que tenemos en puerta y es lógico que, si creemos en Dios, pues Dios estará arropándonos de la mejor manera y no porque se vea la realidad dejará de hacerlo.

Es claro que todos queremos vivir en paz y con seguridad, que nada nos moleste ni nos perturbe la vida y que nada afecte a nuestros seres queridos, pero para ello, tal vez, deberían aislarse en algún complejo de esos para súper millonarios que tienen comodidades, seguridades y diversiones al por mayor, y seguramente, esa, debe ser una vida inmensamente aburrida. Y claro, todos los que creemos en un ser supremo, pues tenemos la ventaja de que haciendo oración y reflexión, podemos, cuando menos, aclarar nuestros pensamientos y ver con mayor claridad lo que sucede y la forma en que podemos sobrevivir a la realidad a la que no podemos sustraernos. Todos queremos vivir en paz y con seguridad y alegría, pero no es así, cuando menos no nos lo permiten las circunstancias actuales. Por ello, para complacer un poco a nuestra amiga, ahora, me permito publicar una antigua bendición Celta:

“Que el camino salga a tu encuentro. Que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos. Y hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te sostenga suavemente en la palma de su mano”

“Que vivas por el tiempo que tú quieras, y que siempre quieras vivir plenamente”

“Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron, pero nunca olvides recordar aquellas que te alegraron”

“Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos, pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron fieles”.

"Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron, pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día”

“Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado”

“Que nunca caiga el techo encima de ti y que tus amigos reunidos debajo de él nunca se vayan”.

“Que siempre tengas palabras cálidas en un anochecer frío, una luna llena en una noche oscura, y que el camino siempre se abra a tu puerta”

“Que vivas cien años, con un año extra para arrepentirte. Que el Señor te guarde en su mano, y no apriete mucho su puño”.

“Que tus vecinos te respeten, los problemas te abandonen, los ángeles te protejan, y el cielo te acoja; y que la fortuna de las colinas Celtas te abracen”.

“Que las bendiciones de San Patricio te contemplen, que tus bolsillos estén pesados y tu corazón ligero., que la buena suerte te persiga y cada día y cada noche tengas muros contra el viento, un techo para la lluvia, bebidas junto al fuego, risas para que te consuelen aquellos a quien amas, y que se colme tu corazón con todo lo que desees.”

“Que Dios esté contigo y te bendiga, que veas a los hijos de tus hijos, que el infortunio te sea breve y te deje rico en bendiciones”.

“Que no conozcas nada más que la felicidad, desde este día en adelante”

“Que Dios te conceda muchos años de vida, seguro él sabe que la tierra tiene suficientes ángeles”.

“Que el camino salga a tu encuentro. Que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos… ¡Así sea cada año y para siempre!”.

Y dentro de esa bendición que es tan hermosa y tan agradable es cómo debemos pensar bien, sin dejar de ver la realidad por cruda que sea y con el sentimiento de que podemos cambiarla cuando queramos, porque es a los hombres de buena fe y de valor a los que toca hacer esos cambios para el bien nuestro y para bendecir a los que queremos y a los hombres y mujeres con los que compartimos nuestra suerte en este momento ,de acuerdo a los tiempos y circunstancias que tenemos que enfrentar para poder cambiar. Este es el verdadero camino de los guerreros de la vida y no de los mensajeros de la muerte que tenemos que soportar para que, ellos, como políticos, banqueros, policías y mentecatos, sean y sigan haciendo de la desdicha su negocio y de la política su fortuna… si queremos cambiar, pues cambiemos, luchando…y reflexionando sobre los malos funcionarios que es a los que debemos quitar… Si nos acobardamos no logramos cambiar la realidad… y seguiremos igual o peor que como estamos…

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