Negocios de las tragedias

Cuando se dan las tragedias, enormes tragedias que afectan a miles de familias y dejan en la orfandad, la viudez o en la discapacidad a millones de seres humanos, cerca de nosotros, tal vez, con otros lenguajes, con otros colores, con otras costumbre, pero vemos por medio de las imágenes de televisión y las notas el nivel del dolor, desesperación, tragedia, tristeza, desamor, falta de solidaridad, confusión, incredibilidad, tenemos que reflexionar sobre nuestra propia realidad y entender de casos similares, donde en México, aún están abiertas las heridas del terremoto de 1985 y de la falta de valor, eficiencia, solidaridad, que el pueblo mexicano pudo observar de sus políticos, de los inmensamente ricos, de los empresarios y banqueros que aprovecharon la misma para continuar con su política de utilidades y de ganancias, de despojos, porque gran parte de sus inmensas fortunas siempre se han despojado a su favor, cuando un pueblo tiene mayor necesidad, finalmente, paga mucho más por lo poco que recibe y se deja explotar con la esperanza de tener al futuro mejores condiciones de vida y de bienestar que jamás llegan.

Que bueno que los medios de comunicación y los grandes empresarios brindan auxilio y dan cuenta de la tragedia, que bueno que el gobierno mexicano envía algo de apoyo y ayuda, que bueno que se realizan campañas para ser solidarios con un pueblo en desgracia, que requiere de la solidaridad de todos, que bueno que algunos aprovechan el espacio para dar pero para promocionarse políticamente o bien, para darse la publicidad a su actividad o sus negocios, pero, cuando pensamos que, en este país viven en miseria permanente, con hambre, desesperación, marginación, insalubridad, sin casa, sin empleo, millones de mexicanos, nos preguntamos por qué razón las empresa de televisión no hablan del tema, no sacan los reportajes de esa tragedia que se vive y se sufre diariamente en nuestro país, por qué razón no se habla sin dar cuenta de las “aspirinas” y de los programas gubernamentales de “ayuda” que solamente están destinados para obtener los votos y promocionar a sus hombres y políticos cuando se busca el poder y la continuidad en el mismo, no, el poder para servir, sino el poder para servirse, para proteger sus intereses y hacer los enormes y grandes negocios al amparo de la política. Y nos preguntamos el por qué empresarios, banqueros y especuladores, esos que ahora se lamen los bigotes porque podrán abiertamente y protegidos por los políticos y funcionarios despojar de sus casas a los deudores ya que, el INFONAVIT y otra entidades, dejan que sus carteras de adeudo sean rematada a empresas especuladoras para que éstas puedan despojar a las miles de familias de sus casas que no han podido terminar de pagar, no porque no quieran, sino porque no pueden en estos momentos y porque muchos de sus habitantes no tienen empleo o lo han perdido en esta crisis derivada de la ineficiencia, las complicidades y corruptelas de la actual administración que se junta con las que se vienen arrastrando de los anteriores socios y cómplices políticos de otras administraciones. Y si esa tragedia diaria es así y se ve y se sufre en este país por millones de compatriotas, no entendemos la razón por la que no se realizan campañas permanentes de solidaridad y apoyo para que, todos, aportemos algo para los hermanos, cercanos, compatriotas que también requieren de nuestra solidaridad y apoyo de los que tenemos un poco más y que podemos aportar y dar algo… esto no quiere decir, que pensamos que no debemos ser solidarios con los hombres, mujeres y niños que viven en la desgracia y la pobreza en otros países, al contrario, simplemente reflexionamos sobre esa realidad y tenemos que voltear a lo que tenemos a un ladito, cerca de nosotros y que invaden de tristeza, desesperanza, discriminación y pobreza a millones de compatriotas, nuestros hermanos de sangre., destino, presente y futuro.

Es impresionante la cobertura que se realiza por parte de los espacios de televisión para mostrar las tragedias ajenas y no dar pie para que pensemos en las muestras o tratan de despertar la idea de que allá están peor que nosotros y esto da una tregua para que no se exijan las soluciones en nuestro país. Que bueno que se habla de esto, es una realidad que no se puede ocultar, pero, curiosamente, en México, todos se confabulan para ocultar las tragedias que viven millones de pobres y desempleados, ancianos abandonados y niños o mujeres desamparadas por las que nadie brinda solidaridad y se les pretende controlar por medio de limosnas no de ayuda y de apoyos que les permitan desarrollar y crecer como seres humanos y que puedan construirse un futuro más digno y mejor que en el que viven y, por esa razón, pensamos que, sería bueno el que implementáramos campañas permanente de ayuda a los nuestros a nuestros miserables, pobres y desamparados.

Hace unos días se hablaba del famoso contrabando de las “pacas de ropa que ingresan por miles en nuestro país”, esa ropa usada es parte de una campaña norteamericana que se genera con la ayuda y apoyo de las grandes cadenas de tiendas en Estados Unidos por parte del “ejército de Salvación” y consiste en que las gentes que no utilizan algún tipo de ropa la meten en las bolsas, limpia y la van a depositar a los lugares de acopio. Así, un gran grupo de gentes se encarga de seleccionar y empacar la misma ropa usada y la venden, por pacas, a los contrabandistas y comerciantes en nuestro país que la ingresan de contrabando y la venden en un gran sistema de tiendas y lugares, porque la gente necesita y requiere de esa ropa barata, le urge vestir y no le importa ni le interesa que sea usada, robada o contrabandeada, le interesa que puedan adquirirla para ellos y sus familias a un bajo precio. Así, los norteamericanos, vendiendo y haciendo un negocio multimillonario con los comerciantes y contrabandistas del país, lograr recaudar cientos de millones de dólares que utilizan en sus programas de apoyo y ayuda para sus indigentes y desesperados pobres que también existen en el país más grande del mundo y esas utilidades las sacan vendiendo ropa usada a los más pobres de nuestro país. Es decir, los pobres de México subsidian los programas o parte de los programas norteamericanos para los pobres… o somos muy chingones o somos muy pentontos y así, muchos políticos, funcionarios y policías se siguen enriqueciendo…

Sin embargo, en México, oficialmente, está prohibido comercializar y vender este tipo de ropa usada dizque para proteger a los mexicanos de posibles contagios que puedan ser trasmitidos en esas prendas o bien, dizque, para proteger la “industria nacional del vestido” que está en manos de un reducido grupo de fabricantes extranjeros y de comerciantes voraces que venden las prendas de ropa a precios inaccesibles, logrando grandes utilidades ya que gozan de la protección oficial para continuar aumentando su comercio monopólico que tiene impunidad para sus transas, así, hemos visto crecer grandes fortunas de esos “textileros” que, no fabrican telas en las cantidades que se requieren, sino que las sostienen para justificar el gran contrabando que realizan desde Estados Unidos y son ellos, junto con los “funcionarios de hacienda” que se logran los enormes contrabando documentados que se implementaron, desde la época de Gil Díaz y de José Guzmán Montalvo y que controlan sus gentes y socios en este enorme y gran negocio…

En la actualidad la famosa “industria nacional” no existe, ahora los comerciantes y textileros mandan maquilar o traen de contrabando documentado las prendas de vestir desde China y por esa razón como nota “curiosa” las autoridades promueven la información de que un grupo de visionarios comerciantes de Tepito cuentan con oficinas en China para dar la idea de que son esos comerciantes los que hacen el contrabando Chino y no los grandes empresarios que venden sus productos en las tiendas de lujo, engañando a los consumidores sobre el origen de las prendas ya que aquí les cambian marcas y lugar de origen… total, son etiquetas y con este cambio encubren los contrabandos y logran grandes fortunas… porque tienen la impunidad, la complicidad o las corruptelas de los políticos y funcionarios.