A NADIE SORPRENDE QUE dos bisnietas de revolucionarios salgan en una revista de desnudos como Dios las colocó en el mundo, su mundo, el mundo bonito que ellas han gozado por el sacrificio que realizaron sus bisabuelos y por los muchos bienes que lograron heredar después de que la Revolución se consolido como la ROBOLUCIÓN y, por esa razón, no es extraño que la derecha y los derechistas, ahora, sean los herederos de aquellos viejos revolucionarios que, cuando menos, pensamos, actuaron con algo de decencia y honestidad… así que tampoco nos debemos espantar cuando los “Revolucionarios” del PRD y los “mochos” del PAN, también se encueran, en algunos Estados y se unen en esas relaciones carnales que solo nos pueden mover a la risa y a demostrar lo que hemos sostenido: la política es un negocio y en la política, para subir y actuar, se debe entrar en el juego de las prostitutas: con el que pague mejor, no con el que se quiera… y esto es lo que se hace ahora. La política se realiza y consolida en las casas de prostitución, finalmente, hasta la Constitución, es la “niña” más violada por los políticos y funcionarios.
Alguna ocasión, como pateando el bote, sacábamos algunas conclusiones sobre la historia del país y llegábamos a éstas que seguramente, los intelectuales, a los que les encanta tomarse en serio, podrán rebatir y desechar: la Conquista no la realizaron los españoles, la hicieron los indígenas que estaban hasta la madre de las brutalidades de los Aztecas y que vieron en los españoles la oportunidad de tomar venganza… la Independencia no la hicimos los “mexicanos” la hicieron los españoles que estaban en contra de la situación política en su país y vieron la oportunidad de tomar en explotación a este empobrecido país al cual también engañaron… siendo un hombre profundamente liberal, tal vez, lo que diga sobre este tema, causará enojo a los “puritanos y dogmáticos”, pero la realidad es que gran parte del esfuerzo en el Movimiento Liberal, no lo hicieron los liberales, lo hicieron los curas liberales para que, posteriormente, se incorporaran las mentes más brillantes y honestas al lado de Juárez. Porfirio Díaz se levanta una vez, bajo el grito y consigna de “No reelección”, como ahora, Calderón, pretende las reelecciones y para fregarla, estamos convencidos de que el Movimiento Revolucionario o la Revolución, no la iniciaron los pobres, los jodidos, la iniciaron y alentaron los ricos terratenientes del Norte y los dejados del poder y sus negocios, tal como ahora vemos a los “revolucionarios del Perderé”. En fin, para que la cosa amarre y las mentadas nos lleguen con sabor, diremos que, en realidad, la “expropiación petrolera” no fue un movimiento antiimperialista y contra los gringos como nos lo han hecho creer por muchos años, la verdad es que fue ordenado por los norteamericanos para expropiar de verdad a los ingleses y holandeses y evitar que los nazis se metieran a invadir al país o fortalecieran sus vínculos políticos, como lo venían haciendo a través del Periódico El Mundo, cuya avanzada tecnología y maquinaria la donaron a un grupo de “destacados empresarios que contrataron, como hoy, a varios de los columnistas más importantes”, por ello pagamos, ahora, altos precios por los combustibles que, les vendemos barato, para comprarlo, transformado, muy caro… si vivimos en un país surrealista y por ello, el padre del surrealismo, André Breton, declaraba que no había que inventar nada, solamente había que estar un tiempo en México para entender este surrealismo total…
Y es que en general, muchas cosas y hechos nos resultan inexplicables o complejos, sobre todo, porque al parecer, desde la escuela, no nos han formado para tener claridad en los dichos y congruencia en los hechos. Por ejemplo, cuando hablamos con algunos amigos sobre este tipo de temas, unos, nos dicen que somos duros y claridosos, que no tenemos “pelos en la lengua”, mientras otros que quieren quedar bien con todos y pasar como hombres sensatos y correctos, que tienen tener un equilibrio para eludir sus compromisos sociales y políticos, dicen que somos brutales y descarnados y, la verdad, es que queremos estar en la realidad y en el presente. Los hombres, somos capaces de sobrevivir en las condiciones más difíciles y contrarias, somos especiales para dar solución y enfrentar o confrontar los mayores peligros y tener la mejor sensibilidad que puede llegar a la poesía y es por ello que, cuando hablamos que tenemos la capacidad de llorar y que debemos utilizarla, no falta algún despistado que piensa que somos llorones o que tenemos temores… y bueno, uno refleja los miedos propios y las debilidades, por ello, cuando algunos nos dicen lo que debemos hacer o lo que debemos pensar o escribir, pues nos reímos y pensamos que sería bueno que ellos tuvieran el valor para desnudar su alma, su espíritu y sus conocimientos y no esconderse en la burocracia y en la cobardía del chisme y del rumor…
Es pues increíble que, cuando el hombre logra conquistas del espacio, supera la acción de la muerte y logra salvar vidas, transplantar como a nuestro amigo, Agustín Serna, el hígado y salvarle, cuando somos capaces de remontar mares y llegar a alturas infinitas y bajíos terribles, nos perdamos en las pequeñas intrigas, en las tragedias, en las pichicaterías, en las acciones que someten el rumor y pretenden crear dudas sobre el comportamiento de los que hablamos y escribimos con valor, cuando menos, somos capaces de decir lo que creemos y pensamos, sin importarnos el qué dirán o el pretender ocultar las cobardías y los bastardos intereses personales para que se nos conserven las chambitas y nos paguen puntualmente ,como burócratas de medio pelo…
Dicen los que saben que los vacíos se llenan, no existen en la naturaleza ni en el campo del espíritu, por ello, por lo general, las emociones son las que cubren esos vacíos existenciales de los mediocres y de los pequeños intrigantes, frustrados y dogmáticos y, las preocupaciones, los miedos, los odios y las envidias son atraídos, para llenar ese vació. Es increíble que tengamos la capacidad para encarar los grandes desastres y tragedias de la vida con valor y que, las minucias, los chismecitos, las intrigas, las envidias, se conviertan en “dolores de cabeza” y, nos venzan, nos liquiden, nos destruyan. Por ello es que los que sabemos y entendemos de tales cosas, buscamos, siempre, confrontar para aclarar y si es necesario, pelear… grandes árboles que han resistido el tiempo, las sequías, las tormentas, los vientos, los rayos y huracanes han sucumbido ante el ataque vil y cobarde de hormigas y de pequeños insectos. Una gran cantidad de problemas familiares o personales, muchos de los que llegan a los tribunales, se provocan por minucias, por palabras y por chismes, por injurias, por jactancias, por disputas, palabras inconvenientes que solamente reflejan la envidia o el malestar ante los demás y es por ello que todos debemos estar atentos a que no se nos distraiga y confunda con tales conflictos… se podría decir que “las cosas que causan la mitad de los pesares del mundo son los pequeños golpes que se asestan a nuestra propia estimación, las faltas de consideración, las heridas sin importancia a nuestra vanidad” y lo curioso es que, cuando se reciben, no se pueden soportar… menos, cuando se han iniciado por uno, así que si queremos llevar la “fiesta en paz”, no nos tomemos nada en lo personal, no tengamos empacho en preguntar antes que en especular, si no nos cae bien alguien o no lo tratemos o busquemos la forma de ser amigos, sin falsedades, sin envidias ni resentimientos, con honestidad se puede caminar por el violento y duro camino de la vida, recordando que, “la ley, no se ocupa de minucias” y si queremos tener paz interior y tranquilidad, tampoco debemos ocuparnos de minucias, en vez de preocuparse, hay que ocuparse… dejar los agravios y olvidarse. André Maurois dijo: “Henos aquí en esta tierra, con pocas décadas más para vivir, y perdiendo muchas horas irremplazables en rumiar agravios que, al cabo de un año, habrán sido olvidados por nosotros y todo el mundo. No, dediquemos nuestra vida a acciones y sentimiento que valgan la pena, a las grandes ideas, a los afectos verdaderos y a las empresas perdurables. Porque la vida es demasiado breve para ser pequeña” .
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