domingo, 17 de enero de 2010

Las tragedias de México y Haití

POR SUPUESTO QUE EN LAS TRAGEDIAS NO SE DEBEN MANIFESTAR LOS RESENTIMIENTOS SOCIALES, pero no podemos menos que preguntarnos sobre el por qué a los más jodidos de Haití, donde además de severos problemas de identidad, de pobreza, de explotación, de miseria, de marginación, de insalubridad, de inseguridad, de analfabetismo, de militarización, de dictaduras, además de todo, ahora, la madre naturaleza, los deja efectivamente como el “papá Doc” lo pretendía, al construir y generar aquellos terribles sicarios a su servicio, conocidos como los Totom Matutes.

Uno se pregunta si el creador nos da una muestra de su poder destructor o bien nos alerta sobre lo que puede suceder para que todos en el terror, aprendan nuevas formas de comportamiento. Las preguntas sobre las tragedias que siempre suceden y afectan a los más pobres, marginados, explotados, nos hacen hacer serias reflexiones. Por ejemplo, en la tragedia del terremoto en la capital del país, donde perdieron la vida más de veinte mil mexicanos, miles de damnificados, miles de seres humanos sin casa, sin familia, sin atención, heridos o huérfanos, sobrevivientes de la tragedia pudimos dar cuenta del horror y del terror que esto genera, no perdimos la fe ni la confianza en nuestras propias fuerzas ni en la verdadera solidaridad entre todos, pero si la perdimos en la eficiencia o en la actividad propia del gobierno y de sus gobernantes. Ahí, supimos el verdadero tamaño de nuestros políticos, la mediocridad y el terror de los mismos para enfrentar esa realidad tan dura y difícil. Ahí, vemos a un acobardado presidente Miguel de la Madrid, asesorado por sus cuates de parranda y de fiestas de disfraces que, escondido, no había qué hacer ni dónde empezar a hacer, mientras el pueblo salía con picos, palos, ganas y huevos, a brindar el apoyo que pudieran a todas las víctimas y a todos los damnificados. Los soldados se tuvieron casi que insurreccionar para salir de sus cuarteles y brindar la ayuda a las víctimas y auxiliar a la población, porque el acobardado presidente, no daba las instrucciones para que se diera el auxilio, porque algunos de sus amigos y gentes de confianza decían que, de salir el ejército como se suponía, se acordara que en el proceso electoral, muchos miembros del ejército, simpatizaban con otro candidato, porque conocían el entreguismo y la degeneración de De la Madrid, y podrían aprovechar el momento para dar un “golpe Militar,” olvidando que los soldados mexicanos son leales y disciplinados ante las instituciones, no importando quién o qué partido gobierne el país.

Hoy, en Haití, el presidente, René Préval, declaraba que el mismo “ha caminado entre cuerpos aplastados y oído los gritos de las personas atrapadas entre los escombros”, no ha dormido y calcula que la tragedia puede provocar miles de muertos y afecta a más de tres millones de haitianos. Mientras en muchos lados le hacen al cuento con los minutos de silencio y no mandan apoyos ni ayudas, mientras, los multimillonarios, son velados entre flores y ceremonias, los miles de empobrecidos y explotados se quejan entre los escombros y lloran, impotentes, a sus víctimas, sin embargo, Obama, un presidente del mismo color que este pueblo que sufre la tragedia, anuncia la solicitud de miles de millones de dólares para continuar con sus guerras en el mundo gastando dinero de los norteamericanos, para defender a sus mafias y hombres del poder y no pueden, además de destruir a los países y matar a su hombres, mujeres y niños con el pretexto de la guerra, apoyar, seriamente, a la reconstrucción y al auxilio de los millones de víctimas que sufren en Haití y que, seguramente de continuar este problema y seguir los terremotos y maremotos, seguirán afectando a millones de seres humanos en todo el mundo, mientras ellos, solamente buscan beneficiarse por medio de la economía de guerra, matando y asesinando a miles de seres inocentes y aumentando la contaminación y el calentamiento del planeta que es lo que genera este tipo de tragedias.

Así, en México, vamos asesinando, por varios mecanismos, a más de quince mil mexicanos dentro del esquema de esa “guerra contra el narcotráfico,” cuando todos sabemos que solo es el pretexto para que se compren armas, se construyan en vez de escuelas, casas y hospitales, cuarteles y contraten a miles de policías y paramilitares que seguirán la política represiva y de eliminación de cuadros y dirigentes en todo el país, bajo el pretexto de esa lucha. No dan seguridad a los mexicanos, pero un grupito de funcionarios, policías, políticos, banqueros y especuladores, son los que se benefician con los millones de dólares que se apropian de los miembros del crimen organizado o bien, con este pretexto, eliminan a sus socios para despojarles de sus utilidades y fortunas, tal como lo sabemos muchos, sucede, en todo el país. Así, se construyeron las grandes fortunas de los banqueros y especuladores que, posteriormente, fueron los que vendieron los bancos e instituciones financieras de capital y de inversionistas mexicanos, a los extranjeros, para obtener, un pequeño y selecto grupo de ellos, al lado de algunos políticos, enormes fortunas…. Mientras tanto, millones de mexicanos o de seres humanos en el mundo, se empobrecen y sobreviven con un dólar diario o menos para sostener a sus familias.

Este empobrecido y explotado país, ahora, sin gobierno, sin instituciones, seguramente, tendrá que soportar incluso el terror y la violencia, los saqueos de gente desesperada por llevar un poco de pan a las bocas de sus seres queridos, los militares brutales de Haití, auxiliados con otras fuerzas paramilitares, serán las que repriman, asesinen y masacren a miles de gentes que, en su desesperación y falta de guía y conducción, buscarán obtener, por la fuerza y la violencia, algo de comida o de cobijas para ellos y sus familias. Esto es lo que nos puede suceder en México y en otras partes del Mundo, esas masas de explotados, miserables, empobrecidos, desesperados, pueden juntarse para reclamar algo de comida o reclamar atención a sus problemas y necesidades, por ello es que debemos ver que, la realidad, cuando se aumentan las fuerzas de policía y las paramilitares con el pretexto de guerras contra el crimen y el narcotráfico, solamente se están encubriendo las verdaderas intenciones de los hombres del poder, de los poderosos del país, para proteger sus intereses y tener la capacidad para reprimir cualquier intento de la población para reclamar derechos y exigir atención a sus demandas populares y reclamos sociales. Esta es la realidad de lo que sucede. Por desgracia, la ultraderecha, no tiene capacidad para entender que lo mejor para evitar las insurrecciones y los movimientos sociales, es dar solución a esos reclamos en empleo, vivienda, salud, dar pues, casa, vestido y sustento, con empleo y dignidad a los marginados y empobrecidos y no establecer la fuerza y las armas para su protección, por medio de la represión y la violencia institucional, que no deja de ser injusta y de matar y asesinar a los inocentes en el país y en el mundo.

Si Barac Obama y los presidentes del mundo atienden los reclamos y dan ayuda incondicional y gratuita a los que ahora sufren sabremos que están siendo congruentes con sus planteamientos, sino, solamente, se convertirán en líderes que dejan sus convicciones para ser incondicionales de los mafiosos y monopolios que controlan la economía y la política en Estados Unidos y en el Mundo. Hoy, debemos ser solidarios y apoyar a los que en verdad sufren, sin condiciones ni imposiciones. De otra forma, reclamemos que, en Estados Unidos, en vez de armas, se generen alimentos y promuevan los empleos, la paz y seguridad entre los pueblos y naciones, no las guerras y odios por cuestiones religiosas y étnicas, como hoy lo hacen. La intervención, debe ser para ayudar, no para controlar y reprimir…

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