miércoles, 1 de julio de 2009

Prostitución estudiantil


En la revista proceso aparece un reportaje de Julio Alejandro Ríos: “Historias de prostitución estudiantil”, donde con gran talento periodístico nos narra varias de las experiencias que han generado por este proceso de prostitución que avanza en Guadalajara y afecta, principalmente, a estudiantes que por falta de empleos, oportunidades laborales se han encausado a ejercer la prostitución con el pretexto inicial de poder pagar las altas colegiaturas que, en varias universidades, alcanzan hasta más de los 70 mil pesos por semestre, además de los materiales y útiles que se requieren y el gasto de manutención por ese espacio. En otros casos nos asegura que se han iniciado como broma y porque quieren experimentar el sexo y siguen en este proceso porque les resulta rentable. También habla de las tragedias que se han provocado cuando se les ha descubierto y habla de un caso donde una de las chicas, próxima a contraer matrimonio llegaba a la fiesta donde la contrataron con otra más, para darse cuenta que era la “despedida de soltero” de su próximo esposo, por lo cual entró en depresión y estuvo a punto del suicidio. En fin, la doble moral, la doble vida y las tragedias que se provocan con este manejo de la prostitución estudiantil que se ha venido extendiendo a muchas universidades en todo el país de las consideradas de buen nivel académico y de costo alto.

Hace algunos años, nos habíamos enterado de un grupito que desarrollaba estas funciones en universidades tales como La Salle, UNAM, Tecnológico de México o Tecnológico de Monterrey, UDEM y otras más que, supuestamente, tienen una vigilancia especial por medio de confesores y guías espirituales a los que seguramente ya no les hacen caso ni les respetan. En este manejo normalmente se han iniciado en forma particular y ellas o ellos se promocionan en los diarios y revistas donde ofrecen servicios de masaje o de acompañamiento, modelaje o de baile, en fin, la realidad es que cuando entran a este espacio de la prostitución, al inicio, parece que todo saldría de maravillas hasta que por la misma dinámica de las actividades, del remordimiento y de los conflictos que genera esa doble vida, empiezan a entrar al consumo de alcohol o de drogas y en este, normalmente, caen en las garras de los grupos organizados de gigolos o de “empresarios del sexo” que se dedican a manejarlas y explotarlas, cobrándoles por cada servicio, un promedio del cuarenta por ciento. En muchos casos, las “ganancias” de las chicas llegan a alcanzar desde veinte mil a ochenta mil pesos por mes y este ingreso las convierte en consumidoras, donde los valores se pierden y dejan los estudios, porque las exigencias de los servicios así lo exigen y, con ello, pierden todos los objetivos y los estudios por los cuales tenían el pretexto de iniciarse en la prostitución, alegando que, esos ingresos, les permitirían tener autonomía económica y pagar los gastos universitarios. Pero la realidad las alcanza y las destruye.

Los clientes de este selecto grupo de jóvenes en la prostitución normalmente son gentes de ingresos altos, empresarios, políticos, financieros, funcionarios y, como normalmente son casados, quieren lanzarse a las aventuras fáciles por medio de pagos y es así que, algunos generan un involucramiento mayor y se dan casos en que esas chicas son contratadas para laborar en las empresas de esos ejecutivos o en las dependencias, donde los políticos son bastante generosos con los recursos públicos cuando se trata de sus placeres, así es cuando se ven los mejores elementos de los table dance convertidas en secretarias ejecutivas de políticos y funcionarios a los que el destino les alcanza y destruyen sus vidas y matrimonios, ejemplo de ello hay muchos y, seguramente, algunos estudiosos del tema publicarán detalles de algunas historias.

En este asunto, no debemos olvidar que maestros inescrupulosos son los que alientan la exigencia de relaciones sexuales con las alumnas a cambio de aumentarles calificaciones o de no ser reprobadas en los mismos y es así que, en las facultades, los maestros les exigen tener relaciones con ellos a cambio de esos “favores” y en el caso de los jóvenes, les exigen que les inviten los “chupes,” les lleven botellas de buenos licores o los inviten en grupos a fiestas privadas o comidas suculentas en restaurantes de lujo para pasarles el examen o aumentarles las calificaciones. En otros casos, con los hombres, cuando son apuestos, siempre tienen la presión de maestros homosexuales o de gentes que llevan una doble vida sexual y es así que muchos de ellos se alquilan para dar exhibiciones a grupos de señoras y, como normalmente, las mujeres, consiguen más fácilmente las reuniones de sexo, no pagan y es por ello que la prostitución varonil siempre cae con los homosexuales o bisexuales que son los que les pagan por sus servicios.

En algunos casos el ejercicio de la prostitución a estos niveles se utiliza para obtener favores o para conseguir la atención y los beneficios de empresarios y políticos para que, algunos pillos, lleven a las chicas o los chicos pagándoles sus servicios para el beneficio y el placer de políticos y empresarios, que les darán mejores oportunidades en sus negocios o empleos. En este proceso se inician en el consumo de bebidas y drogas y aunado a los conflictos provocados por la doble vida, los remordimientos y conflictos emocionales que les provocan en los tiempos de crisis, se desatan los mayores consumos o entran a etapas depresivas que llegan hasta la muerte o los desequilibrios mentales.

Las presiones del consumismo y las modas impuestas en el mismo consumo aunado a la carencia de valores y de principios, aceleran los pasos en el ejercicio de la prostitución. Actualmente, en la Universidad de Guadalajara, el investigador José de Jesús Gutiérrez Rodríguez es el “único que ha dado seguimiento a la prostitución universitaria, nos dice en su brillante reportaje Julio Alejandro Ríos, sostiene: “Hay varias maneras de dedicarse a ese negocio. No se trata sólo de recibir dinero, sino también favores. Algunas chicas consiguen un empleo importante en una empresa u oficina de gobierno, donde alguien influyente les ayuda a ascender a cambio de sus servicios sexuales… quienes ejercen la prostitución saben que ese oficio no puede durar toda la vida, pero algunas insisten en quedarse el mayor tiempo posible en el mercado erótico. Se cree que duran cinco años en la prostitución, pero muchas siguen al darse cuenta de las ventajas de la independencia económica y de no tener compromisos. Algunas juran que durarán poco, que su única meta es conseguir un terreno, una camioneta…”

El investigador Gutiérrez Rodríguez, explica: “No satanicemos a quienes se dedican a eso. Esto realmente refleja la problemática. Guadalajara es una ciudad de doble moral. Poderoso caballero es don dinero que todo justifica y el comercio del sexo finalmente viene a satisfacer la necesidad del hombre que, por naturaleza, es un ser sexual. Ante la oferta, hay quienes ven la oportunidad de sobrevivir en medio de la falta de oportunidades laborales.”

“Esa es una realidad. Ese fenómeno no se tiene que ver desde un punto de vista moralista, sino que es un llamado a las autoridades que no han implementado las estrategias para que la gente encuentre una posibilidad económica digna para desarrollarse. Ese es el verdadero meollo del asunto. Esta sociedad capitalista y consumista que destruye los sueños”. El texto, se puede consultar en el suplemento de Proceso Jalisco, No. 241 del 21 de junio. Vale la pena entrar en el mismo porque nos hace reflexionar sobre un tema que es realidad y que muchos lo dejan a un lado porque sienten que puede lastimar y ofender a participantes encumbrados, total, en el machismo y la intolerancia, seguimos tragando santos para defecar diablos en las noches… es asunto de doble moral y de negocios lo que se pone en juego.

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