viernes, 24 de julio de 2009

La misma historia...


Hace algunos años, durante un recorrido por el territorio de Estados Unidos, sobrevolando parte del Estado de California, poco después de la famosa Operación Pacífico Uno, donde se descubriera, tardíamente, el Rancho El Búfalo, lugar donde se sembraban miles de hectáreas de marihuana que se exportaban en un bien organizado y estructurado negocio donde a todas luces existía un acuerdo con las máximas autoridades políticas del país con Félix Gallardo, Don Neto, Caro Quintero y otros narcotraficantes que sostenían un convenio con agentes de la DFS y del ejército mexicano, con la Policía Federal de Caminos y la Policía Judicial Federal para garantizarles impunidad y libertad de operaciones, se derrumbaba este “imperio” por las acciones violentas de los grupos y, algunos, sostienen que operadas y generadas por instrucciones de las autoridades norteamericanas por lo que, dos agentes de la DEA, Enrique Camarena y uno de sus ayudantes que operaba como piloto mexicano, fueron asesinados por “acuerdo del grupo” con esos policías con los que estaban comprometidos y con el visto bueno de las autoridades, funcionarios y políticos mexicanos que estaban en ese acuerdo de narcopolítica y que generaba una nueva época dentro del narcotráfico nacional que se sostuvo hasta hace unos años.

Algunos analistas sostienen que este acuerdo existente que evitaba la confrontación entre grupos y garantizaba un flujo constante de recursos financieros al sector empresarial, financiero, especulador, inmobiliario, en la política y en los grupos empresariales, funcionarios y policías políticos se sostuvo hasta el gobierno de Vicente Fox y que al llegar este al poder, sostienen muchos políticos y empresarios, se llegaba a un nuevo acuerdo por el cual pudo obtener su libertad, por medio de una fuga, Joaquín “el Chapo”, Guzmán, al proporcionarle todas las facilidades para que su organización pudiera tener el control de la mayor parte del territorio nacional y para ello se contaba con la protección de la policía política, la de caminos, la judicial federal y la nueva Policía Federal Preventiva y se incluían, en ese proceso, algunos sectores de la milicia que no se han dado a conocer y es por esa razón que también se rompía con ese equilibrio que garantizaba la paz entre los grupos de la delincuencia organizada y esto motivó que se iniciaran las guerras por el control del territorio y de los grupos en el país.

Los mismos grupos se confrontaron entre ellos y es así que vimos crecer a la llamada Familia Michoacana como una organización que nacía por el rompimiento de los grupos ligados al cártel del Golfo y de los Zetas, al igual que, en el campo de la organización de Sinaloa, comandada por el “Chapo”, Guzmán Loera, se dividía con el grupo de los Hermanos Beltrán y se separaban los ligados a la organización de Tijuana. Así, en esta guerra propiciada en gran parte por los mismos policías que sostienen relaciones y compromisos con todos los grupos y por los mismos financieros, especuladores y políticos que son los que operan y manejan los recursos económicos de los grupos y que garantizan la existencia de miles de dólares a las campañas políticas, a las organizaciones políticas y a los políticos, policías, financieros, empresarios y policías que permiten la operatividad con la impunidad y la libertad que vemos en todo el territorio nacional y, en esa enorme red de complicidades e impunidades, vemos cómo florecen los grupos de los cuales se puede concluir que serán los que sustituyan a estos grupos que, en vez de garantizar operatividad la frenan, tal como se cambiaron en su momento los Félix Gallardo, Caro Quintero y Fonseca por otros nuevos que no provocaban la violencia que en la actualidad vemos en el país.

La realidad es que en este lapso, cuando vemos y somos testigos de las “habladas”, de los “retos” que se “atreve a lanzar el gobierno federal” por medio del presidente y del secretario de Gobernación, retando a los delincuentes que sean capaces de “enfrentarse en contra de las fuerzas federales y no contra civiles desarmados e inocentes”, no podemos menos que pensar en todo este proceso que sufre cambios violentos para continuar exactamente igual, donde un grupo privilegiado de financieros, banqueros, especuladores, políticos, empresarios, policías seguirán organizando y operando el narcotráfico en el país, ligado al tráfico de armas, gentes, dinero, mercancías, vehículos robados y piratería. Con seguridad, en los mismos grupos de operación de la delincuencia, existe la convicción de que muchos de sus “jefes” y “dirigentes” ya no sirven en la operación y que en vez de ayudarla generan problemas por el nivel de persecuciones, donde las propias autoridades federales, locales y municipales están interesadas en que no sean detenidos con vida, sino que es mejor entregarles muertos que dando declaraciones en su detención o en las mazmorras del extranjero y esto, lo saben los propios políticos, financieros, policías y empresarios porque de hablar esos delincuentes se podrá ver la enorme cantidad de políticos, policías y funcionarios que están involucrados en ese negocio del narcotráfico, tal como ahora se pude conocer, cuando se sabe a ciencia cierta que los negociadores particulares que se han prestado a ser el trabajo en muchos casos de secuestros o extorsiones, han liquidado a los delincuentes para quedarse con el botín o los recursos del rescate, para que nadie pueda, tampoco, negarles el cobro de sus servicios a los familiares de los secuestrados.

Así como ahora muchos grupos de la “policía privada” que operan en el país con la complicidad de muchos policías, políticos y funcionarios son los que realizan la custodia de embarques y guarda de recursos y propiedades de los grupos mafiosos, también, tienen, como prioridad, brindarles protección armada a los familiares y socios ,realizando el trabajo de espionaje e “inteligencia” para los mafiosos ya que con ello se garantiza la lealtad de los policías, políticos, empresarios y funcionarios. Es por ello que, desde hace algunos meses, se viene siguiendo una línea de investigación en contra de un grupo empresarial de policías privados que son los que realizan el “trabajo” a un gobernador, Enrique Peña Nieto, quién por medio de uno de los policías y ex funcionario que trabajo como ministerio Público Federal, Delegado de la PGR, Fiscal Especial en el Estado de México, operando con los miembros de la policía auxiliar de esa entidad, cuenta con un especial grupo de espionaje que le permite controlar los pasos de políticos de su mismo partido y de los grupos de la oposición y es así que, por este medio, se han podido llevado a cabo las “filtraciones” de informaciones y de escándalos que han afectado a varios políticos, empresarios, policías, militares y grupos de diplomáticos.

Con esto, pretendemos explicar que los famosos grupos de policías privadas, solamente esconden a los grupos aliados de los delincuentes o de los que operan en forma oficial para políticos, empresarios, financieros y policías en activo, con el fin de poder manipular muchas acciones que esconden o golpean a los demás grupos o bien, que solamente sirven para alcanzar los “desprestigios” por medio de escándalos en contra de militares o de civiles que nada tienen que ver con este perverso juego, ligado a la delincuencia y la política en el país.

Por todo esto es claro que las bravatas de los funcionarios en contra de los grupos de la delincuencia, por mucho que declare en contra, el mismo presidente, sabemos que cae en este perverso juego de mentiras y de “equilibrios”, porque todos sabemos que, la política, la especulación financiera y el narcotráfico, solamente se comportan y son un gran negocio que tiene tentáculos en muchos niveles y partes en el país. Si bien dice el dicho que, por bravatas, nadie ha muerto, total, en los negocios, todo se vale y se hace valer, por ello, todo se compra y todo se vende, como en las casas de mala nota… porque la prostitución también genera la deformación ideológica, política y de valores que hoy vemos en México.

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