miércoles, 3 de diciembre de 2008

Policías o delincuentes privatizados.

SIN DUDA EXISTEN MUCHOS SISTEMAS PARA “CORTAR CABEZAS” Y NO SON EXCLUSIVIDAD DE LOS KAIBILES GUATEMALTECOS QUE DICEN, HAN CONTRADO LOS CÁPOS, PARA COBRAR CUENTAS A SUS ENEMIGOS, LOS POLÍTICOS, UTILIZAN ESTE SISTEMA PARA ELIMINAR A LOS FUNCIONARIOS, POLÍTICOS Y POLICÍAS QUE LES AFECTAN SUS INTERESES O BIEN, NO LES SIRVEN COMO ELLOS QUIEREN Y, LOS DIPUTADOS PERREDISTAS Y PRIÍSTAS, LE COBRAN FACTURAS AL PRESIDENTE, Felipe Calderón, CON LA AMENAZA DE “CORTARLE LA CABEZA” A Genero García Luna.

La realidad es que si bien entendemos las cosas, existe una seria disputa por las cuestiones de comunicación en muchas áreas del gobierno federal ya que no están funcionando, como debe de ser. No hay la menor duda que en este caos generado, desde la muerte de Juan Camilo Mouriño, Maximiliano Cortazar, hombre cercano en afecto y lealtad al presidente, Felipe Calderón, está en la mira de muchos “mochos” dogmáticos y perversos del panismo que lo quieren eliminar y para ello, todas las “notas malas”, aparecidas en los medio de comunicación, son manipuladas para encender los ánimos del presidente en contra de su encargado en comunicación social. Todos los errores políticos los achacan a la mala fe, dicen ellos, de los comunicadores que no tienen guía ni control por parte de Maximiliano Cortazar, cuando no han entendido que, los tiempos del control en la comunicación, han sido dejados atrás, porque los medios y los comunicadores también sabemos que es necesario esa independencia de criterios y de investigación, donde la libertad de prensa sea una realidad, porque es la base para la libertad, la democracia y la seguridad de los ciudadanos. Y ese criterio libre, no puede ser manipulado ni controlado por el encargado de la comunicación social de la presidencia de la República.

Lo que es claro que existe es que, no tienen una adecuado sistema de comunicación con los reporteros y con los medios, muchos de los secretarios del gobierno federal y es que, en verdad, pensar que la comunicación se basa en las “filtraciones”, en los boletines de prensa y en los “cafecitos con los amigos,” es tener una idea limitada de lo que son los tiempos actuales y por ese motivo, muchos funcionarios, tal vez, realizan un buen trabajo, pero quedan incompletos, porque no tienen el reconocimiento social y, los ciudadanos, tienen otra óptica de lo que dicen o se basan solamente en el impacto mediático y en la figura del funcionario y, cuando este no está capacitado para comunicar y no tiene quién lo haga, está en crisis y en serio peligro, porque no puede convencer de sus proyectos a los ciudadanos, aunque goce de la estimación, el respeto y el reconocimiento del presidente. El presidente de la República, lo puede reconocer y defender ante sus críticos y opositores, pero la verdad es que, un buen día, se cansa, y lo deja en el desamparo, porque en la comunicación, se debe entender que, lo importante ,no solo es que se hagan bien las cosas, sino que sean creíbles y confiables y esto, no sucede, con muchos funcionarios.

De nada sirven los datos “duros” de decomisos de dinero, de armas, de detenidos, de incautaciones de drogas, de operaciones limpieza si todo el efecto real que vemos los ciudadanos es que, en lo que va del año, llevamos ya más de cinco mil muertos y que por más que nos aseguren que “vamos ganando”, la inseguridad, campea en todas las calles, los hijos están expuestos a la violencia y a las drogas, siguen los secuestros, las violaciones, los asesinatos, los robos, la violencia y esto es lo que vemos día a día, de tal forma que, los únicos que vienen ganando, son algunos funcionarios y policía, empresarios y políticos, que son los dueños de las llamadas “policías privadas” ya que, cuando menos en el campo de la seguridad, los particulares y los empresarios, gastan más de ciento sesenta mil millones de pesos al año, para pagar a la policía privada, dizque nos cuida, porque el estado,, que es el que tiene la obligación de brindarnos seguridad, no está en capacidad de hacerlo y todo muestra que las complicidades, las ineficiencias y corruptelas son las que privan en este campo en las instituciones de seguridad pública y nacional, pues estamos de mal en peor.

Pero mucho más grave resulta que, los policías deshonestos, sean los que tienen las mayores empresas de seguridad con la que dan protección armada incluso, a los delincuentes y sus familias o son los que sirven para espiar a otros ciudadanos y enemigos de sus pandillas. Es ilógico que, por ejemplo, en las instituciones de seguridad pública, los que cuidan de las instalaciones, sean elementos contratados de las “agencias de seguridad privada” y que los responsables de cuidar la seguridad en los aeropuertos y puertos, también sean éstos, porque es ahí donde se dan los grandes túnenles, donde se trafican toda clase de productos, armas, gentes, mercancías o se venden documentos que pueden ser copiados y obtenidos de los juicios o investigaciones que se llevan a cabo..

Si los policías, oficialmente capacitados, no los están para garantizar la seguridad de las instalaciones y de los ciudadanos, menos lo están los miembros de esas empresas de seguridad privada que solamente lucran con los grandes contratos que les dejan los políticos y sus administradores, para que, por este medio, logren grandes utilidades y realicen importantes negocios, reciban las “igualas” o les den protección a sus cuates delincuentes o a los miembros de sus familias. Todos vemos que este proceso es totalmente inadecuado y anticonstitucional, porque la realidad es que esos “elementos de las empresas de seguridad privadas” no tienen respeto a los derechos y garantías constitucionales de los ciudadanos y, por ese mecanismo, los propios policías de las demás corporaciones cometen muchas arbitrariedades, total, esos elementos se cambian y no existe forma de identificarles en cada operativo y vigilancia que llevan, por ello, son las nuevas “madrinas” de los policías, para realizar sus robos y operar la violencia en contra de los ciudadanos..

Por ese mecanismo, los “empresarios de la seguridad privada”, tienen información confidencial que brindan a los delincuentes, secuestradores, chantajistas y asesinos, para que puedan realizar, con toda “efectividad”, sus acciones, contra los ciudadanos. Así, los ciudadanos que deberíamos recibir la garantía de la seguridad por medio de elementos totalmente controlados por las instituciones de seguridad, tenemos que pagar para que nos vigilen, nos saqueen la información., obtengan datos de nuestros movimientos y todavía pagamos por ese “servicio” que, a la larga, nos lastimará por medio del secuestro a algunos de nuestros familiares, el robos a nuestras casas y empresas o en la violación y chantaje a nuestras familias. Sí, pagamos para que nos jodan, como dicen en mi pueblo, y esto es claro lo que ha venido dejando el degenerado sistema de seguridad pública en el país, donde muchos policías, políticos y empresarios, son los que alientan la misma inseguridad para que, las empresas de “seguridad privada”, aumenten su clientela y por ese camino, se obtengan importantes datos que a la corta o larga, serán utilizados para extorsionarnos, robarnos, chantajearnos, secuestrarnos y asesinarnos y en todo esto, la realidad es que vemos la mano interesada de muchos empresarios que siguen destruyendo al confianza en funcionarios e instituciones de seguridad para que, ellos, sigan creciendo en sus empresas, de tal forma que, ahora, ya existen también empresas que alquilan MERCENARIOS que pueden sustituir, en los conflictos armados, a los soldados de un país… el colmo, privatizar hasta la guerra para hacer más ricos a los empresarios que manejan esa línea, mientras el presidente, en duelos y promesas, pero no se da cuenta de la realidad…

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