NO TENGO LA MENOR DUDA DE QUE LOS MEXICANOS SOMOS MARIANOS. Hace algunos años, monseñor, Girolamo Prigione, me comentaba siendo Nuncio Papal en México y amigo personal que, los mexicanos, más que ser católicos éramos Marianos por el amor y fervor que teníamos a la Virgen María, la de Juquila, la Guadalupe, la Del Rosario, de la Soledad, de Zapopán, en fin, la enorme cantidad de vírgenes que nos llenan los pueblos de fiestas y mayordomías. EL DÍA 8 DE DICIEMBRE, SE CELEBRA A la Virgen De Juquila y no hay la menor duda que es una de las preferidas de los mexicanos y los oaxaqueños en particular, por este motivo, pude asistir a la mayordomía que ofrecía una familia de vecinos en el barrio de las Salinas, de San Felipe del Agua, un hermoso evento que sin duda deja marcas en el alma y el espíritu de todos los que tuvimos la suerte de asistir.
Muchos clasemedieros, normalmente, se quejan de que en los pueblos, las rancherías y los barrios se realizan muchos eventos de iglesia y que se gastan fortunas en las mayordomías y las fiestas patronales y de las iglesias de los pueblos, pero la verdad es que este tipo de eventos son planeados, desde mucho tiempo atrás, por todos los que se comprometen y hacen la “manda” para tal o cual virgen o santo y en la misma, todos los vecinos y familiares tienen participación con los responsables del evento en una solidaridad increíble de afecto y trabajo comunitario que se hace en cada caso.
Este tipo de eventos, no se ven en otras partes del país, en el Norte, son de otro tipo y de otras formas, las fiestas difieren en contenido y en acciones, pero en todo el centro y el sureste de México, la fe y la religión, tienen mezclas increíbles que sostienen la formación en las familias y la solidaridad en los barrios y colonias o en los mismos pueblos y esa solidaridad, también, tiene signos políticos en muchos casos y regiones, pero la verdad es que este esfuerzo que realizan las familias para sostener las tradiciones, hermosas tradiciones, son dignas de observar y respetar en todo momento. Tal vez, a algunos, no les convenzan ese tipo de actos, pero la realidad es que en nuestros pueblos son vitales e importantes para conservar la unidad en las familias y los barrios y, por tal motivo, cada vez que hay eventos de esta naturaleza, asistimos, cuando somos o no invitados, porque finalmente, en los mismos, no hay discriminaciones ni preferencias, todos son iguales y son recibidos y tratados con ese especial afecto que brindan los habitantes de todos nuestros pueblos y comunidades.
Por ello, cuando se ven los esfuerzos que realizan muchas de las sectas protestantes en nuestras comunidades y cuando vemos que algunos políticos y mandatarios tienen preferencias especiales en cuestiones religiosas y hacen actos a favor de una o de otra, tenemos que alarmarnos, porque esto, es presagio de conflictos y problemas en las comunidades, en los estados y las familias y es así que, ahora, podemos entender que en algunos casos, esas diferencias “religiosas,” trasciende de tal forma en el ánimo de los mandatarios y políticos, que se provocan conflictos con algunos sectores de la iglesia católica en la entidad y trascienden a otras partes con el problema de que se provocan las acciones violentas en muchos lados.
Por eso el respeto al derecho ajeno de pensamiento o de preferencias religiosas tiene que ser llevado con cautela en nuestros pueblos, porque no se puede decir que un político que tiene funciones en el poder y el gobierno no afecta, con sus actos y acciones, a muchos pueblos, comunidades y familias cuando se muestran preferencias en un sector o en otro en temas religiosos, por esa razón los políticos, los funcionarios y los gobernantes, deben mantenerse imparciales en cuestiones religiosas y dar el ejemplo en el respeto a las preferencias religiosas de los demás, de otra manera, es seguro, que se generan climas de intranquilidad, confrontaciones y la violencia aparece y esto, sin duda alguna, es lo que, quieran o no reconocerlo en Oaxaca y en otras comunidades, está sucediendo y no hay nada más violento que las luchas generadas por cuestiones de diferencias religiosas.
En varias comunidades del Estado de Oaxaca se dan muestras de violencia extrema y de movimientos de grupos armados a pesar de que el gobernador, en afanes tranquilizadores, asegura que no es cierto y los políticos y los policías encargados de mantener las buenas relaciones en las comunidades digan que: “es cosa normal, que es parte de las tradiciones de los usos y costumbres de los pueblos”, así sucedió, cuando hace algunos años, en varias publicaciones, alertaba sobre los movimientos de grupos armados en muchas partes del Estado de Oaxaca, y cuando aparecieron esas publicaciones, el entonces gobernador del Estado, me reclamaba, alegando que con las denuncias que hacíamos solo estábamos creando un clima de intranquilidad y que podía alejarse el turismo. A los pocos días de este suceso, apareció formalmente el EPR atacando Huatulco, Oaxaca y Tlaxiaco, entonces, sumamente alarmado, el gobernador, me demandaba que le diera una explicación de esos sucesos y mi respuesta fue la de preguntarle sobre los partes que le daban sus policías, políticos, delegados y demás funcionarios que estaban en esas zonas, solamente para cobrar y robarse el dinero de las partidas presupuestales o andar haciendo “relaciones públicas en comidas y borracheras”. Para mi sorpresa leía, en algunos de los partes que, estos eventos armados y de grupos políticos armados, eran producto de las diferencias en religiones y que no se dejaba a un lado, la posible participación de gentes comandadas por los sacerdotes, la realidad era otra: los funcionarios, políticos y policías en este evento, habían estado escondidos durante las acciones del grupo armado del EPR y, ellos, habían dado a conocer algunos comunicados donde mostraban las razones de su lucha, sobre todo, alegando que estaban luchando en contra de la explotación, de los malos políticos y de los robos que hacían los funcionarios y policías de la región. Querían justicia social y libertad política y de manifestación en sus eventos, pero, para nada, metían cuestiones religiosas en su argumentación.
Hoy, en muchos municipios, existen problemas generados y alentados por los malos funcionarios, por los intereses ilegítimos de algunos caciques regionales, por el manejo de los recursos económicos que llegan a las comunidades, por líos agrarios y en algunos, no hay la menor duda, funcionarios de algunas corrientes religiosas, alientan esas diferencias entre comunidades, sobre todo, cuando existen diferencias por la posesión de las tierras y en este proceso, la violencia, ha llegado a tal nivel que, hay comunidades aisladas por grupos armados y, cuando el arzobispo solicita que se den prisa para resolver los problemas agrarios o las diferencias políticos que alientan la violencia, los funcionarios y los políticos alegan que es el arzobispo y sus acólitos los que están realizando y alentando tales conflictos, solamente porque no aceptan del todo a algunos funcionarios que tienen una concepción diferente de fe y con este cuento, tratan de influenciar al gobernador y a sus funcionarios, para no actuar y resolver esos conflictos que pueden llegar a la violencia y, como siempre, los muertos, los ponen los humildes, mientras los políticos y funcionarios se nutren de mayores recursos para robárselos, pero no para solucionar los conflictos y así es como la gente de los pueblos ya no aguantan a esos políticos y funcionarios cínicos y deshonestos… en fin, a lo mejor, buscan inicios de otros movimientos armados, como los del 10, en el ochocientos o en el novecientos, para buscar pretextos para las nuevas fiestas de los centenarios… a los mexicanos, nos encantan las fiestas y los hautaques… pero nos indigna, el cinismo, la deshonestidad y la manipulación.
Muchos clasemedieros, normalmente, se quejan de que en los pueblos, las rancherías y los barrios se realizan muchos eventos de iglesia y que se gastan fortunas en las mayordomías y las fiestas patronales y de las iglesias de los pueblos, pero la verdad es que este tipo de eventos son planeados, desde mucho tiempo atrás, por todos los que se comprometen y hacen la “manda” para tal o cual virgen o santo y en la misma, todos los vecinos y familiares tienen participación con los responsables del evento en una solidaridad increíble de afecto y trabajo comunitario que se hace en cada caso.
Este tipo de eventos, no se ven en otras partes del país, en el Norte, son de otro tipo y de otras formas, las fiestas difieren en contenido y en acciones, pero en todo el centro y el sureste de México, la fe y la religión, tienen mezclas increíbles que sostienen la formación en las familias y la solidaridad en los barrios y colonias o en los mismos pueblos y esa solidaridad, también, tiene signos políticos en muchos casos y regiones, pero la verdad es que este esfuerzo que realizan las familias para sostener las tradiciones, hermosas tradiciones, son dignas de observar y respetar en todo momento. Tal vez, a algunos, no les convenzan ese tipo de actos, pero la realidad es que en nuestros pueblos son vitales e importantes para conservar la unidad en las familias y los barrios y, por tal motivo, cada vez que hay eventos de esta naturaleza, asistimos, cuando somos o no invitados, porque finalmente, en los mismos, no hay discriminaciones ni preferencias, todos son iguales y son recibidos y tratados con ese especial afecto que brindan los habitantes de todos nuestros pueblos y comunidades.
Por ello, cuando se ven los esfuerzos que realizan muchas de las sectas protestantes en nuestras comunidades y cuando vemos que algunos políticos y mandatarios tienen preferencias especiales en cuestiones religiosas y hacen actos a favor de una o de otra, tenemos que alarmarnos, porque esto, es presagio de conflictos y problemas en las comunidades, en los estados y las familias y es así que, ahora, podemos entender que en algunos casos, esas diferencias “religiosas,” trasciende de tal forma en el ánimo de los mandatarios y políticos, que se provocan conflictos con algunos sectores de la iglesia católica en la entidad y trascienden a otras partes con el problema de que se provocan las acciones violentas en muchos lados.
Por eso el respeto al derecho ajeno de pensamiento o de preferencias religiosas tiene que ser llevado con cautela en nuestros pueblos, porque no se puede decir que un político que tiene funciones en el poder y el gobierno no afecta, con sus actos y acciones, a muchos pueblos, comunidades y familias cuando se muestran preferencias en un sector o en otro en temas religiosos, por esa razón los políticos, los funcionarios y los gobernantes, deben mantenerse imparciales en cuestiones religiosas y dar el ejemplo en el respeto a las preferencias religiosas de los demás, de otra manera, es seguro, que se generan climas de intranquilidad, confrontaciones y la violencia aparece y esto, sin duda alguna, es lo que, quieran o no reconocerlo en Oaxaca y en otras comunidades, está sucediendo y no hay nada más violento que las luchas generadas por cuestiones de diferencias religiosas.
En varias comunidades del Estado de Oaxaca se dan muestras de violencia extrema y de movimientos de grupos armados a pesar de que el gobernador, en afanes tranquilizadores, asegura que no es cierto y los políticos y los policías encargados de mantener las buenas relaciones en las comunidades digan que: “es cosa normal, que es parte de las tradiciones de los usos y costumbres de los pueblos”, así sucedió, cuando hace algunos años, en varias publicaciones, alertaba sobre los movimientos de grupos armados en muchas partes del Estado de Oaxaca, y cuando aparecieron esas publicaciones, el entonces gobernador del Estado, me reclamaba, alegando que con las denuncias que hacíamos solo estábamos creando un clima de intranquilidad y que podía alejarse el turismo. A los pocos días de este suceso, apareció formalmente el EPR atacando Huatulco, Oaxaca y Tlaxiaco, entonces, sumamente alarmado, el gobernador, me demandaba que le diera una explicación de esos sucesos y mi respuesta fue la de preguntarle sobre los partes que le daban sus policías, políticos, delegados y demás funcionarios que estaban en esas zonas, solamente para cobrar y robarse el dinero de las partidas presupuestales o andar haciendo “relaciones públicas en comidas y borracheras”. Para mi sorpresa leía, en algunos de los partes que, estos eventos armados y de grupos políticos armados, eran producto de las diferencias en religiones y que no se dejaba a un lado, la posible participación de gentes comandadas por los sacerdotes, la realidad era otra: los funcionarios, políticos y policías en este evento, habían estado escondidos durante las acciones del grupo armado del EPR y, ellos, habían dado a conocer algunos comunicados donde mostraban las razones de su lucha, sobre todo, alegando que estaban luchando en contra de la explotación, de los malos políticos y de los robos que hacían los funcionarios y policías de la región. Querían justicia social y libertad política y de manifestación en sus eventos, pero, para nada, metían cuestiones religiosas en su argumentación.
Hoy, en muchos municipios, existen problemas generados y alentados por los malos funcionarios, por los intereses ilegítimos de algunos caciques regionales, por el manejo de los recursos económicos que llegan a las comunidades, por líos agrarios y en algunos, no hay la menor duda, funcionarios de algunas corrientes religiosas, alientan esas diferencias entre comunidades, sobre todo, cuando existen diferencias por la posesión de las tierras y en este proceso, la violencia, ha llegado a tal nivel que, hay comunidades aisladas por grupos armados y, cuando el arzobispo solicita que se den prisa para resolver los problemas agrarios o las diferencias políticos que alientan la violencia, los funcionarios y los políticos alegan que es el arzobispo y sus acólitos los que están realizando y alentando tales conflictos, solamente porque no aceptan del todo a algunos funcionarios que tienen una concepción diferente de fe y con este cuento, tratan de influenciar al gobernador y a sus funcionarios, para no actuar y resolver esos conflictos que pueden llegar a la violencia y, como siempre, los muertos, los ponen los humildes, mientras los políticos y funcionarios se nutren de mayores recursos para robárselos, pero no para solucionar los conflictos y así es como la gente de los pueblos ya no aguantan a esos políticos y funcionarios cínicos y deshonestos… en fin, a lo mejor, buscan inicios de otros movimientos armados, como los del 10, en el ochocientos o en el novecientos, para buscar pretextos para las nuevas fiestas de los centenarios… a los mexicanos, nos encantan las fiestas y los hautaques… pero nos indigna, el cinismo, la deshonestidad y la manipulación.
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