lunes, 8 de diciembre de 2008

La virgen de Juquila

NO TENGO LA MENOR DUDA DE QUE LOS MEXICANOS SOMOS MARIANOS. Hace algunos años, monseñor, Girolamo Prigione, me comentaba siendo Nuncio Papal en México y amigo personal que, los mexicanos, más que ser católicos éramos Marianos por el amor y fervor que teníamos a la Virgen María, la de Juquila, la Guadalupe, la Del Rosario, de la Soledad, de Zapopán, en fin, la enorme cantidad de vírgenes que nos llenan los pueblos de fiestas y mayordomías. EL DÍA 8 DE DICIEMBRE, SE CELEBRA A la Virgen De Juquila y no hay la menor duda que es una de las preferidas de los mexicanos y los oaxaqueños en particular, por este motivo, pude asistir a la mayordomía que ofrecía una familia de vecinos en el barrio de las Salinas, de San Felipe del Agua, un hermoso evento que sin duda deja marcas en el alma y el espíritu de todos los que tuvimos la suerte de asistir.

Muchos clasemedieros, normalmente, se quejan de que en los pueblos, las rancherías y los barrios se realizan muchos eventos de iglesia y que se gastan fortunas en las mayordomías y las fiestas patronales y de las iglesias de los pueblos, pero la verdad es que este tipo de eventos son planeados, desde mucho tiempo atrás, por todos los que se comprometen y hacen la “manda” para tal o cual virgen o santo y en la misma, todos los vecinos y familiares tienen participación con los responsables del evento en una solidaridad increíble de afecto y trabajo comunitario que se hace en cada caso.

Este tipo de eventos, no se ven en otras partes del país, en el Norte, son de otro tipo y de otras formas, las fiestas difieren en contenido y en acciones, pero en todo el centro y el sureste de México, la fe y la religión, tienen mezclas increíbles que sostienen la formación en las familias y la solidaridad en los barrios y colonias o en los mismos pueblos y esa solidaridad, también, tiene signos políticos en muchos casos y regiones, pero la verdad es que este esfuerzo que realizan las familias para sostener las tradiciones, hermosas tradiciones, son dignas de observar y respetar en todo momento. Tal vez, a algunos, no les convenzan ese tipo de actos, pero la realidad es que en nuestros pueblos son vitales e importantes para conservar la unidad en las familias y los barrios y, por tal motivo, cada vez que hay eventos de esta naturaleza, asistimos, cuando somos o no invitados, porque finalmente, en los mismos, no hay discriminaciones ni preferencias, todos son iguales y son recibidos y tratados con ese especial afecto que brindan los habitantes de todos nuestros pueblos y comunidades.

Por ello, cuando se ven los esfuerzos que realizan muchas de las sectas protestantes en nuestras comunidades y cuando vemos que algunos políticos y mandatarios tienen preferencias especiales en cuestiones religiosas y hacen actos a favor de una o de otra, tenemos que alarmarnos, porque esto, es presagio de conflictos y problemas en las comunidades, en los estados y las familias y es así que, ahora, podemos entender que en algunos casos, esas diferencias “religiosas,” trasciende de tal forma en el ánimo de los mandatarios y políticos, que se provocan conflictos con algunos sectores de la iglesia católica en la entidad y trascienden a otras partes con el problema de que se provocan las acciones violentas en muchos lados.

Por eso el respeto al derecho ajeno de pensamiento o de preferencias religiosas tiene que ser llevado con cautela en nuestros pueblos, porque no se puede decir que un político que tiene funciones en el poder y el gobierno no afecta, con sus actos y acciones, a muchos pueblos, comunidades y familias cuando se muestran preferencias en un sector o en otro en temas religiosos, por esa razón los políticos, los funcionarios y los gobernantes, deben mantenerse imparciales en cuestiones religiosas y dar el ejemplo en el respeto a las preferencias religiosas de los demás, de otra manera, es seguro, que se generan climas de intranquilidad, confrontaciones y la violencia aparece y esto, sin duda alguna, es lo que, quieran o no reconocerlo en Oaxaca y en otras comunidades, está sucediendo y no hay nada más violento que las luchas generadas por cuestiones de diferencias religiosas.

En varias comunidades del Estado de Oaxaca se dan muestras de violencia extrema y de movimientos de grupos armados a pesar de que el gobernador, en afanes tranquilizadores, asegura que no es cierto y los políticos y los policías encargados de mantener las buenas relaciones en las comunidades digan que: “es cosa normal, que es parte de las tradiciones de los usos y costumbres de los pueblos”, así sucedió, cuando hace algunos años, en varias publicaciones, alertaba sobre los movimientos de grupos armados en muchas partes del Estado de Oaxaca, y cuando aparecieron esas publicaciones, el entonces gobernador del Estado, me reclamaba, alegando que con las denuncias que hacíamos solo estábamos creando un clima de intranquilidad y que podía alejarse el turismo. A los pocos días de este suceso, apareció formalmente el EPR atacando Huatulco, Oaxaca y Tlaxiaco, entonces, sumamente alarmado, el gobernador, me demandaba que le diera una explicación de esos sucesos y mi respuesta fue la de preguntarle sobre los partes que le daban sus policías, políticos, delegados y demás funcionarios que estaban en esas zonas, solamente para cobrar y robarse el dinero de las partidas presupuestales o andar haciendo “relaciones públicas en comidas y borracheras”. Para mi sorpresa leía, en algunos de los partes que, estos eventos armados y de grupos políticos armados, eran producto de las diferencias en religiones y que no se dejaba a un lado, la posible participación de gentes comandadas por los sacerdotes, la realidad era otra: los funcionarios, políticos y policías en este evento, habían estado escondidos durante las acciones del grupo armado del EPR y, ellos, habían dado a conocer algunos comunicados donde mostraban las razones de su lucha, sobre todo, alegando que estaban luchando en contra de la explotación, de los malos políticos y de los robos que hacían los funcionarios y policías de la región. Querían justicia social y libertad política y de manifestación en sus eventos, pero, para nada, metían cuestiones religiosas en su argumentación.

Hoy, en muchos municipios, existen problemas generados y alentados por los malos funcionarios, por los intereses ilegítimos de algunos caciques regionales, por el manejo de los recursos económicos que llegan a las comunidades, por líos agrarios y en algunos, no hay la menor duda, funcionarios de algunas corrientes religiosas, alientan esas diferencias entre comunidades, sobre todo, cuando existen diferencias por la posesión de las tierras y en este proceso, la violencia, ha llegado a tal nivel que, hay comunidades aisladas por grupos armados y, cuando el arzobispo solicita que se den prisa para resolver los problemas agrarios o las diferencias políticos que alientan la violencia, los funcionarios y los políticos alegan que es el arzobispo y sus acólitos los que están realizando y alentando tales conflictos, solamente porque no aceptan del todo a algunos funcionarios que tienen una concepción diferente de fe y con este cuento, tratan de influenciar al gobernador y a sus funcionarios, para no actuar y resolver esos conflictos que pueden llegar a la violencia y, como siempre, los muertos, los ponen los humildes, mientras los políticos y funcionarios se nutren de mayores recursos para robárselos, pero no para solucionar los conflictos y así es como la gente de los pueblos ya no aguantan a esos políticos y funcionarios cínicos y deshonestos… en fin, a lo mejor, buscan inicios de otros movimientos armados, como los del 10, en el ochocientos o en el novecientos, para buscar pretextos para las nuevas fiestas de los centenarios… a los mexicanos, nos encantan las fiestas y los hautaques… pero nos indigna, el cinismo, la deshonestidad y la manipulación.

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