miércoles, 8 de junio de 2011

Sucesión adelantada

ES LAGUERRA, es el título de una colaboración de Salvador García Soto, aparecida en El Universal el día 7 de junio, donde trata sobre la detención de Jorge Hank Rhon y al final de la misma nos comenta: “Eso lo sabe bien Calderón, quien con el manotazo del sábado confirmó que no está dispuesto a soltar tan fácil el poder y que peleará con todo por la continuidad del PAN. El 12 de marzo pasado, en la fiesta de cumpleaños de Diego Fernández de Cevallos, en la Hacienda La Barranca de Querétaro, varios invitados escucharon un decidido y vehemente Presidente comentar en la mesa de honor: que después del 2012, el tiempo que le quedara de vida, personal y política, él no iba a vivir en la ignominia de haber sido el Presidente que perdió el poder. “Yo no voy a ser el Zedillo del PAN, que les quede claro”, dijo a voz en cuello.”.

Para muchos analistas esta detención de Jorge Hank Rhon es el “quinazo” de Calderón para darse un respiro e indica que efectivamente la lucha por la sucesión presidencial adelantada, como en los tiempos del diazordacismo, puede generar un clima de violencia y de represión en muchos sentidos, mientras al sociedad, poco informada y consciente de lo que sucede en las intrigas palaciegas del poder y en las luchas de poder, se encuentra cada día más confusa y desconcertada de tal forma que la percepción de la ciudadanía sobre los problemas que enfrenta nos dan una señal de lo que en verdad sucede.

Según la encuesta Mitofsky del mes de mayo, comenta Alberto Aziz Nassif, en su colaboración, OLORES DE FIN DE SEXENIO, muestra: “En general, los números y porcentajes son negativos: la inseguridad se percibe como el principal problema, seguido de los problemas económicos, la serie sobre la percepción de la situación económica y las expectativas muestran un panorama muy negro: un 82% considera mal la situación económica, y un 73% tiene expectativas de que el país va peor que antes. Para completar el cuadro hay dos datos muy importantes: 6 de cada 10 personas (62%) consideran que el rumbo del país es equivocado, y un poco más, 66%, es decir, dos de cada tres personas, ven que el gobierno no tiene el control del país y que las cosas están fuera de control”

Y después de ver que la situación se complica y aumenta la brecha del panorama negativo por el reacomodo político de fin de sexenio y los distanciamientos que muestran que en noviembre del 2010 “había un desacuerdo con el gobierno de 44.4%, y ahora, tres meses después, sube a 54.6%” ,comenta que :”Estos indicadores nos ubican en una lógica de final de sexenio. Lo más probable es que en los próximos meses estas perspectivas se vayan profundizando. Sería muy difícil ver un cambio de rumbo en las principales directrices y políticas de este gobierno hacia el final, más bien lo que todos los días se observa es una ratificación de la estrategia de seguridad que se defiende como si fuera la mejor ruta. En términos económicos, todos los datos apuntan hacia más precariedad laboral, a pesar de los anuncios de que el empleo formal crece; el repunte del crecimiento económico de este año no termina de compensar lo perdido con la crisis, por lo que el “estancamiento estabilizador” seguirá dominando la política económica”.

“En México ya tenemos mucha experiencia en finales de sexenio complicados; sólo hay que recordar el año de 1994, cuando se rompieron varios referentes importantes de la estabilidad política (asesinatos políticos, levantamiento armado, crisis económica). En 2006, el conflicto fue por una rivalidad entre izquierda y derecha; se polarizó el voto y la diferencia fue mínima: un 0.56%, un resultado polémico al que se sumaron abusos de actores que lastimaron la democracia”.

“Ahora se aproxima otra sucesión, y los términos de referencia –que ya se anuncian- no presagian un recambio tranquilo. Los peligros que representa el crimen organizado debilitan el proceso. El uso político de los expedientes judiciales, que ya empezaron a usarse, pueden reactivar una polarización. Así se anuncia el fin de sexenio: con fosas que destapan a los miles de muertos anónimos, con corrupción institucional, con una irresponsable actitud para debilitar al árbitro electoral, y con un gobierno que cada día tiene menos apoyo y credibilidad. Los olores pestilentes del final de sexenio, cuando todavía falta un año y medio, generan un panorama preocupante”. Esto es el que dice el investigador del CIESAS, Alberto Aziz Nassif y con el cual estamos de acuerdo por lo que nos permitimos reproducirle.

Y si bien todos clamamos por una gobierno que nos brinde seguridad pública, que garantice el respeto de los derechos y garantías constitucionales para los ciudadanos, la aplicación y el uso de la justicia con equilibrio y honestidad, que la política y su acción sean resultado adecuado para el fortalecimiento de la democracia que nos de seguridad y certeza en la libertad, hoy, vemos que los canales se llenan de detritus y que los caminos se encuentran enlodados por los caprichos del poder y por las manifestaciones que en el poder exigen a los actores una dominación de la sociedad a su favor y no para servirla, que sería el objetivo real de la política como un nivel de servicio y no para servirse de la misma. La impunidad y las corruptelas llenan de complicidades a los actores políticos han aumentado la brecha de la desconfianza y de la falta de credibilidad en los funcionarios, políticos, policías, empresarios y banqueros que junto con los especuladores financieros son los que marcan y controlan la agenda presidencial en esta etapa para salvaguardar sus intereses económicos y políticos que solamente benefician a la clase en el poder, independientemente del reparto que se hace con los partidos políticos que solamente hacen el juego de paleros, al verdadero grupo que manda en el país y que se encuentra radicado en Estados Unidos y que se obstina en garantizar sus intereses, a pesar de que éstos no sean los intereses del pueblo mexicano.

Todos percibimos que este proceso de sucesión presidencial estará lleno de mierda, de descalificaciones, de intrigas, muertes, violencia y manejos turbios que implicarán a los grupos del crimen organizado a los que, con tal desmadre, le abren las puertas al poder, parte del que gozan, con la fuerza del poder económico y la violencia que ejercen en muchos sectores del país. La narco política marcará nuevas rutas en este proceso y seguramente será el aumento de la violencia, desplazamientos de las gentes, desparecidos y asesinados, la represión y la inseguridad, lo que indicará este nuevo rumbo que será culpa de los políticos…

No hay comentarios: