miércoles, 23 de marzo de 2011

Se va Carlos Pascual y los problemas continúan...

Hace algunos días escribía sobre lo importante que era continuar con los “consejos y descubrimientos” del embajador, aún en esos días, de los Estados Unidos en México: Carlos Pascual y por supuesto que también escribí sobre la “ocurrencia” del presidente, al comentar que si “no hubiera sido político, hubiera sido periodista de deportes”, por lo que entendí de su charla y algunos amigos y varios dueños de los diarios me dijeron que no publicarían esas reflexiones por considerarlas “fuertes” y que si se publicaban, lo más seguro es que algunos serían “fichados” por los norteamericanos como “enemigos potenciales” y claro, no podrían enviar a sus hijos a vacacionar a Disney, esquiar en sus montes, de “choping” a sus esposas y ellos mismos para hacer las compritas de navidad y las de los niños antes de ir a la escuela, no podrían poner en las cuentas bancarias de Estados Unidos dinero que garantizaran lo que no tienen garantía en el país, sobre todo ahora que ya ve usted, en Oaxaca, donde además de plantones y marchas, desapariciones forzadas de luchadores sociales también hay, por lo que vemos, policías ineficientes, tarados, corruptos y aliados, seguramente, con los grandes roba bancos o que pueden incursionar y robarse sin balazos ni escándalos más de 157 millones de pesos de las bóvedas de protección y seguridad del transporte de valores y si la inseguridad es de tal magnitud, pues ya entendemos las razones por las que los ricos y empresarios, con actitud “patriótica”, prefieren enviar sus recursos para la vejez a los Estados Unidos, total nos dicen, en México, los bancos que se vendieron al extranjero por los “patriotas” banqueros y especuladores financieros mexicanos, no dan intereses importantes por los ahorros y en cambio, tener los ahorros en dólares, además de caché pues da estatus social y seguridad… ¿la economía nacional y el patriotismo?... con eso no comen en los restaurantes de lujo. Así que ante tales argumentos pues dejaron de publicar esas notas y claro, en otros medios, lo hacen para no ponerse en mal con los políticos o con los riquillos que controlan los estados, porque también tenemos que entender que, en la inmensa mayoría de los casos, eso de que existe “libertad de prensa y de manifestación” es un cuento para apagar las ansias revolucionarias de las gentes, porque la verdad es que en los medios de comunicación: “el que paga manda” y no hay duda de que muchos reciben la paga del gobierno o de los banqueros y especuladores financieros que son los que controlan la comunicación en el país….

Algunos me dicen que existe una libertad para que podamos publicar lo que escribimos, es cierto, existe esa libertad, pero para publicar, tenemos que tener un medio de comunicación y ni modo que un “analista” político que dice cosas que no gustan a los que pagan, pueda tener tal libertad, es controlada, sin duda alguna y, los pretextos, son válidos de parte de los editores ya que ellos jamás le dirán a uno que no le publican porque ofende a los que le pagan o porque puede afectar sus intereses, al contrario, dirán como dicen los directores que: lo que sucede es que no llegó completo el mail, ya ven como fallan las comunicaciones en el país, que el tarado del director editorial o el encargado de la página no contempló el escrito que se quedó por ahí perdido y ahora, pues ya perdió actualidad… en fin, desde que se inventaron los pretextos no hay información confiable…

En fin, por esa razón cuando leemos a los periodistas que pueden decir cosas sin que les censuren , pues nos deleitamos con la lectura, así que Denise Dresser, en el diario Reforma, ha publicado una columna “Matar al mensajero” donde hace un análisis de las razones por las que el presidente se peleó con Carlos Pascual y no es que le caiga mal el nombre de Carlos, por aquello de Carlos V, Carlos Slim o Carlos Salinas de Gortari o el diablo de Carlos Marx, no, nos dice con todo el talento de siempre: “Felipe Calderón finalmente logró lo que quería . Matar al mensajero. Exiliar al embajador. Descabezar al diplomático. Obtener la renuncia de Carlos Pascual por incomodar al Presidente y señalar las consecuencias negativas de la guerra que desató. Por molestar al Ejército y evidenciar –en ocasiones- no actúan con la eficacia o la rapidez necesarias. Pro señalar las fisuras internas del Estado mexicano y las agencias de seguridad confrontadas que cobija. Por informar sobre la grisura de los precandidatos del PAN a la presidencia y cómo Calderón no siempre sabe qué hacer para fortalecer su propia posición y la de su partido. Por decir la verdad aunque duela reconocerlo. La verdad que el Presidente no quiere encarar, el ejército no quiere oír, la Secretaría de Seguridad Pública quiere maquillar. Acción Nacional quisiera que no fuera cierta”.

“Verdad recalcitrante que se asoma día tras día a pesar del número de capos arrestados, el número de armas consignadas, la cantidad de cocaína confiscada. MÉXICO NO ESTÁ GANANDO LA GUERRA CONTRA EL NARCOTRÁFICO Y EL CRIMEN ORGANIZADO. NI MÁS NI MENOS. LA RENUNCIA OBLIGADA DEL EMBAJADOR ESTADOUNIDENSE NO PUEDE OCULTAR LOS 36 MIL MUERTOS, EL ASCENSO EN LAS ADICCIONES, LA ESCALADA DE LAS EJECUCIONES, EL INCREMENTO DE LOS SECUESTROS, EL AUNMENTO DE LOS ASESINATOS, la intransigencia de la impunidad. Y se nos repite que la violencia es una consecuencia inevitable cuando –como lo señala Eduardo Guerrero en sus magníficos artículos en la revista Nexos- no tendría que haber sido así. Y se nos recuerda que se trata sólo de capos destazándose entre sí, cuando en la realidad las ejecuciones rebasan el mundo del narcotráfico. Y se nos exhorta a denunciar a los malosos, cuando 98.5 por ciento de los crímenes en el país jamás son resueltos”.

“Como advierte Sun Tzu en El Arte de la Guerra, toda guerra entraña la decepción, y vaya que México es víctima de ella. El gobierno mexicano no ha sido honesto con la población del país sobre la enormidad de los retos que enfrenta. Los errores contraproducentes que ha cometido. Lo arrinconado que se encuentra. El tipo de ayuda estadounidense que ha solicitado. El grado de colaboración que ha exigido. El número de agentes norteamericanos que ha permitido. Y de allí las contradicciones, las evasiones, las incongruencias que demuestran tanto el Presidente como Patricia Espinosa como la Secretaría de la Defensa Nacional. Todos demandan que Estados Unidos asigne más recursos, más atención, más importancia a la guerra de Felipe Calderón, pero reculan cuando esa ayuda se hace pública. Cuando esa colaboración es revelada. Cuando iniciativas como “Rápido y Furioso” y los sobrevuelos en territorio nacional –por parte de aviones estadounidenses encargados de llevar a cabo labores de inteligencia- ocupan las primeras planas de los periódicos. Cuando las fallas tanto tácticas como estratégicas del gobierno calderonista son ventiladas en WikiLeaks”… en fin, es verdad y cierto lo que dice este artículo, sin embargo, en muchos diarios, por decir cosas similares en otro modo, tal vez menos literario, más directo, no se nos publica, en fin, así son de cortas las mentalidades y de grandes los intereses y la protección que deben algunos dueños y editores a los que “pagan, porque les mandan”….

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