miércoles, 2 de diciembre de 2009

Las 48 leyes del poder (novena lección)

Reflexionar sobre el poder es importante para cualquier ciudadano, porque lo ejerce, lo desea, lo sufre o lo soporta, cualquiera que sea la causa no se puede negar que el poder es parte de la realidad social pero, sobre todo, es parte de la formación de los ciudadanos. Las ópticas del poder son distintas, no es lo mismo estar en la cúpula del poder que sufrir su embate en la base. No es lo mismo utilizar el poder para estar, o sufrir el poder de los que están. Conocer sus leyes es importante no para mostrar el campo de la manipulación que es con lo que, comúnmente, se identifican muchos, el poder no es eso, no es manipulación, porque si esto fuera, no es poder, podría ser una parte del poder, de su ejercicio, pero no hay nada malo ni bueno en las leyes y sus acciones, es la forma, el uso, la práctica el que determina si se utiliza bien o mal, y por ello, es mejor, conocer esa realidad que desconocerla. Es más, para cambiar la realidad, es necesario conocerla y actuar en su tiempo y circunstancia, de otro modo no hay forma de realizar los cambios y dentro del poder, el mejor cambio es el interno, el que se basa en los valores humanos, en la solidaridad, en el dar, en el servir, el poder es para servir a la sociedad, para ayudar a los demás y no para servirse del mismo.

Hay muchas formas de poder, no todo es el poder político, existen desde el poder personal, el que marca la personalidad de cada uno y logra impactar y motivar a los demás hasta el poder económico que significa una parte importante del poder, el social, en fin, cada sector tiene su poder, y dentro de este esquema, se tiene que interpretar y reconocer, utilizar.

La idea de este esfuerzo es mostrar esas leyes, no son las únicas, existen muchas más, cada uno podrá redescubrirlas y es así que el libro de ROBERT, GREENE, “LAS 48 LEYES DEL PODER,” EDITADO POR OCEANO, ha servido para este objetivo y son muchos los que nos han hablado y escrito para solicitarnos la colección de este esfuerzo periodístico que trataremos de publicar en un próximo suplemento de nuestro diario.

LEY 44: “DESARMA Y ENFURECE CON EL EFECTO ESPEJO”.

“El espejo refleja la realidad, pero es también el medio perfecto para engañar: cuando reflejas a tus enemigos y haces justo lo mismo que ellos hacen, no pueden entender tu estrategia. El Efecto Espejo los ridiculiza y humilla, y les provoca reacciones exageradas. Al sostener un espejo ante su psique, los seduces con la ilusión de que compartes sus valores; al sostener un espejo ante sus actos, les das una lección. Pocos pueden resistirse al poder del Efecto Espejo”.

“Los espejos tienen la capacidad de perturbarnos. Al mirar nuestro reflejo en el espejo, la mayoría solemos ver lo que queremos: la imagen de nosotros con la que nos sentimos cómodos. Tendemos a no mirar muy de cerca, ignorando las arrugas e imperfecciones. Pero si examinamos con atención la imagen reflejada, a veces sentimos que nos vemos como nos ven los demás, como una persona entre otras, un objeto antes que un sujeto.”

“Al emplear Efectos Espejo, reinventamos simbólicamente ese perturbador poder reflejando las acciones de los otros, imitando sus movimientos para desconcertarlos y enfurecerlos. Sintiéndose ridiculizados, clonados, cosificados, una imagen sin un alma,. Se enojan… Este Efecto posee enorme poder porque opera en las emociones más primitivas”.


LEY 45: “PREDICA LA NECESIDAD DEL CAMBIO, PERO NUNCA REFORMES DEMASIADO, EN SEGUIDA”.

“Todos entendemos la necesidad de cambio en lo abstracto, pero en el plano del día a día somos criaturas de hábitos. Demasiada innovación resulta traumática, y conducirá a la revuelta. Si eres nuevo en una posición de poder, o un extraño que trata de forjarse una base de poder, alardea de respetar la antigua manera de hacer las cosas. Si es necesario el cambio, hazlo sentir como una mejoría paulatina sobre el pasado.”

“La psicología humana contiene muchas dualidades, y una de ellas es que aunque las personas entienden la necesidad de cambios y sabe lo importante que es que instituciones e individuos se renueven en ocasiones, les irritan y disgustan los cambios que les afectan en lo personal. Saben que el cambio es necesario, y que la novedad brinda alivio al aburrimiento, pero en el fondo se aferran al pasado. Desean un cambio en lo abstracto, o un cambio superficial, porque un cambio que trastorna hábitos y rutinas básicos es muy perturbador”.

“Ninguna revolución se ha ido sin una poderosa reacción posterior en contra, porque a la larga el vacío que produce resulta demasiado desconcertante para el animal humano, que asocia inconcientemente ese vacío con la muerte y el caos…”.

LEY 46: “NUNCA PAREZCAS DEMASIADO PERFECTO”.
“Parecer mejor que los demás siempre es peligroso, pero lo más peligroso de todo es parecer no tener faltas ni debilidades. La envidia produce enemigos mudos. Es prudente exhibir defectos en ocasiones, y administrar vicios inofensivos, a fin de desviar la envidia y parecer más humano y accesible. Sólo los dioses y los muertos pueden semejar ser perfectos con impunidad.”

LEY 47: NO VAYAS MÁS ALLÁ DE DONDE TE PROPUSISTE; EN LA VICTORIA, APRENDE CUÁNDO DETENERTE.”

“El momento de la victoria a menudo es el mayor peligro. Al calor de la victoria, la arrogancia y el exceso de confianza pueden empujarte más allá de la meta que perseguías, y por llegar demasiado lejos podrías hacerte de más enemigos de los que venciste. No permitas que el éxito se te suba a la cabeza. Nada sustituye a la estrategia y a la planeación cuidadosa. Fija una meta, y cuando la alcances deténte.”

LEY 48:”Asúmete informe”.

“Al adoptar una figura, al tener un plan visible, te expones al ataque. En vez de tomar una forma que tu enemigo pueda asir, consérvate adaptable y en acción. Acepta el hecho de que nada es seguro y ninguna ley determinada. La mejor manera de protegerte es ser tan fluido y sin forma como el agua; nunca apuestes a la estabilidad o al orden duradero. Todo cambia”.

“…. No podemos comunicar nuestras emociones sin una forma”.

“…Constantemente alteramos las formas que hemos heredado de generaciones anteriores, y estos cambios son señal de vida y vitalidad. En efecto, lo que no cambia, las formas que se vuelven rígidas, terminan por parecernos comparables a la muerte, las destruimos…. Al madurar debes depender menos del pasado. Cuida que la forma que ha adoptado no te haga parecer como una reliquia.”. En fin, poder para servir o poder para servirse, de su utilización y destino depende lo bueno o lo malo del poder y de las personas de poder…

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