sábado, 22 de octubre de 2011

El baile del chivo

El día de ayer, casualmente, me encontré con varios amigos y algunos de ellos con raíces en Puebla, esa bella y hermosa, laboriosa y combativa ciudad. Como siempre, nuestras pláticas y comentarios se relacionan a la política y los políticos y bueno, ahí entendí aquella historia que le “cuelgan” a Maximino Ávila Camacho: “Resulta que un día al llegar a Palacio de Gobierno, su secretario le indicó que ya le estaban esperando los secretarios de educación, obras públicas y el encargado de los penales. Don Maximino era un hombre pragmático por lo que ordenó que fueran pasando, primeramente el de Educación y este, al llegar frente al gobernador le dijo: “Señor, nuestras escuelas están mal, no tenemos equipo, no hay pagos a los maestros, necesitamos recursos para educar a nuestros hijos”. El Gober, que no era lógicamente, como el “gober precioso”, sino que tenía palabra, contestó de inmediato: “Tesorero, deles de un millón de pesos para que inicien los trabajos en la educación”. Enseguida pasó el de obras pública y le comentó: “Señor gobernador (ya ven como son barberos y arrastrados los secretarios de un gobernador cuando de recursos se trata), así que continuó diciendo que los caminos estaban muy mal y que necesitaban hacer nuevas obras para que, en las mismas, quedara algo para los cuates”, así que Don Maximino, diligente y práctico ordenaba que le dieran dos millones de pesos para que los poblanos pudieran estar comunicados. El último de la lista era el encargado de los penales y en aquellos tiempos no tenía la presión de las comisiones de derechos humanos y todas esas organizaciones que tanta lata les dan a los funcionarios en este sector tan corrompido. Así que el encargado de los penales le dijo: “Gobernador, las cárceles son pocilgas, están los presos en condiciones deplorables, insalubres, en un festín para las ratas y los ratones, las chinches cargan a los pobres reos y las pulgas y piojos son parte de las comidas diarias”. El Gobernador ordenaba que se le dieran cuatro millones de pesos para que se arreglaran los penales en la entidad.

El secretario, con miedo y pena, se atrevió a decirle a Don Maximino Ávila Camacho, que dicen, no tenían buen humor cuando estaba “crudo”: “Señor gobernador, no entiendo la razón por la cual ordena dar un millón a la educación de nuestros hijos y cuatro millones de pesos para el arreglo de los penales y cárceles”. Así que Don Maximino le contestaba: “Hay Nachito, como serás pendejo. Ni tú ni yo, ni ninguno de los colaboradores volveremos a pisar la escuela, pero sí podemos ir a la prisión, por eso hay que arreglarlas no sea la de malas. Ya vez, en la casa del jabonero, el que no cae, resbala”…

Y bueno ya hemos visto cómo muchos de los gobernadores de la coalición y de la derecha se preocupan por mantener los penales en buen estado y funcionamiento, es más, hoy, la idea es “concesionarlos a la iniciativa privada”, que es lo mismo que a sus cuates, al igual que han vendido los bienes nacionales y las empresas paraestatales, como han privatizado a las policías para que los cuates de los cuates tengan negocios y en el caso de Puebla, no podemos negar que el gobernador Rafael Moreno Valle, siempre tiene en mente lo sucedido a su abuelo, cuando fuera derrocado en el gobierno al atacar a los medios de comunicación y al creer que solamente la misión de su gobierno era el de tomar venganzas personales, porque tienen la idea, algunos “gobernantes” de que es mejor que les teman a que los quieran y respeten… por eso, cuando va a la ceremonia de LA MATANZA y ordena a sus guardaespaldas y genízaros que no permitan que los indios le hagan bailar ridículamente el Baile del Chivo”, los indígenas que no saben de protocolos y están es su fiesta y ellos son los que mandan en la comunidad indígena de Santa María Coapan, donde se hace el ritual de las matanzas de chivos, las mujeres, cosa que a algunos les indigna, lo sacan a fuerza a bailar y lo bailan, le hacen a Rafael Moreno Valle bailar y sacar pasos en el baile del chivo y por ello, algunos dicen que ni para esto sirve, porque solamente anda como “chivo en cristalería”, tomando venganzas y gritando a sus colaboradores en la desesperación de “tantos problemas y dolores de cabeza que les dejara Mario Marín, el “gober precioso”, título que algunos mal pensados y vengativos poblanos, dicen, que él reclama: “gober precioso debería ser él y no el indio ese de Marín, borrachín, ridículo, desleal y mal agradecido”…

Lo que en verdad no entiendo es la razón por la que los gobernadores van a sitios para que les saquen la foto y se piense que se dan “baños de pueblo”, cuando han nacido en “pañales de seda” y les molesta el olor y la mugre que se ve y respira en los pueblos pobres de nuestro país. Esto me recuerda a algún ridículo “dirigente” de la CNC que en un mitin se quejaba por el calor y por el mal olor de los campesinos, “como si no s pudieran bañar”. Al escucharle, le dije que olían mal y estaban sucios porque ellos trabajaban no de dirigentes, sino en el campo y no podían tener baño y agua corriente como él tenía esos servicio en su lujoso rancho…, claro que ordenó que me bajaran del entarimado y no me permitieran continuar en la gira programada para cubrir las notas para el periódico con el cual trabajaba… pero no saben qué bien me sentí de poderle decir a aquel “líder naylón” lo que pensaba.

Así que todos en Santa María Copan, en la ceremonia de La matanza donde se tiene que cumplir con la tradición y bailar el Baile del Chivo, sabía que el gobernador les había ordenado a sus guardaespaldas, que prohibieran que se le sacara a bailar… y lo bailaron, como se sabe lo siguen bailando en todos lados, porque en vez de gobernar se ha venido dedicando a consumar venganzas y a tratar de demostrar que puede ser “temible y terrible” y bueno, lo es, porque cuando un gobernador saca la “matona”, es lógico que pueden ir al matadero muchos de sus odiados enemigos… y, si no quería bailar con los apestosos indios y menos hacer el ridículo de andar haciendo pasos en el baile del chivo, pues no entiendo bien a bien a qué van a esos lugares, cuando saben de qué se trata el tema, porque “al pueblo que fueres haz lo que vieres”, dice la conseja popular… pero bueno, hay políticos que dicen que defienden a los pobres y en la realidad los usan para llegar al poder y beneficiarse del poder.

En las comunidades indígenas no entienden de protocolos y menos acatan las instrucciones de los policías, ellos, son los que mandan en sus festividades y ellos saben cómo se deben comportar los invitados. Los invitados deben servir a los que invitan y seguir con la tradición, esto muestra pues que hay políticos que no han dado “un paso fuera del pavimento” y que siguen pensando en que su palabra es la ley, cuando olvidan que han sido electos para servir y no para servirse, que cuando se sirve al pueblo se le respeta y hay que bailar el chivo y con el chivo, aunque apeste…como lelgan a apestar los políticos en el poder… así que más vale entender y recordar las historias del poder, para poder…

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