domingo, 24 de octubre de 2010

Los maras mexicanos de Ciudad Juárez

Desde que los mexicanos y los latinoamericanos descubrimos las razones de la violencia de los grupos de la MARA SALVATRUCHA que sostienen relaciones y organización en América Latina y fuerza para militar en México, Salvador, Guatemala, Honduras y los Estados Unidos, nos damos cuenta de que la violencia en lo que han sido las “guerras contra las dictaduras” y las “revoluciones sociales” que encabezaron muchos religiosos y alentaron los norteamericanos y los grupos de la alta burguesía para dizque implantar el “estado de Derecho” y la democracia, los resultados han sido la frustración y la destrucción de miles de familias, miles de huérfanos que quedaron en condiciones de “niños de la calle”, sin afecto y sin amor, sobreviviendo los que estaban en las organizaciones criminales y violentas y se educaron solamente en el crimen y en la delincuencia. Vivir o morir, no tenía opción cualquier niño o niña que no tenía ya nada que perder. Por ello, esas organizaciones son hoy por hoy las verdaderas mafias que se desarrollan en toda la frontera. Ya no son los grupos tradicionales que controlaban el tráfico de drogas, armas, gentes, mercancías las que supuestamente están enfrascadas en una lucha por el control de los “territorios,” dicen las autoridades, cuando sabemos que esto es totalmente falso, porque lo que se ha identificado como la lucha o la “guerra contra el narcotráfico”, tiene la misión encubierta de controlar los movimientos sociales y políticos que, afianzados con las bases marginadas, desempleadas y resentidas, pueden provocar los cambios políticos en el país y, por esa misma razón, la fuerza y la represión del gobierno se centra en la represión y la eliminación de grupos en forma indiscriminada y por ello vemos que, en esta lucha provocada y alentada por las fuerzas políticas que controlan a la policía política, son las que llevan la “guerra” a niveles sociales y en todas las regiones, pero hoy, se vienen enfrentando a un nuevo grupo que surge por todos lados, con gentes jóvenes que nada tienen que ver con las mafias tradicionales a las que no obedecen ni están sometidas o dependientes y esta es la verdadera guerra que nadie entiende en la zona fronteriza del norte cuando aparecen los grupos de eliminación que, muchos, suponen, son protegidos y alentados por fuerzas políticas, por funcionarios, por empresarios o por las mismas policías con el intento de eliminar esa violencia de la que nadie tiene control en todo el país…

Cuando recorremos municipios como Ciudad Juárez, donde el presidente Municipal, “EL TETO”, hace intentos sobrehumanos para buscar fuentes de empleo, financiamiento para infraestructura, programas de salud, vivienda, empleo, seguridad social, alumbrado público, seguridad y educación, se topa con la burocracia nacional y con los intereses de los partidos políticos en el poder ya que, como se ha identificado como un adversario poderoso que eliminó del poder al panismo en ese municipio, tiene que enfrentar los robos y la falta de recursos y endeudamiento que debe afrontar sin el apoyo de los panistas a nivel nacional, a pesar de todas las declaraciones que hace Felipe Calderón cuando se refiere a la importancia de rescatar Ciudad Juárez. Una cosa son las declaraciones y otra son los hechos y en los hechos, el presidente, si ha demostrado buena fe, sus colaboradores han demostrado ineficiencia y acciones contrarias a sus supuestos mandatos para que se doten de recursos los programas que urgen para el rescate social y político de los habitantes de ciudad Juárez. No es con patrullajes de los policías ni con la intimidación y violencia que generan los mismos policías al ser parte de los grupos de extorsionadores o de la protección a los grupos que se diputan la entidad o que tienen el control del tráfico de drogas, armas, gentes y mercancías, como se pacificara Ciudad Juárez y sus habitantes tendrán oportunidades de empleo, educación, vivienda, salud, tranquilidad y paz social … la violencia genera violencia y no permite un sano desarrollo con paz, seguridad y democracia, al contrario, la represión, genera mayor represión y aumenta el resentimiento social de los miles de afectados.

Si queremos que Juárez retorne a la paz con desarrollo, seguridad y democracia, con libertades y educación, con vivienda digna, con salud para sus habitantes, dejémonos de creer que con la fuerza se derrotarán a los nuevos grupos que alejados de las mafias operan ya como una manifestación de los grupos de “maras mexicanos” que son el producto del desamparo social y de la violencia institucional, de la pobreza, de la marginación y de la falta de educación y oportunidades para un sano desarrollo. Operemos con la fuerza de la razón no con la fuerza bruta de la violencia institucional o de los grupos en confrontación.

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