lunes, 4 de octubre de 2010

El exito

Muchos nos preguntamos las razones y las formas en que algunos alcanzan el éxito. Por esa razón es interesante las reflexiones que hace el hombre más rico del mundo Carlos Slim Helú, sobre el éxito en la entrevista PODER que le realiza Isaac Lee.

Señala Carlos Slim: “Yo creo que el éxito no está en lo económico. Yo creo que una persona no es de éxito porque le va bien en los negocios o le va bien profesionalmente o saca diez en la escuela. Creo que eso es lo que menos vale. Lo que vale es tener los pies en la tierra, el concepto de familia, los amigos (pero los verdaderos amigos, ese que cuando te recuerda te llama, cuando sabe que estas mal en cualquier circunstancia te llama para saber si se te ofrece algo, ese que cuando te ve te da un abrazo sincero, ese que cuando te ve le da gusto saber que existes). Apreciar las cosas que tienen valor VERDADERO, no material, no físico necesariamente”.

Pienso que a este concepto bien le puedo añadir una reflexión que me regaló mi madre: “El éxito no tiene que ver con lo que mucha gente imagina. No se debe a los títulos nobles o académicos que tienes, ni a la sangre heredada o a la escuela donde estudiaste. No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuántos carros quepan en tu cochera. No se trata si eres jefe o subordinado: o si eres miembro prominente de clubes sociales. No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres buen administrador o hablas bonito, si las luces te siguen cuando lo haces. No se debe a la ropa, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu status social. No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo. El Éxito se debe a cuanta gente te sonríe, a cuantas gentes amas y cuantos admiran tu seriedad y la sencillez de tu espíritu. Se trata de si te recuerdan cuando te vas. Se refiere a cuanta gente ayudas, a cuantas evitas lastimar y si guardas o no rencor en tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si fuiste arrogante o humilde, soberbio o considerado, si fuiste exigente o tolerante. Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta. No es acerca de cuántos te siguen si no de cuantos realmente te aman. No es acerca de trasmitir, si no de cuántos te creen si eres feliz o finges estarlo. Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar. Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más. ¡ESTO ES EL ÉXITO!”…

Por todo ello e un correo que me hace el favor de enviarme Enrique Benitez dice que debemos reflexionar sobre algunos pensamientos:

“Un triunfador es PARTE DE LA SOLUCIÓN. Un perdedor es PARTE DEL PROBLEMA.

Un triunfador dice: Debe haber una forma mejor de hacerlo. Un perdedor, dice: Esta es la forma en que siempre lo hemos hecho. No hay otra.

Cuando un triunfador comete un error, dice: Me equivoqué, y aprende la lección. Cuando un perdedor comete un error, dice: “No fue mi culpa” y responsabiliza a otros.

Un triunfador sabe que la adversidad es el mejor de los maestros. Un perdedor se siente víctima durante las adversidades.

Un triunfador sabe que el resultado de las cosas depende de sí mismo. un perdedor cree que existe la mala suerte.

Un triunfador enfrenta los desafíos uno a uno. Un perdedor rodea los desafíos y no se atreve a intentar.

Un triunfador se compromete, da su palabra y la cumple. Un perdedor hace promesas, no se pone manos a la obra y cuando falla sólo se sabe justificar.

Un triunfador dice: “Soy bueno, pero puedo mejorar”. Un perdedor dice: “No soy tan malo como otros”.

Un triunfador sabe escuchar, comprende y responde. Un perdedor interrumpe y no espera que llegue su momento de hablar.

Un triunfador respeta aquellos que saben más y se preocupa en aprender algo de ellos. Un perdedor se resiste a todos los que saben más y sólo se fija en sus defectos.

Un triunfador consigue “ver el bosque en su totalidad”. Un perdedor se fija sólo en el árbol que le toca plantar.

Un triunfador se siente responsable por algo más que por su propio trabajo. Un perdedor no se compromete y siempre dice: hago mi trabajo y ya es bastante.

Un triunfador trabaja mucho y dedica más tiempo para sí mismo. un perdedor está siempre ocupado o muy cansado y no tiene tiempo para los suyos.

No importa que tan fuertes sean tus creencias, si no usas tu sabiduría para crear cambios positivos sigues siendo parte del problema , no de la solución…

Un triunfador como tú, comparte este mensaje… a un perdedor el egoísmo lo ciega y no sabe compartir…”

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