jueves, 24 de junio de 2010

Cuando un amigo se va

A lo largo de mi vida he tenido que observar, ver, sufrir, llorar, entristecerme por muchas muertes. Los años son para tener un mayor número de experiencias y por ello, la vida es tan sabia que, al paso del mismo nos permite tener esa relación tan directa con la muerte y con las pérdidas, así es como sabemos que no somos eternos y que lo que cuenta es cada minuto que tenemos y vivimos plenamente, todos los días, dando gracias al creador por una nueva oportunidad de vida. Tal vez, por esa razón, cuando un hombre pierde la memoria como le ha sucedido a mi querido amigo, Ignacio de la Mota y Oreja, hombre de gran talento y gran visión, de gran calidad humana y enorme y gratificante encanto para ser amigo y un ser encantador con sus hijo, es realmente una pérdida y, por ello, llevamos luto, porque cuando un amigo se va se siente un gran vacio en el alma y bueno… no quedan más que los gratos recuerdos y la nostalgia que cura el tiempo.

Hoy, con seguridad muchos son los que en forma real y desinteresada, de corazón, de valor y grandeza lloran la muerte de Mosivaís, otros lo hacen por pose, por darle cuerda a su egoísmo y a sus charadas y teatralidades. Son los más, los menos, son los que en verdad sufren y lamentan su partida sabiendo que ha sido un hombre productivo en su vida, valiente a carta cabal, honesto en todos su actos y, sin duda, un hombre al que México le deberá mucho al ser uno de sus poetas que dicen la verdad y son visionarios del futuro pero, críticos, del presente… así en este país de vierten lágrimas todos los días, unas por encanto y alegría y otras por nostalgia y por dolor.

Pero así es la vida, unos nacen y otros mueren, por desgracia, muchos pasan el tiempo sin saber la razón por la que se encuentran en este mundo y no dejan de hacerse preguntas y, por tanto, vivir en el miedo y el terror. Al saber quienes somos por supuesto que tenemos armas para enfrentar los retos de la vida y sabemos vivirla plenamente, sin conflictos, sin miedos, sin dolores, sin sufrimientos, sin odios, sin rencores ni resentimientos. Simplemente, la vida, es para vivirla y dar con ello el gran homenaje a la permanente creación y transformación del universo. La vida es nacimiento y muerte y por ello, se debe aceptar,para no sufrirla. Hay que saber que cuando uno parte lo mejor es lo que deja en el corazón de los que ama y de los que son queridos…

La vida o el paso de los años, me ha permitido ver muchas muertes.: Las de los seres queridos, los padres, los amigos, los cercanos, los enemigos, los resentidos, los que deben o a los que debemos, en fi, es un paso para reflexionar, no son motivos de alegría o de dolor, sino de reflexión. Por supuesto que nadie podrá negar que cuando se van los verdaderamente amigos y que forman parte de nuestra historia y del paso del tiempo, tenemos un dolor que, por fortuna, pasa con el tiempo y que al final nos permite evaluar realmente lo que significamos para ellos y ellos para nosotros y esto es lo gratificante, el saber que de una forma o de otra, hemos sido parte integrante de una vida y formamos parte de ella en el transcurso de su tiempo y de nuestro tiempo. Lo demás, no tiene razón de ser. Ni dolor, ni llanto, ni resentimiento… simplemente debemos ser y dejar ser.

Así que hay muertes que son parte del todo y de la vida, pero hay otras miles que son truncadas por los caprichos de algunos o los intereses de otros, por ello, me impactó una caricatura que decía: “Monsi, ya que estarás en el cielo, pregunta a los 23 mil muertos de la guerra de Calderón qué piensan de esto. Si son truncadas sus vidas por los “daños colaterales” o por los intereses de algunos políticos que hacen de la guerra un gran negocio y de la militarización y de la represión una forma de política” y es verdad, son tiempos para reflexionar y preguntar, para saber, cuando menos, si somos o no somos… y en este trance no hay duda que algunos no tendrán respuestas honestas ni serias… por tanto se quedarán callados haciendo del silencio una prueba de su culpabilidad. Total los muertos dicen no hablan pero si culpan… y culpables son de las mismas, no hay duda de esto. Por ello ojala Monsi haga las preguntas y nos brinde las respuestas. Alguien tiene que hacerlo.

Por esto en la vida valen las cosas y los actos, pero sobre todo las intenciones y cuando las intenciones son mal sanas y buscan dominar a los demás al paso del tiempo se descubre la verdad y en este tiempo la verdad tiene poco tiempo para ser y aparecer. Urgen pues las preguntas pero urgen más las respuestas para no matar a más…. Muchos más. No vale ninguna guerra la muerte de gentes inocentes, es la verdad.

No hay comentarios: