sábado, 22 de agosto de 2015

Descrédito y falta de confianza

 Pablo Cabañas Díaz, escribe en su columna del día 7 de agosto en AL MOMENTO NOTICIAS, la historia en la confrontación entre Lázaro Cárdenas del Río y Plutarco Elías Calles, que se inicia hacia el doce de junio de 1935 cuando Calles critica la orientación del gobierno de Cárdenas y hacia el 16 de junio todo el gabinete en Pleno de Cárdenas es cesado por el presidente, así se delimitaba el compromiso de Cárdenas con Calles. Cumplido esto, Calles viaja a Hawái, permitiendo que el gobierno de Cárdenas se consolide y se utilizan a los medios de comunicación y a los políticos ligados al cardenismo, para ridiculizar a los miembros afines a Calles y al mismo Plutarco, el 13 de diciembre de 1936 Calles regresa al país y los mismos medios que antes le adulaban, hoy, controlados por los cardenistas, no le permiten ninguna explicación provocando la renuncia de muchos de sus hombres y de algunos gobernadores.
         Escribe Pablo Cabañas: “La tensión entre callistas y cardenistas se prolongó hasta que el presidente Cárdenas toma la decisión de romper definitivamente con Calles. La noche del 9 de abril de 1936. Mientras él se encontraba reposando en su cama leyendo Mi Lucha, el libro de Adolfo Hitler, le comunicaron que Cárdenas le ordenaba prepararse para salir del país a las siete de la mañana. En la madrugada fue conducido al Puerto central Aéreo, donde en compañía de otros callistas activos, Luis L. León, Luis N. Morones y Melchor Ortega, abordó el avión que lo llevó al exilio hacia Estados Unidos”  “El artículo Calles y Vasconcelos: la soledad del exilio de Alejandro Rosas, plasma la vida de Calles en el exilio como un momento doloroso. Siete años atrás había propiciado la salida de José Vasconcelos del país. Calles buscó a Vasconcelos y después de varios intentos se da la reunión. El encuentro tuvo lugar en 1936, en un pequeño rancho cercano a San José, California. Calles –llevaba pocos meses en el exilio- y Vasconcelos –cumplía siete años fuera del país-. Ambos estaban marcados por la impotencia y la amargura. En pocos minutos se desvanecieron los agravios de la enemistad”.
         “Vasconcelos al referirse a las circunstancias que motivaron ese encuentro –que en sí mismo parecía contradictorio- declaró sinceramente: “NOS UNIÓ LA DERROTA”. “El general Calles me recibió como los hombres. Me dio un abrazo y después de un cordial saludo, me dijo: “Hemos sido enemigos, licenciado, pero yo nunca le hice daño alguno”. Desde ese momento queda liquidado el pasado entre los dos”       .
         Sin duda, a pesar de los momentos desastrosos que se vivían y de los cambios de rumbo y de poder que se tenían en el país, las diferencias se arreglaban “por las buenas”, las maneras y el respeto a la vida era vital para esos hombre que tuvieron el poder absoluto de tal suerte que creyeron, ciertamente, que podían seguir imponiendo su poder a los nuevos hombres del poder. Cada seis años es lo mismo en el país, por esa razón, recomendamos leer el libro de don Antonio Velasco Piña: EL CÍRCULO NEGRO que cuenta la forma en que después se instrumentó al grupo que controlaba la sucesión presidencial, este libro, al parecer, le fue dictado por Alfonso Corona del Rosal, un político que estuvo en muchos centros del poder y que desde el PRI y el Departamento Central controlaba la capital del país y que, cuando se genera el movimiento estudiantil de 1968, pretende dejar su papel de mediador para convertirse en un jugador más en la sucesión presidencial adelantada  donde es derrotado por Luís Echeverría.

         Hoy, tal pareciera que ante el descrédito y la falta de confianza de la población a la actual administración, donde los escándalos de corrupción llegan al primer nivel, donde los contratistas juegan un papel vital en la destrucción de la misma economía y en el saqueo de los recursos públicos, donde el secretario de Haciendo no puede controlar la destrucción y el derroche y menos el deterioro económico, donde el secretario de Gobernación está empantanado con la seguridad, donde pretende seguir sosteniendo a los peores policías, corruptos e ineficientes que han provocado la muerte masiva de mexicanos y la complicidad y corrupción de los cuerpos de seguridad con la delincuencia organizada, y cuando el mismo presidente sufre presiones internas familiares que le descontrolan y le muestran como un político débil y manipulable, es necesario recurrir a los viejos sistemas y dar el golpe de timón que se requiere para poner a salvo al presidente, porque este se encuentra en plena decadencia y es así que hay que recordar la forma y los contenidos del cómo resolvían las diferencias en los tiempos pasados, donde se logra la estabilización del poder civil y el desarrollo estabilizador con un proyecto nacionalista y de independencia y soberanía. Los cambios son necesarios cuando se saben hacer y cuando son pensados, no son los que provocan tragedias como las que se avizoran con la famosa “Deforma” educativa que está empantanada y generando la confrontación de las bases populares con un gobierno debilitado y en crisis…evitar la violencia y la desestabilización es vital para el buen desarrollo del país. Sin muertes como la de Luis Donaldo Colosio y el Cardenal Posadas.

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