lunes, 27 de septiembre de 2010

Espejitos por oro

Hace unos días en la columna que publica Rafael Loret de Mola , reproducía una anécdota contada por el presidente José López Portillio que se refería a la forma de “gobernar” del  presidente Miguel de la Madrid: “Parece que a Miguelito, se le olvida que cada vez que se tiene que saltar una barda o un obstáculo, hay que llevar una “canasta de huevos”, y él deja la mitad antes de saltar y la otra antes de llegar al siguiente obstáculo, por eso anda el país en peores condiciones”. Hoy, cuando recordamos los tristes acontecimientos del terremoto de 1985, recordamos que el entonces Regente de la ciudad, Ramón Aguirre, que gozaba de las confianzas del presidente y que era parte del séquito que  le acompañaba a las francachelas y fiestas de disfraces, le aconsejó que no dejara salir a los miembros del Ejército Mexicano para el auxilio de la población, porque se escuchaban  voces dentro de sus filas de que: “el presidente, no servía”,  olvidando que no se puede gobernar con rumores o con chismes, especulaciones, sino con realidades y porque el presidente, educado y creado en el extranjero, en los Estados Unidos, no tenía  la más remota idea de que nuestro ejército es una institución con total lealtad y apego a lo que marca la Constitución para la defensa de la libertad, la seguridad y la soberanía y que no entran en juegos perversos del poder, ante ello, los miembros del ejército demandaron salir para cumplir con la población en el auxilio que se requería y fueron a sus labores, si esto no se hubiera realizado y la comunidad no hubiera tenido la disciplina y la solidaridad, seguramente, se hubieran provocado muchos casos de robos y saqueos.

Hoy, muchos intereses se mueven para evitar que el ejército y la marina cumplan con sus funciones de auxilio a la población y que cumpla con las funciones de auxilio ante la inseguridad, porque las fuerzas de policía, las de antes y las de hoy, son ineficaces por incapacidad, por complicidades o sociedades perversas con la delincuencia organizada y no se debe perder la idea de que los mismos policías son los que han realizado el gran negocio de la “inseguridad”, por ello, hoy, un grupo selecto y perverso ligado en complicidades y negocios, es el que tiene el control de la agenda política presidencial e influye en todos los niveles y utilización de los recursos públicos que se aumentan con el cuento de la “inseguridad” provocada por este grupo perverso y golpista que tiene el control político y paramilitar en el país. Así, lo quieran o no reconocer los voceros de la presidencia y de la policía, un grupo de senadores y de diputados, exige que se realicen investigaciones ante la presunción de que existen grupos de “élite” encargados de hacer las confrontaciones o liquidación de políticos, empresarios, periodistas o delincuentes sin que tengan que llevarse ante la justicia sino que se les practica la “ley fuga” o se les liquida, sin mayores procedimientos, operando, con los cuerpos de seguridad y los medios de comunicación, la idea de que esos crímenes y asesinatos están relacionados con el crimen organizado o simplemente, si no les conviene, dicen que los asesinatos de algunos personajes no están ligados a su labor cotidiana sino que son producto de venganzas personales, sin que se realicen las investigaciones, sino que se brinda la información sin que medie alguna investigación y se llegue a conclusiones reales.
 
En tales condiciones, por dar respuestas mediáticas a asuntos delicados, los voceros de la presidencia y de seguridad se envuelven en serios problemas y conflictos con la comunidad y con los afectados, por ello, pierden confianza y credibilidad y cuando esto sucede, el gobierno tiene que aceptar que está en mal camino en su forma y fondo para gobernar. Si los funcionarios creen que todo se reduce a la forma de comunicar y no a los problemas reales de confianza y de credibilidad, ocultando sus errores y deficiencias, sin demostrar que efectivamente se avanza en los programas y proyectos, sino que se acumulan muertos, heridos, detenidos y se confrontan políticamente en muchos sitios, porque los policías, para justificar su “trabajo” y deficiente desempeño, involucran a cualquier ciudadano en la “delincuencia organizada” o utilizan esos mecanismos de “seguridad y de investigación” para amenazar o desprestigia  a los ciudadanos o políticos, funcionarios o periodistas que no aceptan sus formas ni están de acuerdo en seguirles la corriente porque tienen principios y ética en su forma y modo de pensar y de actuar.
 
Hoy, parece que existe la tendencia en el gobierno y en sus funcionarios de descalificar cualquier crítica o postura que no acepte sus declaraciones, es como si se quisiera imponer un control en la comunicación y en la información, tal como se hace en España, donde está prohibido, por ley, que cualquier medio, ciudadano o periodista, critique al Rey y a su familia y este es el mismo criterio que se quiere imponer en México, por los operadores que tiene presidencia que, desde España, son los que deciden la política de comunicación.. Seguimos “cambiando espejitos por oro” y la comunicación, al igual que la política, se ha convertido en un próspero negocio para algunos policías, políticos y funcionarios ligados a los empresarios del ramo y a los especuladores que controlan medíos de comunicación…en fin, comenzamos con la inseguridad y terminaremos imponiendo un sistema parapoliciaco y paramilitar, en una especie de dictadura política de derecha, en México… lo dicho: COMO LOS CANGREJOS… O LOS CANGREJOS EN EL  PODER.

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