miércoles, 26 de agosto de 2009

Cuentos y tragedias de la crisis...

PARA SER RICO HAY QUE COMER POQUITO, DORMIR MUCHITO, COBRAR ALTITO Y VENDER DE POQUITO EN POQUITO CON ABONOS CHIQUITOS. El financiamiento a los pobres, el darles mercancías y fiarles es mantener asegurado una parte importante de la paz social, esto, tal vez, no lo vea bien o no lo reconozca Salinas Pliego, pero a pesar de las críticas, de las envidias generadas por sus competidores, por los que le acusan de vender de poco en poco para cobrar de mucho en mucho, no se dan cuenta de que los POBRES SON LA MEJOR PAGA Y LOS CRÉDITOS A LOS POBRES, LOS CRÉDITOS DE PALABRA, SON RESPETADOS POR ELLOS Y ESTO ES, LO QUIERAN O NO RECONCER, LA FUERZA DE LA EMPRESA DE SALINAS PLIEGO Y DE SU INMENSA FORTUNA QUE OJALÁ, NO QUEDE COMO OTRAS EN EL GASTO SUNTUARIO SINO QUE, UNA PARTE, SEA DESTINADA A AYUDAR A LOS QUE MENOS TIENEN, A LOS POBRES QUE SON LOS QUE LE HAN FORTALECIDO A SU EMPRESA AL CONFIARLES Y VENDERLES.

HACE ALGUNOS AÑOS, EN PLENA CRISIS ECONÓMICA DEL SALINISMO, en una grata reunión con Don Pedro Hernández Maldonado, hombre nacido en la Huasteca Potosina, de sencillez en el hablar y en el tratar, de gran corazón, padre de Roberto Hernández, el dueño en ese tiempo de Banamex o uno de su socios más importantes, nos decía que, los POBRES SON BUENOS PAGADORES, QUE EL BANCO tenía mayores problemas con los ricos ya que para cobrarles siempre llegaban al pleito y por supuesto que tenían que negociar. También decía que los hombres, deberían siempre tener presente que : DIOS, NO CASTIGA LA FORMA EN QUE SE OBTIENEN LOS RECURSOS Y LAS RIQUEZAS, PERO QUE SI CASTIGABA LA FORMA INADECUADA DE GASTAR EL DINERO. Si en vez de ayudar a los demás se gastaba en lujos y en francachelas, seguramente, un buen día, la suerte se volteaba y se perdían las fortunas o se dilapidaban sin mayor ventaja.

En la actualidad se tiene que tener presente que más de la mitad de los mexicanos viven en los niveles de pobreza. Veinte millones se encuentran en los límites de la miseria, comiendo un poco de frijoles, algo de pastas, un poco de tortillas. Más de la mitad de los mexicanos viven con un poco menos de 65 pesos diarios y más de 19 millones no alcanzan los 35 pesos al día. En este gobierno logramos romper el record de pobres con más de seis millones en dos años y, en este año, perderán sus empleos más de 700 mil mexicanos y todo esto que es una realidad, una terrible realidad que nos debería indignar a todos, pretenden resolverla con discursos, con declaraciones, con nuevas leyes, con mayores impuestos, con reducción de presupuestos destinados a las causas sociales y, por supuesto que tendrán los pobres menos dinero para salir adelante. Instituciones como el INFONAVIT en vez de resolver el problema de la habitación lo complican y en vez de sostenerse como una institución social, ahora, se ha convertido en una institución de especulación financiera y vende sus adeudos en algo así como veintiocho centavos por peso a los especuladores, amigos de los políticos y funcionarios, de los empresarios, de los constructores, de los especuladores financieros y banqueros en ese precio y ellos, voltean los adeudos y les llegan a cobrar con la amenaza de desalojo y pérdida de los abonos y de sus casas a los deudores que son miles de pobres que se quedan en la calle, sin casa, sin bienes y sin futuro.

Al parecer nadie de los amigos y achichincles del presidente que seguramente andará gozando los viajes en el helicóptero que nos ha costado a los mexicanos ,711 millones de pesos, por dos de ellos, que se han pagado sin consultarle a los diputados y sin hacer los trámites y menos respetar los momentos de crisis, cuando el mismo presidente declara que debemos “apretarnos el cinturón” y hacer mayores sacrificios, pues las palabras no responden a los hechos y por esa por esa simple razón, sencillita, sin cursilerías, los mexicanos, perdemos confianza en el presidente y no le creemos a él ni a sus funcionarios y al perder confianza y credibilidad, las cosas se van complicando poco a poco porque los mexicanos ya no aguantamos mucho a pesar de tener una paciencia enorme y un gran corazón.

De nada sirve que el presidente dicte mucha palabrería en los actos donde pretende generar algo de confianza cuando sus palabras no corresponden a sus dichos, por esa razón, el indio Juárez, liberal, educado por sacerdotes, conocedor del bajo corazón de algunos hombres, decía: “No se me juzgue por mis dichos, júzgueseme por mis hechos, mis dichos son hechos”. Por esta razón no sirven de nada los decretos para obligar a los políticos a que nadie gane un salario mayor al presidente, porque sin tanto investigar, los diputados, 500, ganarán más de 200 mil pesos en lo que ellos llaman “dieta y apoyos legislativos” por mes, también tendrán seguro médico hasta por un millón y medio de pesos, seguros de vida hasta por 15 millones, no pagan gasolina ni pagan casetas en caminos y puentes, pueden ver televisión gratis y los gastos de llamadas los cubren sus cuates y gobernadores amigos, sus gastos de casa y comidas, normalmente, lo pagan los que les ocupan para hacer transas o para que le hagan al “coyote” en las dependencias públicas o los gobernadores que no quieren que les saquen a relucir sus transas, robos y negocios.

Los magistrados del Tribunal Federal Electoral, por no hacer casi nada, por legalizar las elecciones que tengan duda, cobran más de 3000 mil pesos por mes. Los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que se dan vuelo con sus puestas en escena, aburridas y sin chiste, sencillitas y labiosas en el canal de su dependencia, que nadie ve, solamente se pretende dormir, cobran 330 mil pesos mensuales, eso sin las transas y la venta de “injusticias que son de altos costos” y mientras todo esto y más sucede en el país y los políticos solamente dan discursos y quitan el pan de la boca a los pobres, nadie se da cuenta de que estamos viviendo en la desesperación y el hambre y, cuando esto sucede, es mala consejera.

Tal vez, el presidente, se encuentra engañado por una gran masa de burócratas y de funcionarios que le engañan con tal de sostenerse en el poder y en la ubre presupuestal. Si le engañan malo, muy malo, pero si él no tiene conciencia de la realidad, si no la conoce, si no tiene la información necesaria para saber lo que en realidad está sucediendo en el país, para conocer los niveles de inseguridad, de violencia y desequilibrio social y económico, si no sabe lo que pasa con las casas y los créditos que les son esquilmados cuando les han engañado con créditos caros, con casitas que no llegan a los treinta metros cuadrados, cuando los terrenos no pasan de los 50 metros cuadrados y los precios son superiores a los 180 mil pesos a treinta años y con intereses superiores, no se da cuenta que están robando y esquilmando al pueblo que de pronto toma esos cuchitriles porque no tiene otra opción, pero que en los centros “comunitarios” o campos de concentración, provocarán, en poco tiempo, muchos conflictos de pandillerismo, prostitución, robos y drogadicción es grave por parte del presidente que suponemos el “hombre mejor informado del país” y esto, solamente, porque un grupo de funcionarios, de políticos y especuladores inmobiliarios y financieros han logrado hacer un gran negocio gracias a que el presidente, engañado o no, permite que suceda sin importarle la crisis y el resentimiento social y político, alentando la violencia social.

Así, mientras unos maman del presupuesto, de la ubre presupuestal, gracias a que los políticos y los “dirigentes o no saben o están engañados sobre la realidad, los problemas avanzan y estamos inmersos en una crisis económica, social y política que puede estallar en cualquier momento. No es lo mejor ni es lo deseable, pero así estamos…

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