lunes, 13 de mayo de 2013

Discriminación

  El ser pobre, viejo, de color, diferente, malformado en este país es un signo directo de discriminación. Hace algunos años me sorprendía al escuchar a una vieja señora de esas emperifolladas que al comentar sobre una de sus nietecitas decía: “pobrecita, es muy feíta, pero cuando menos es güerita y, esto, la salvará”. Hemos escuchado cómo desde la escuela primaria cuando algún niño tiene que ir con anteojos, lo menos que le dicen es: ciego o cuatro ojo; en los casos de algún niño con deformaciones veíamos espantados desde la escuela elemental cómo algunos los trataban muy mal al igual que sus familiares y padres que les acusaban de ser la “vergüenza de la familia” y de generarles problemas en la casa, porque hay que mantenerles a pesar de  su desgracia… bueno, ya no se diga si por alguna razón, ese niño o niña, tenían alguna desviación y no se les bajaba de jotitos o pinches maricas o viejas marimachas o cosas por el estilo… en fin, la discriminación y las ofensas son muchas en este país que ha sido motivo de grandes ofensas y de graves discriminaciones desde los grupos indígenas o desde la conquista misma…
         En Oaxaca, me he sorprendido muchas veces al ver a algún chofer de vehículo o de camión gritarle: “yope”, a un pobre indio que cargando va su mercancía y va con pavor pasando las calles llenas de violentos choferes y peores ciudadanos; Yope es una agresión a los indios, de donde ellos no pueden negar su origen o cuando menos, parte del mismo. Es como manifestar que ellos son mejores cuando no tienen por qué serlo o razones para pensarlo.
         Si es el color, porque es un “piche extranjero” o porque es un pinche negro, total, como que no cuadramos en algún tema o estamos conformes con lo que somos o, cuando menos, no somos como deberíamos ser, atentos y decentes, tolerantes para con los demás. Hace algunos años, leía un libro increíble de Franz Fanón: “Los Condenados de la Tierra”, en este, veíamos la forma en que los sometidos y esclavizados generan su resentimiento y su frustración en contra de los demás o vuelcan sus frustraciones y deformaciones en tragedias personales y males físicos de tal suerte que no pueden entenderse como son ni cómo deben de ser, para poder luchar por su propia liberación y, con ella, luchar por la libertad…LIBERTAD, con mayúsculas.
         Y mientras no entendamos la forma de comportamiento, la frustración y resentimiento social que nos invade, difícilmente podemos entender a los demás ni menos participar en el apoyo solidario que necesitamos todos para salir adelante, así, cuando se habla de miserables y hambrientos, algunos lo toman como tragedia personal y como venganza, como un insulto a la definición, cuando para cambiar la realidad es preciso conocerla y dimensionarla para poder hacer las acciones para transformarla, así, cuando hablamos de hambre es esto, hambre real que mata a millones de mexicanos que la sufren y por eso, tenemos que atenderla de inmediato a cuando menos a más de siete millones de mexicanos que mueren de hambre… y, para ello, nadie debe perturbar la acción con el pretexto que sea ni debe impedir la acción, porque están en juego las vidas de miles y miles de mexicanos a los que debemos atender… y dejar de discriminar y despreciar como lo vienen haciendo algunos grupos que piensan que, al discriminar y despreciar, ellos son mejores, cuando en verdad, son peores… por esto el conocernos con valor nos permite actuar con libertad y honor, con agradecimiento a la vida y sin resentimientos ni frustraciones por lo que no hemos tenido ni alcanzado… ser libres para luchar por la verdadera libertad es el camino…
         LA discriminación es basta y variada, va por la edad,  sexo, raza, religión, etnia, migración, refugiados, discapacidad, enfermedad, preferencias sexuales… en fin, lo que se quiera y con lo que se pueda se discrimina y envilece, se confronta y violenta… así, muchos viejos son vistos simplemente como “estorbos”, dan lata, son tragones y necios, se les explota en muchos casos, se les pretende controlar para que realicen servicios que nadie quiere como el cuidar la casa o limpiarla, cuidar a los niños o llevarlos a la escuela o sacar la basura… muchos, buscan qué tienen de dinero o de propiedades para obligarles a dejarlos en su beneficio; la brutalidad y la violencia al extremo.
         Y ya sea por color, edad, sexo, origen, religión, preferencias, las variables son muchas, la discriminación y la marginación son totales en muchas lados. En algunos casos, por diferencias religiosas se alientan los grupos al asesinato o a lograr que se desplacen a otros grupos con los que no coinciden en materia de ritos y religiones;  hemos visto asesinatos de este tipo o de cómo se queman las casas y se obliga a los grupos diferentes a abandonar  sitios porque no caben en la idea religiosa de los otros, en fin, asesinatos por resentimiento y discriminación, son la constante en este país y es por ello que preocupa cuando los migrantes pasan por algunas comunidades donde se alienta la discriminación y el odio en su contra alegando que roban, quitan empleos, piden limosnas, no se bañan o traen enfermedades, cualquier pretexto es brutal para lograr la furia de algunos resentidos y acobardados que agreden a los inocentes y necesitados,. Por ello, el ayudar a la conciliación y el apoyo a los demás, a los que todo necesitan y todo requieren, es vital para avanzar en este camino por abandonar la violencia, el resentimiento y la discriminación de los otros, porque así es como una sociedad puede avanzar, cuando logra abatir la impunidad y deja el miedo para ofertar la solidaridad y el apoyo incondicional a los demás.
         Y no se puede entender que un país lleno de marginados, discriminados, miserables y hambrientos cobije a un selecto grupo de multimillonarios, que en el caso de México alcanzan la suma de once multimillonarios que están en la listas de los hombres más ricos del mundo, uno por cada diez millones de clase medieros y pobres en este país…
         El objetivo de cualquier país es alcanzar la libertad por medio del trabajo y de la distribución social de la riqueza, lograr la felicidad es lograr los mínimos de bienestar para sobrevivir en condiciones sencillas y agradables para cada familia. Por ello, cuando un país como México tienen más de siete millones de hambrientos y 52 millones de habitantes en condiciones de pobreza, todos, debemos entender que en vez de pelear y confrontarnos debemos unificar esfuerzos y talentos para apoyar a superarnos todos y lograr una justicia social donde se garantice, cuando menos, casa, vestido, sustento, salud y educación a cada familia, eliminando marginación y  discriminación que tanto dañan las relaciones entre los mexicanos… si esto lo logra Peña nieto, será un buen presidente, sino, será como los que hemos tenido… ni fú ni fá…

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