jueves, 2 de mayo de 2013

Derechos de la prole

CUANDO  se nombra a un funcionario o se elige a un político porque se busca que llene determinados perfiles sobre su capacidad y su experiencia, no se ocupan de investigar a la familia ni se espera que la familia sea una parte importante de las acciones o determinaciones de los funcionarios y políticos, pero como dicen en mi pueblo: “Duele más el cuero que la camisa” y “la carne es débil”, por esa razón los familiares, la esposa o esposo, los hijos, los primos, los sobrinos y los cuates cuates, se sienten con derecho a ejercer una parte del poder o experimentar con aquello de que “Poder que no se ejerce no es poder” y por esa razón, los vemos metidos en los negocios, en las transas o haciendo desfiguros como los que el día de ayer la hija del maestro Humberto  Benitéz Treviño, usando la fuerza de la PROFECO, quiso clausurar un restaurante en la colonia Roma, solamente porque a la señorita no le dieron el lugar en el momento en que su regalada gana lo solicitó y queriendo pasar por encima de los derechos de otros consumidores que también pagan…

         Y entendemos, como simples mortales y como ciudadanos miembros del infeliciaje nacional, que los hijos o parientes cercanos de los políticos y de los funcionarios usen ese poder de los padres y familiares y aprovechen las ventajas de ser parte de la elite del poder… pero, hasta ahí. No deben rebasar esos límites ni se los debemos permitir los ciudadanos porque no los elegimos a ellos y no los nombraron en esas responsabilidades, por esa simple razón, podríamos entender que Enrique Peña Nieto pondrá un freno a los desmanes de los hijos y parientes de sus funcionarios, por el bien del país y por el bien de su gobierno… no vivimos en una monarquía ni queremos vivirla, suponemos que estamos en una democracia y que, esta, es un “gobierno del pueblo y para el servicio del pueblo” no para el uso y usufructo de las gentes que se supone fueron elegidos para y como servidores públicos, no para servirse del público.

         Entendemos que Don Humberto pueda amar y querer a su hija Andrea, pero también suponemos que la ha educado en las normas y reglas republicanas y que, cuando menos, podrá entender que si bien los dueños y encargados del restaurante donde sufriera la niña tamaña ofensa no se dejaron, esto, no será motivo para que la venganza del poder se ejerza y se hostigue y lesionen los intereses y derechos de los dueños y trabajadores del restaurante, porque como todo en este país es cuestión de poder y de relaciones, puede suceder que un buen día, cierren esa fuente de trabajo para cobrar la “ofensa” de no atender como se merece a la hijita de un importante funcionario de este país… y bueno, ellos, deberían entender que tienen que aguantar a los miembros de la “prole” y la prole somos la inmensa mayoría de los mexicanos que, ahora, resulta, también, tenemos que defendernos de los hijos y parientes y cuates de algunos funcionarios solamente porque éstos se sienten o son muy importantes en el gobierno y en la política.

         Y bueno, para esto está el encargado del Gabinete, el secretario Osorio Chong y la información, la podrán tener de primera mano por medio del CISEN y pues, también, entendemos que cuando uno está en un puesto público se pretende ayudar a los cuates, pero sin olvidar servir a los que en realidad mandan y que son las gentes del pueblo que les dieron el poder por medio del voto y, si bien, en este país, podemos elegir y no gobernar, también tenemos formas de protesta para limitar los excesos de políticos y funcionarios… que no se les olvide. Por el bien de ellos y el de todos.

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