viernes, 23 de diciembre de 2011

Luis Donaldo Colosio Riojas, una voz

DE PEOR A PEOR, DICEN EN MI PUEBLO, CUANDO SE HACEN LAS COMPARACIONES, ASÍ, en las redes sociales, anda un chistecillo que dice: “un joven le reclama a Felipe Calderón: “”Los mexicanos le criticamos porque siendo presidente no está enterado de lo que pasa en nuestras fronteras y en lo que hacen a sus espaldas los policías y los espías norteamericanos y los mexicanos que les sirven de paleros y de informantes, cuando pasan miles de armas en proyectos de espionaje como Rápido y Furioso y Receptor Abierto y con los cientos de millones de dólares que la DEA “lava” a favor de los banqueros y especuladores mexicanos como parte del engranaje de los mafiosos mexicanos”. Calderón, se defiende y contesta: “Bueno está bien que yo no sepa lo de las armas y del dinero, pero Peña Nieto está “pior” porque no conoce el precio del kilogramo de tortillas ni la cantidad que se paga como salario mínimo, y para que no me vea parcial, el “PEJE”, no sabe lo que cuesta el precio del boleto del Metro”.

Y a pesar de lo que dice Calderón, con su famosa “estabilidad económica” donde hace comparaciones con otros países en donde la crisis está llegando a niveles peligrosos de desestabilización social, tanto el Banco de México como los diputados, alertan sobre la crisis que sin duda afectará al país en el 2012, cuando veamos la “verdad y la realidad nos golpee a todos” y cuando veamos niveles de pobreza y desempleo mayores al que actualmente soportan los mexicanos. Y por ello, resulta indignante que el presidente y los panistas siguiendo sus instintos despistados nos digan que, efectivamente, tendremos crisis y problemas económicos pero que la población debe “cuidar el dinero” para que no lo sorprenda la depresión económica y que tengan guardaditos en caso de que pierdan el empleo. Como siempre, los políticos que no sufren de las crisis porque están blindados de dinero y de riquezas, dan recetas para que tomemos mejoralitos, contra una enfermedad mortal… tienen la misma actitud que tenía la monarquía francesa cuando los revolucionarios llegaban a las puertas del Palacio y María Antonieta no sabía bien a bien la razón de las protestas y pregunto la razón de las mismas y, uno de sus ayudantes le contestó: “Los franceses se rebelan, majestad, porque no hay pan y tienen hambre” y la emperatriz contestó: “Si no hay pan, pues denles pastelillos” y así, sin entender la realidad, llegó ante la guillotina a dejar la cabeza en la violencia de esta revolución que, como toda revolución, es sangrienta .

Hoy, me ha llegado por medio de un querido amigo, Rafael Kuri, el texto que escribe Luis Donaldo Colosio Riojas y en el cual se refleja la formación y los valores de este joven que es el mejor ejemplo del valor y del patriotismo de su Padre: Luis Donaldo Colosio y de su madre Ana Laura Riojas y que me permito reproducir en algunas de sus partes: “Me preocupa. Me preocupa que veo a un país olvidado por sus líderes, quienes se concentran en sacar adelante sus carreras y a sus partidos antes que a su gente”.

“Me preocupa ver un abismo de desigualdades y diferencias, permeando todo por la infame indiferencia de quienes tienen la responsabilidad de honrar la confianza de su gente.” Y sigue con esa aguda crítica que le da su valor moral.

“Funcionarios públicos o sumisos (NISI) (NI trabajan, pero SI cobran) y fuerzas policiales abandonadas o corrompidas es el maltrato que nos dejan nuestros gobernantes. Benditas aspiraciones de nuestros jóvenes con tanta materia prima corroída. No es sorpresa que “ni estudien, ni trabajen” si el sistema educativo es cada vez menos adecuado y continúa decayendo gracias a quienes se supone deberían levantarlo. El empleo y las oportunidades son virtualmente inexistentes y nuestra economía es tratada con lujuria de unos cuantos”

“Me preocupa mi tierra, sangrando a borbollones, con sangre nacional y extranjera, de quienes depositaron su confianza en unos cuantos. Me preocupa que “esos cuantos” tampoco sean eficaces porque “algunos muchos” se empeñan en que fallen con tal de alzarse el cuello y alardear un “se los dije”.

“La desigualdad de ideas nunca ha sido crimen, pero el callarlas y asesinarlas es nuestro nuevo movimiento nacional”.

“Miles de millones de pesos, de nuestro dinero, de nuestros impuestos, se reparten a “unos cuantos” para hacer bien “muchos nadas”, mientras tanto nuestros niños tienen hambre, tienen sed y tienen miedo. Miedo, no de una inseguridad que crece sin medida, sino de lo que seguramente terminarán siendo: seres olvidados y marginados por su patria y a quienes luego se les reclame de “holgazanes”. Se les castigará por ineficientes y por no saber aprovechar las infinitas oportunidades inexistentes que tuvieron. Nuestros niños, ¿pero qué demonios les hicimos? Y así va, reflexionando con la experiencia de la vida y continúa:

“¿Pero qué te pasa, México? ¿En qué momento se volvió rutina suicidarte?”

“Me preocupa mi gente, que prefiere esconderse frente a una pantalla de televisión que detrás de un libro, o mejor aún, de un oficio. Me preocupa que la política de desarrollo colectivo nacional en estos momentos pareciera que se llama “resignación”, pareciera que se llama “derrota”. (Difícil pelear contra las diversas mafias que se apoderaron de los puestos públicos para saquear el país).

“Me niego rotunda y enfáticamente a quedarme dormido, a darme por vencido, así me tachen de por vida de demente o de inadaptado. Qué ilusos somos todos al pensar que México necesita héroes, si lo único que le hace falta es la atención de sus ciudadanos, o mejor quizá, unos cuantos más de estos”

“Esta es el movimiento de la tercera insurrección mexicana, cuyo campo de batalla se libra en nuestros propios corazones, donde las únicas armas que encontremos y utilicemos deberán ser la paz, el trabajo y la Patria: suficientes muertes ha soportado lo sagrado de este suelo, y la tierra que se tiñe de rojo con la sangre de mi sangre es testigo de mi entrega. La batalla se gana en el corazón de nuestra gente, al denunciar nuestras propias faltas al país… y a nuestra estampa”.

Este joven no solamente es producto de la cultura del esfuerzo, del buen esfuerzo, del limpio esfuerzo, sino producto del dolor y la entrega de lo más querido y es por ello que, con esa visión del que ha pasado las experiencias de la vida y de la muerte, con valores y ejemplos sólidos de vida y de amor a la patria, a la libertad y soberanía, con sus palabras exhibe a toda una generación de políticos ambiciosos, inútiles, lacayos, entreguistas, amorales y corruptos y es así como se van construyendo los líderes morales que son los que hacen los cambios reales que necesita un país destrozado, angustiado, empobrecido, reprimido y aterrorizado. Efectivamente, lo primero que necesitamos es hacer una gran crítica y autocrítica, ver lo que hacemos y lo que debemos hacer, cambiar en el fondo del corazón para entender que la política es para servir y no para servirse, que es para fortalecer la soberanía, la libertad, la justicia social, la seguridad y la moral de todo un pueblo. Los cambios están en el corazón y claro, en la formación ideológica y moral con valores patrios y con conceptos claros de solidaridad y ayuda entre todos y para todos, no del esfuerzo de todos en beneficio de unos cuántos… ojala lo entendamos y reflexionemos, cuando menos, hay una voz en el desierto…

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