domingo, 11 de septiembre de 2011

El país de uno...

Cuentan que va por la calle Ninel Conde y se cruza en su camino con un grupo de funcionarios de Calderón y ellos, para reírse de ella, le preguntan: “Eres tú la de los chistes y de las pendejadas?”. Ella, toda mona, arreglándose la falda y dando un toque trágico a su cabello, les responde: “Bueno yo soy la de los chistes por las pendejadas, pero los de las verdaderas pendejadas son ustedes y su jefe”…

Y como muchas cosas en este país se resuelven con chistes, con intrigas, con filtraciones de escándalos, con provocación de escándalos, hemos llegado a la conclusión que, en “ESTE PAÍS, NO SE CASTIGA EL DELITO SINO QUE SE CASTIGA EL ESCÁNDALO”. Y bueno, en muchos casos ni con los escándalos se reciben los castigos que se merecen los políticos y los funcionarios porque, finalmente, todo está envuelto en una amplia red de corruptelas y complicidades y es lógico que, en “POLÍTICA CUENTAN MÁS LAS COMPLICIDADES QUE LAS AMISTADES”…y los únicos que no cuentan para nada son los ciudadanos a los que dicen “representar” los políticos y los funcionarios y es que, por desgracia, los ciudadanos somos conformistas y no queremos conflictos ni problemas, con los que tenemos que sortear diariamente tenemos para poner más encima de los maltratos y abusos que recibimos y es así que, los funcionarios y los políticos, por ejemplo, pueden aumentar los precios de las gasolinas de tal forma que saben que todos aceptarán los aumentos a pesar de que nadie nos informe a dónde van los recursos adicionales de esos aumentos y nadie nos informe la razón por la que se hacen las transas con los españoles, cuando sabemos que de una u otra forma hay contrataciones y negociaciones turbias que se han denunciado por varias publicaciones y que vienen desde los tiempos en que Juan Camilo Mouriño, hizo muchas para beneficiar a un grupo privilegiado de “empresarios españoles” que, como en los viejos tiempos, nos siguen cambiando espejitos por oro y en general, nos siguen chingoteando, al fin y al cabo aquí estamos todos los cobardes y silenciados ciudadanos que no sabemos más que desquitar nuestra frustración y enojo por medio de chistes, rumores y mentadas de madre, que sabemos, no les hacen nada…

Y así, gobierne quién desgobierne en el país, los que perdemos somos los ciudadanos que no sabemos unificarnos para demandar lo que tenemos derecho y, entre otras cosas, tenemos derecho a que nos informen antes de tomar cualquier abusiva determinación que nos afecte, tenemos derecho a que nos digan a dónde van nuestros recursos, a que no nos engañen y no nos roben, pero para esto, también, tenemos obligaciones y entre ellas están las de cumplir con nuestros compromisos, pagar lo que debemos justamente, estudiar, participar, demandar, protestar, no dejar a otros la determinación de lo que van a hacer con nuestros recursos y vidas porque estamos “ocupados” o porque no creemos en que logremos unificarnos con otros o porque no tenemos confianza en nuestros conciudadanos porque estamos convencidos de que cuando llegan a un nivel de dirigencia tienen un precio y se venden como lo hemos visto tantas veces en tantas jornadas de lucha y a esto, es a lo que apuestan los gorilas que nos gobiernan y someten, a que estamos cansados y desesperados, a que no tenemos voluntad para continuar luchando, demandando, denunciando, exigiendo, peleando por lo que nos pertenece y es justo y así, todo parece estar en un círculo vicioso que no podemos romper; pero hay que seguir jodiendo todos los días, protestando todos los días con valor, sabemos que los gorilas en el poder siempre pretenden asustarnos y nos amenazan y violentan derechos y garantías, pero es parte del precio que se debe de pagar para ser libres y dignos ciudadanos, para ser honestos y tener un por qué en la vida y no ser parte de los “corderos” que van cantando al matadero, cuando los lobos se llenan las panzas y aumentan sus cuentas bancarias….no podemos permitir que un parte, muy cerrada, mafiosa y elitista de nuestra población, sea la que controle el poder político y económico de los mexicano,s a expensas de sus pobres que conforman las mayorías y que son las que se esfuerzan todos los días para sobrevivir y producir de acuerdo a lo que nos permiten las mafias y los monopolios. Ya basta pues de los políticos que se pasan de un bando a otro para proteger sus intereses mafiosos en sus grupos, a costa de la seguridad y bienestar de los mexicanos que “confiaron” en ellos y que, con este pretexto, abusan de todo el poder y se llevan los recursos que no usan para el mejoramiento de los demás y lo peor es que, ante estos actos brutales, todos ,nos convertimos en cómplices por nuestro silencio y por nuestra inacción para evitar confrontarnos con los poderosos y así, seguimos lamentándonos, gritando a escondidas, despotricando en las rumiones, lanzando chismes y chistes, pero no nos decidimos a actuar para poner un hasta aquí, porque no queremos arriesgar nada, porque somos cobardes, porque somos comodinos, porque no tenemos confianza ni en nosotros ni en los demás… por esto es que estamos jodidos y así seguiremos hasta que, un grupo de ciudadanos decentes, decida poner un alto a los abusos del poder y de los poderosos que no son más que mafiosos y delincuentes…oportunistas que viven de los demás con el cuento de la política…

Por esa razón al comenzar a leer el libro de Denise Dresser: “EL PAÍS DE UNO”, editado por Aguilar, nos felicitamos de que existan mujeres valientes, talentosas y claras como ella, cuando dice: “El poder está cada vez menos centralizado pero se ejerce de manera cada vez más desastrosa. Como lo escriben Sam Dillon y Julia Preston en EL DESPERTAR DE MÉXICO, MÉXICO PASA DEL DESPOTISMO AL DESORDEN, México es un país cada vez más abierto pero cada vez menos gobernable. México ha transitado del predominio priísta a la democracia dividida; del presidencialismo omnipotente a la presidencia incompetente; del país sin libertades al país que no sabe qué hacer con ellas. El país de la democracia fugitiva. El país de la violencia sin fin”…

Y sentencia: “La única esperanza ante el diagnóstico contenido en este libro se encuentra en esos mexicanos –empeñosos, valerosos, combativos- que se niegan a participar en el colapso moral de su país. Los que insisten en la transparencia en lugar de la opacidad. Los que optan por la construcción en vez de la destrucción. Los que se niegan a ser parte del desmantelamiento. Los que quieren enfrentarse al viejo problema de cómo defender intereses particulares mientras pelean colectivamente por el bien común. Y que ante lo contemplado, rehúsan esquivar la mirada o perder la fe. Como escribiera Margaret Mead: “Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos pensantes y comprometidos puede cambiar al mundo. Es la única cosa que lo ha hecho”…es para reflexionar y actuar… no hay más.

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