lunes, 21 de septiembre de 2009

TRANSAS Y MIEDOS DE DE LA MADRID....


No son pocos los que me hacen preguntas sobre la tragedia y represión estudiantil en Tlaltelolco en 1968 cuando después de haber negociado el inicio de las pláticas, se nos traiciona y se nos reprime, se nos asesina en la plaza, se nos embosca, se nos encarcela y persigue. También me preguntan cuando doy alguna charla o estoy en una reunión sobre mi impresión del terremoto de 1995, que destruye gran parte de la Ciudad de México y vemos a un presidente acobardado, temeroso, aislado del pueblo, tecnócrata de profesión y de moral, borrachín e inseguro, ligado y aconsejado por una serie de “amigos y colaboradores especiales” al acompañarlo en esas veladas de tragos y de cantos, de bailes y de disfraces, donde se hablaba de muchos conflictos por la violencia de los aduladores que querían conservar el nivel de atención y preferencia de un presidente tecnócrata, que no sabía como reaccionar a los problemas sociales y a las emergencia reales.

Pues bien, en ese tiempo se hablaba mucho de posibles acciones de los militares que decían estaban inconformes con la forma en que se daban las acciones políticas y sabían ellos, por sus eficientes servicios de información, que existían políticos y grupos de policías políticos que tenían acuerdos con los grupos de la delincuencia organizada y que aseguraban existían acuerdos y compromisos que se operaban y avalaban por medio de importantes políticos que hasta la fecha siguen en el activo y de algunos delincuentes a los que, finalmente, traicionaron en esos acuerdos y se asegura que no fueron pocos los políticos, policías, funcionarios, empresarios y banqueros que unidos, lograron despojar a ese importante grupo de narcotraficantes de grandes inversiones que habían dado en resguardo, de acuerdo a los compromisos políticos y económicos concertados, por medio de los cuales, ese grupo, se comprometía a invertir y dar en custodia millones de dólares ganados en el narcotráfico con la protección semioficial del gobierno, para sostener la economía y dar seguridad a la paridad del peso frente al dólar.

Así, no solamente se ha hablado de grandes cantidades y por esa razón, tiempo después, se dieron los asesinatos de dos agentes de la DEA en México y el “descubrimiento del Rancho El Búfalo” en el estado de Chihuahua que ocupaba miles de jornaleros y tenía sembrado cientos de hectáreas de marihuana que era procesada y enviada a los Estados Unidos y es lógico que, en este operativo de tal magnitud, que muchos conocían por el nivel de producción y de envíos, así como de movimientos financieros y de inversiones que se daban sobre todo en Jalisco y estados circunvecinos, con el nivel de compras de productos de lujo y de vehículos, con el enriquecimiento que no podían ocultar cientos de policías y mandos, funcionarios, políticos, empresarios y banqueros, con todo esto, era lógico que también, lo tendrán que reconocer un día, en los Estados Unidos, esta operación tenía la protección de grupos de policías, mandos militares y la supervisión de financieros y empresarios que lograban enviar miles de millones de dólares para reingresarles al flujo financiero nacional e internacional, ya lavados.

Pero como en todo los excesos y los lujos, la prepotencia y las impunidades, la sumisión de los policías a los mandatos de los delincuentes, el enriquecimiento, las complicidades y las sociedades que se implementaban, daban tal nivel de impunidad que se rebasaron todos los límites de la discreción y de seguridad, por esa razón, ante los excesos y las francachelas de policías y delincuentes, se dieron los asesinatos que obligaron a la investigación desde los Estados Unidos para descubrir y poner en claro esa operación, de tal suerte que, dentro del gobierno de Miguel de la Madrid, se dieron cuenta, en todos lados, que la “renovación moral de la sociedad” no era más que un escudo sucio con el cual encubrían las transas y las corruptelas pactadas, que generaron un enorme desorden político, financiero y dieron al traste con todas las corporaciones de seguridad, sobre todo, se evidenciaba el control del narcotráfico y la protección que se les brindaba por medio de la famosa DFS, la PGR y otras corporaciones estatales y municipales y por ello, los militares, se encontraban molestos, porque veían el peligro real de lo que se hacía basados en que, con esa protección e impunidad, se mantenía la estabilidad económica del país, cuando todo era una simple farsa que al tiempo, se descubrió en parte.

Así, al llegar la tragedia del terremoto, el gobierno federal estaba totalmente sumido en la desesperación, no podía salir de los problemas económicos, no sabía atender los conflictos sociales y políticos que aumentaban en todos los Estados, no sabían negociar, y se demostraba que los tecnócratas sabían de números y de proyectos administrativos pero que no sabían conducir al país y atender los problemas políticos, económicos y sociales de las mayorías y, ante esa ineficiencia, el mismo presidente prefería aislarse y mantenerse sumido en la depresión y en el temor, por ello, cuando la tragedia exigía la presencia y la asistencia de un líder, del comandante en jefe para encabezar el rescate de las víctimas y atender a una población angustiada y lastimada, prefería evitar que el ejército saliera a las calles a dar atención a la población civil, por ello, en muchos lados,, a pesar de la gran lealtad y disciplina de los militares en México, muchas unidades y mandos medios y altos del mismo, exigieron salir para cumplir con su cometido ordenado por la Constitución y por su amplio espíritu de compromiso y patriotismo, ya que, los asesores del presidente, miedosos, decían que no deberían salir los militares a dar el auxilio a la población civil porque podrían aprovechar el descontento social y su fuerza para “dar un golpe militar y eliminar del poder a un miedoso y corrupto presidente que había encabezado la “renovación moral,” como otro dicho de campaña, al cual no hizo honor”.

Esto es parte de lo que hemos vivido de cerca en dichos acontecimientos, no es todo lo que se puede decir sobre el tema, porque hay que investigar más, pero no hay duda que los compromisos que se adquirieron en aquel entonces con el pretexto de controlar el flujo , la producción y la venta de drogas tanto en el país como al extranjero, rendía algún resultado, dicen los viejos policías que aseguran que, cuando menos, no se tenían que lidiar con este tipo de matanzas que hoy son la nota constante en todos los estados. Por esa razón no faltan las voces que exigen la “legalización de las drogas en su consumo, producción y venta” porque saben que este enorme nicho de mercado, totalmente productivo, será canalizado a los grupos de comerciantes, empresarios, policías, políticos y funcionarios, banqueros que están en el poder y es mejor para ellos tener el control absoluto de los recursos financieros y de sus flujos que no tenerles y con ello afrontar el peligro de golpes mediáticos que les pueden colocar en evidencia en sus tratos y relaciones mafiosas, así, también, no son pocos los que exigen el retiro de el Ejército Mexicano de las tareas de seguridad, porque ya existen los grupos de las policías y sus mandos que saben cómo se pueden embolsar enormes presupuestos de “seguridad”, cómo controlar el enorme negocio de la “seguridad privada” que ellos manejan e imponen, de cómo regatear los recursos a los grupos mafiosos protegidos o no que se encargan del tráfico de drogas, gentes, armas, vehículos, dinero, mercancías y productos químicos, y, aliados con funcionarios y banqueros, empresarios, pueden controlar el negocio y el reciclado de dinero y recursos financieros que son vitales para esos grupos y su crecimiento.

Y la política parece repetirse en varios lados, cuando menos, ahora, creemos que el presidente solamente está siendo engañado y utilizado por esos grupos de poder que no se han eliminado, desde aquellos tiempos… y el fenómeno no termina sino que se consolida. Muestra de ello es el poder económico y político que se sigue manifestando por encima del poder presidencial…

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