viernes, 14 de octubre de 2016

Maniobras paramilitares

ESCUCHADO EN LA GASOLINERÍA: “¿Joven, le mido el aceite? No amigo, con el aumento de la gasolina tengo, además, me acaban de dar en la madre con la luz, nuevo aumento”, finalmente los que respondemos a los errores y a los horrores de los políticos somos los de la población. Ellos se joden los recursos y los fondos públicos de todos para hacer sus negocios privados y nosotros, los miembros del infeliciaje, somos los que seguimos pagando para esto.
         Sin duda hay muchos cambios en la relación de fuerzas y de los intereses políticos y económicos de una economía de guerra, por esa razón en ocasiones no entendemos por qué se aumenta el tráfico y la producción de drogas en el país y de cómo nos afectan los cambios en el manejo del consumo y del tráfico de las mismas operadas desde los Estados Unidos. debemos entender que en Estados Unidos, como en otras partes, el tráfico y el consumo de drogas, así como sus resultantes financieras son controlados por el mismo gobierno por medio de grupos políticos, paramilitares, organizaciones civiles o por medio de los grupos financieros ligados al poder político, así, por ejemplo, debemos entender que los cambios realizados en la producción de heroína en México está directamente ligado a todo este esquema de producción y de control del tráfico y del consumo, porque los flujos financieros que resultan del mismo, son operados por los grupos de poder que determinan el negocio del tráfico de drogas ligado a la economía de guerra o a las zonas de conflicto bélico que desde el poder operan.
         Por esa razón es bueno reproducir lo que Loreta Napoleoni, nos explica en su libro: “La mordaza. Las verdaderas razones de la crisis mundial” ya que esto nos permitirá entender la razón por la que la siembra y el tráfico de heroína y de amapola, influyen, mucho, en su crecimiento en los estados de Guerrero, Chiapas, Michoacán y Oaxaca. Loreta explica: “Un ascendente tráfico de heroína, cuya producción desde 2001, año de la invasión estadounidense, se ha casi cuadruplicado, financia a los talibanes. La organización ya no depende de la limosna de los donantes del Golfo Pérsico y del Inter Services Inteligence pakistaní, el celebérrimo ISI, sino que se autofinancia gracias a la metamorfosis de sus miembros en narcocombatientes. Ante las narices de las tropas de la coalición y en un país al que la intervención militar estadounidense ha transformado en una democracia, este tosco ejército de fanáticos religiosos harapientos mantiene en jaque, desde hace años, a la más moderna maquinaria militar del mundo gracias al boom del narcotráfico. Parece absurdo que, con las tropas de la coalición presentes en el país, es precisamente lo que ha sucedido. Y aún más absurdo es el hecho de que la intervención militar en Afganistán y en Irak sea la principal causa de la enorme deuda acumulada por Washington y de la crisis del crédito”
         Los operadores de la economía de guerra de los Estados Unidos ya cumplieron con generar el conflicto en esa región y, para ello, era necesario que tuvieron recursos los miembros de la confrontación, los talibanes, ya puestos en el camino de los recursos, tal como lo hicieran en los años setenta en nuestro país, con la complicidad de los gobernantes con los agentes operadores de la CIA, con el tráfico y siembra de drogas en el Rancho El Búfalo, en Chihuahua, operado por el cártel de Jalisco, con Caro Quintero, Don Neto y Miguel Ángel Félix Gallardo y el coronel Oliver North, operando los recursos obtenidos por medio de la siembra y el tráfico de drogas a los Estados Unidos para obtener dinero y realizar la operación IRÁN-CONTRAS, una operación que al ser descubierta en su sección del tráfico de drogas por la DEA se vino abajo, cuando entraron los agentes de la PJF que no estaban en este negocio, como lo estaban los miembros de la DFS que, por medio de sus comandantes, controlaban el tráfico y las operaciones financieras del narcotráfico en el país a los Estados Unidos y, los recursos que se generaban, se repartían entre políticos, policías, militares y agentes de la CIA de forma extraoficial, para hacer sus conflictos armados en varias partes del mundo.
         Así que cuando se complican las operaciones en Afganistán y en Irak, ahora, generan la siembra y el tráfico de drogas en la zona del sur de México porque eso garantiza que la corriente financiera generada de esas operaciones se mantendrán bajo control en el país y en las organizaciones de los Estados Unidos, sin embargo, esto genera y aumenta la violencia en toda la región del Sur de México, y no parece importarles a los políticos locales, federales ni a los políticos y financieros norteamericanos. Lo primero es lo primero y sin dinero no hay conflictos y, sin conflictos, no hay negocios. ¿Salud y seguridad de mexicanos y norteamericanos?.... no es su problema, su problema es mantener a flote la economía de guerra y los negocios. Para ello está el camino fácil en el tráfico y producción de drogas y es lo que hacen ahora que en el Norte todo está controlado por norteamericanos y los mafiosos nacionales.
 

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