sábado, 15 de octubre de 2016

La única realidad

“- ¡HAY DE NOSOTROS! ¡HEMOS LLEGADO A CONOCER UNOS TIEMPOS EN QUE HASTA LA VISTA DE NUESTROS PROPIOS SOLDADOS NOS CAUSA TEMOR!”
“-MI QUERIDO MARCO, NO DEBE OLVIDAR LO PELIGROSO Y LO IMPERDONABLE QUE ES DECIR LA VERDAD. LOS EMBUSTEROS VIVEN MÁS CÓMODAMENTE BAJO CUALQUIER FORMA DE GOBIERNO Y MUEREN PACÍFICAMENTE EN LA CAMA. PERO LOS QUE DICEN LA VERDAD…”    
“LOS POLÍTICOS TIENEN QUE HACER EL PAYASO; SI NO, DEJARÍAN DE SER POLÍTICOS”   Taylor Caldwell.
         Hace apenas unas horas contaba en un programa de radio la historia de un pequeño de cinco años que sostiene a su familia, trabajando como bolero todos los días de la semana y tiene apenas cinco años. Ese pequeño, José, vive en Chiquihuatlán de Benito Juárez, Oaxaca. Trabaja un promedio de doce horas, según un reportaje publicado en sincensuraoax, el niño tiene que sostener a su madre enferma y a sus tres hermanos menores ya que es una familia donde el padre ausente no los apoya. Seguramente es una historia triste y que muestra el enorme valor de ese chiquillo que ha sido obligado por las circunstancias en convertirse en la cabeza de la familia a los cinco años y, lo terrible es que, las autoridades y los políticos, han leído la nota como si fuera algo chistoso en vez de volcarse a apoyar a esa familia oaxaqueña, y es terrible que esto suceda en una entidad llena de pobreza en la mayoría de su población, con un grupito de privilegiados  caciques y brutales rateros y saqueadores inmensamente ricos que cada tres o seis años, se incorporan a las comaladas de multimillonarios que gozan de impunidad y están sobrados de cinismo, brutalidad e insensibilidad.
         Por supuesto que esta historia es repetida miles de veces en todo el país, mientras el gobierno gasta millones de pesos para domesticar a los medios de comunicación en esa cursi y cínica propaganda donde, lo “bueno cuenta, pero no se cuenta”, cuando la realidad es de tragedias y de pobrezas, de desocupación, marginación, enfermedades y enfermos, de discriminados, de analfabetas.
         La violencia, por supuesto no solamente es la que se genera por parte del gobierno en contra de todos los ciudadanos en esa brutal persecución fiscal y cuando mantienen una política de desocupación y marginación de las mayorías para proteger los intereses de las minorías saqueadoras y explotadoras de todos nosotros. Así vemos cómo se aumentan los impuestos y los precios de los productos básicos, mientras los consumos suntuarios de una minoría son escandaloso y se pueden observar casos en donde un collar para uno de sus perritos cuesta más que el mantener a varias familias por un año. En fin, por esa razón, vemos a los hijos de los magnates y los políticos viajar sin sentido en vehículos de lujo, protegidos y escoltados por guardias que pagamos todos los mexicanos o viajan en aviones privados con sus cuates o se dan lujos en las fiestas cerradas de las discos de moda, donde gastan miles de pesos en una noche, solamente para empaparse de champagne como una forma de diversión o para consumir la cocaína a la que muchos de ellos son tan afectos. En fin, esas distancias y esa injusticia social se refleja en todos los niveles y en todos lados, existe, por supuesto, ese pequeño grupo que manda y controla por medio del poder y del manejo de la economía a todo el país y nos explota con brutalidad, solamente, porque a pesar de ser millones en contra de miles, dejamos que nos sigan destruyendo nuestros sueños de una vida mejor, por cobardes o por insensibles o indiferentes.
         Los medios de comunicación por supuesto que no sirven para dar cuenta de esa realidad sino que se utilizan por las gentes del poder para ocultarla y manipular la información, para descastarnos y convertirnos en indiferentes ante la realidad y no veamos las mejores formas para superar la tragedia que vivimos.
Ahora, podemos ser testigos de cómo los jóvenes, ante la cerrazón de sus oportunidades y robo de sus sueños, se van incorporando, poco a poco, a los grupos de sicarios o traficantes del narcotráfico; ahora, son los jóvenes los que luchan entre ellos, pobres contra pobres, para sostener el poder y los grandes intereses y millones de dólares que se operan en cada grupo en conflicto. Así se van forjando los caminos de la violencia y de la drogadicción en todo el país, así vemos que la desesperanza lleva a los caminos que marcan los grandes cápos del narcotráfico al lado de los empresarios, políticos y especuladores financieros que son los que conforman, con los grupos paramilitares, la verdadera delincuencia organizada en el país y en el mundo. Los sueños de grandeza de los jóvenes se han reducido a unos años de violencia, donde muchos dicen que prefieren vivir unos cuántos años fuera de la realidad, dentro de la droga y recibiendo recursos de los narcotraficantes y delincuentes que les permiten vivir un sueño de irrealidad por unos meses, a estar en la pobreza y la desesperación, en la desocupación y marginación por toda la vida… esa es nuestra nueva tragedia y realidad en México… mientras, se nos sigue bombardeando de que hay historia buenas que cuentan pero no se cuentan… como si fueran cuentos de hadas. Claro que, no cuentan la historia del niño José de cinco años que tiene el valor de ser el jefe de familia… esa historia no se cuenta a pesar de que cuenta y mucho., porque desnuda la desfachatez de los gobernantes….

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