MUCHOS SON LOS MALES QUE SE LE ACUMULAN A LOS JUBILADOS O A LOS
VIEJOS QUE NO TIENEN EMPLEO, pero entre otros muchos ,además de la marginación,
el olvido, la pobreza, los males y las enfermedades, son una parte
importante con la que deben lidiar… pero no hay nada peor que el no hacer nada o
no estar ocupado, por ello, muchas enfermedades. Mi amigo Francisco, hombre
profundo en sus pensares, me manda este correo que es interesante y nos dice
mucho de la realidad:
“Mi tío Poroto se encontraba bien de salud
hasta que su mujer, mi tía Porota, a instancias de su hija, mi prima Tota, le
dijo: “Poroto, vas a cumplir 70 años, es hora de que te hagas una revisión
médica”. ¿Y para qué?. Si me siento bien, contestó y la tía responde: “Porque la
prevención debe hacerse ahora, cuando todavía te sentís joven”. Por eso mi tío
Poroto fue a consultar al médico y el médico con buen criterio le mandó a hacer
algunos exámenes y análisis de todo lo que pudiera hacerse y que la asistencia
social pagara. A los quince días, el doctor le dijo que estaba bien pero que
había algunos valores en los estudios que debía mejorar y entonces le recetó
Simbras Grageas para el colesterol, Bobex para el corazón, Total Vitaminol,
complejo vitamínico, Abajopres para la presión, Alergicatel para la alergia.
Como los medicamentos eran muchos y había que proteger el estómago le indicó
Omeopancex.”
“Mi tío Poroto fue a la farmacia y gastó una
buena parte de su pensión de jubilado por varias cajitas primorosas de colores
variados. Al tiempo. Como no lograba recordar si las pastillas verdes para la
alergia las debía tomar antes o después de las cápsulas para el estómago, y si
las amarillas para el corazón, iban durante o al terminar la comida, volvió al
médico. Este, luego de hacerle un pequeño listado con las ingestas, notó que
estaba un poco tenso y algo contracturado por lo que le agregó Nervocalm y
Aflojex Max. Esa tarde, cuando entró a la farmacia con las recetas, el
farmacéutico y sus empleados hicieron una doble fila para que pasara por el
medio, mientras ellos aplaudían. Mi tío en lugar de estar mejor, estaba peor
cada día”
“Tenía todos los remedios en el aparador de la
cocina y casi no salía de su casa porque no pasaba momento del día en que no
tuviera que tomar una pastilla. A la semana el laboratorio fabricante de varios
de los medicamentos que él usaba lo nombró: “Cliente Protector” y le regaló un
termómetro, un frasco estéril para análisis de orina y un birome con el logo de
la empresa”.
“Tan mala suerte tuvo mi Tío Poroto, que a los
pocos días se resfrió y mi tía Porota lo hizo acostarse como siempre, pero esta
vez, además del té con miel, llamó al médico. Este le dijo que no era nada pero
le recetó GRipedin Dúo y un antibiótico, SEnaxidal.”
“Para colmo, mi tío Poroto se puso a leer los
prospectos de todos los medicamentos que tomaba y así se entero de las
contraindicaciones, las advertencias, las precauciones, las reacciones adversas,
los efectos colaterales y las interacciones médicas. Lo que leía eran cosas
terribles. No sólo podía morir, sino que además podía tener arritmias
ventriculares, sangrado anormal, náuseas, hipertensión, insuficiencia renal,
parálisis, cólicos abdominales, alteraciones del estado mental y otro montó de
cosas espantosas”
“Asustadísimo, llamó al médico, quien al verlo
le dijo que no tenía que hacer caso de esas cosas porque los laboratorios las
ponían por poner”
“Tranquilo, Don Poroto, no se excite”, le dijo
el médico, mientras le hacía una nueva receta con Antideprezol Forte
Supositorios”, para evitarle la angustia y la depresión, claro, con
supositorios, como todo lo que es rápido, raro y caro.”
“En ese tiempo, cada vez que mi tío cobraba su
pensión de jubilación, iba a la farmacia donde ya lo habían nombrado cliente
VIP. Esto lo hacía poner muy mal, razón por la cual el médico le recetaba nuevos
e ingeniosos medicamentos que tenía que comprar y tomar, ya sabe usted, que el
nuevo negocio es la salud y hay que ver el gasto como una inversión no como un
simple gasto, además, no hay nada como invertir en su salud…”
“Llegó un momento en que al pobre Tío Poroto
las horas del día no le alcanzaban para tomar todas las pastillas, por lo cual
ya no dormía, pese a las cápsulas para el insomnio que el habían recetado y que
tenía que aumentar en la dosis y en la ingesta”.
“Así transcurrían los días y el pobre tío cada
vez estaba peor y tan mal se había puesto que un día haciéndole caso a los
prospectos de los remedios se murió”…
“Al entierro fueron todos, pero el que más
lloraba era el farmacéutico que le había tomado cariño y sabía que perdía no
solamente a un gran amigo sino a un gran cliente, un cliente VIP, de los que
saben invertir en su salud y como la salud es un negocio, pues la cosa y la
perdida estaban para llorar.”
“Aún hoy, mi tía Porota afirma que menos mal
que lo mandó al médico a tiempo, con una visión preventiva para que mantuviera
su salud, porque si no, seguro que se hubiese muerto antes”.
Sin duda alguna nos hemos topado no solo con la
iglesia, como diría Sancho, sino también con la Salud y no hay nada mejor que la
salud como negocio, ya ven que en el caso de la política, como negocio también
ahora se encuentra competida de tal suerte que solo los privilegiados son los
que pueden tener esa posibilidad de estar en la política y obtener puesto y
presupuesto del cual mamar, llenar los bolsillos y cuentas bancarias, en el caso
del otro gran negocio que es la policía, pues está muy desprestigiada y no
cualquiera puede hacer esa labor cuando se tiene que jugar a ser el bueno.
cuando en la realidad es el socio del malo. Por el otro lado. andar de
malandrín, narco, traficante, contrabandista, padrote, no es sencillo, como está
competido en todo, también está penado y. solamente si le gustan la emociones
fuertes y andar balaceándose con amigos y enemigos. lo puede lograr. pero
teniendo en cuenta que tendrá que asociarse con políticos, funcionarios,
policías y con banqueros o especuladores financieros que son los
dueños del negocio y así. Solamente. es un socio minoritario que tiene que dejar
su dinero con ellos para que lo administren y cuando se cansan de hacerlo. pues
dan sus datos para que lo detengan las policías o se los dan a los enemigos para
que éstos lo liquiden y así. de administradores. pasen a ser los dueños de esas
fortunas mal habidas que convierten en capitales de inversionistas y gentes
respetables… ¿quién dudaría de que los banqueros, comerciantes, políticos,
empresarios, policías no son hombres de bien? … pues bueno, casi
nadie…por eso, mejor, dedíquese a la medicina…
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