martes, 18 de diciembre de 2012

De corazón a corazón


Casi entramos  al final del año, el día ocho se festejó a la Virgen de Juquila, el 12 festejaremos a la Virgen de Guadalupe y el 21 estaremos en el Solsticio de Invierno, en fin, el año se ha ido con facilidad y como cada día se acercan más las fechas del nuevo, seguramente,  pensamos en lo que hemos realizado durante este año.
         La realidad es que si vemos lo mucho que hemos hecho y logrado, la forma en que hemos superado los malos momentos y gozado de los buenos, si no queremos mucho para estar enriquecidos sino lo suficiente para vivir en paz y en armonía, si no perjudicamos a nadie, si ayudamos, si nos dimos a los demás cuando nos necesitan, si pudimos dar y recibir  amor, si hemos sido alegres y reímos y también lloramos lo que se debe  llorar, si no explotamos a nadie, si hemos sido creativos, si estuvimos con los que amamos y buscamos a los amigos y conservamos los buenos y malos momentos como algo que pasa, pero que no lastima ni hiere, creo que estamos en paz y  podemos decir que hemos vivido felices.
         Hay muchos que se quejan por lo que no pueden obtener cuando no dan gracias por lo mucho que tienen, ni agradecen por lo que han logrado. Desapegarnos no es sencillo y evitar la ambición y dejar a un lado la envidia y el resentimiento, tampoco, pero es saludable y bueno para el buen vivir. No tenemos por qué estar quejándonos de algo  cuando no hemos sido capaces de luchar por cambiar esa situación que nos molesta, no debemos quejarnos por lo que no tenemos y ambicionamos, porque el llegar a obtenerlo es un objetivo que nos mueve y podemos tener esperanza, pero sin frustración ni resentimiento. Total, la vida se hace de todos los momentos, de todos los instantes y no es una película ya elaborada, hay que ir construyéndola a cada instante de la mejor manera y con la mayor conciencia.
         Algunos amigos me han comentado sobre su frustración porque no pueden comprar tal o cual cosa para darla en regalo de Navidad a algún ser querido y, me pregunto: si se valora el amor, el cariño y la amistad por lo que valen los obsequios y no por lo que significan y, cuando veo lo que sucede, digo que es mejor dar un buen abrazo, un cariño, una atención, una sonrisa para los que queremos y dejar a un lado esa ambición y esa necedad que nos imponen los comerciantes para despojarnos de lo poco o mucho que tenemos y hemos ahorrado, tal vez, en lugar de regalar algo costoso deberíamos pensar en que sería bueno el dar algo a los que necesitan todo, un abrigo,  alimento, cobija para mitigar el frío y el hambre, pero, sobre todo, algo de amor y de solidaridad, por esa razón, María Aurora Zamora, con la Fundación Aurobics: DE CORAZÓN A CORAZÓN, acaba de entregarle a un grupo de padres que tienen internados a sus hijos con cáncer del Hospital Civil Aurelio Valdivieso, una cantidad, producto del esfuerzo de colectas y acciones de todo un año, en la ciudad de Oaxaca, y la acompañó a este evento Mané Cámara de Cué y, esta acción real, sincera,  solidaria para los que nada tienen, es el mejor regalo que lograron con su esfuerzo y, las sonrisas que recibieron de esos padres y esos niños con cáncer las llenó de alegría. Así vale la pena luchar y vivir, lo demás, es consumismo y nada tiene que ver con el espíritu navideño de amor y de paz.
         EN LA VIDA HE VISTO MUCHOS ACTOS PUBLICITARIOS ENCAMINADOS A COLOCAR “CURITAS” EN EL ALMA de muchas gentes que aparentan hacer actos solidarios, pero cuando vemos la realidad solo vemos que hacen este tipo de acciones no para ser solidarios  sino para salir en los diarios y tener publicidad y que la gente piense que son buenos, cuando son especuladores financieros o bien, comerciantes voraces que roban con impunidad o  hacen este tipo de ayudas para deducir impuestos, tal como lo hemos visto con muchos “mecenas” que salen en los actos de “caridad” y bueno, es su problema y, cuando menos, algo dejan o ayudan ,dicen los que reciben esa aportación y tienen razón, otros, ni siquiera hacen esto, los hemos visto darse golpes de pecho, espantados porque los pobres tienen “muchos hijos” y los traen casi encuerados y no les dan de comer más que desperdicios y chatarra, pero no hacen nada ni para apoyar con alimentos o con ropa para que satisfagan algo de sus miserias y necesidades. No se ponen a pensar que la miseria los obliga a estar sin conocimientos ni educación, por esa razón, no conocen los “métodos anticonceptivos” y tampoco tienen la capacitación que les permita obtener un empleo y estar en mejores condiciones de bienestar y de vida, eso se olvida por los criticones que no hacen nada y se quejan todo el tiempo para aliviar sus remordimientos y justificar su insolencia y falta de solidaridad, así, vemos a muchos que critican a otros, cuando alguien de buena fe, les brinda alguna ayuda, diciendo que solo fomentan la flojera y alientan a más y más miserables para que anden por las calles pidiendo limosna y apoyo, y claro, esto lo hacen porque ellos traen el estómago lleno, están cubiertos, tienen casa y recursos para pasarla bien y no se ponen a pensar sobre las necesidades de los demás. Eso, sí van a misa y se dan golpes de pecho y se persignan y oran a todas horas y solicitan favores y milagros a los santos y a las vírgenes, pero ellos, no ayudan ni se conmueven ante el dolor de los demás…
         Hablan del espíritu navideño y creen que este solamente es el comprar cosas y regalarlas, gastando dinero que les hace falta a otros más necesitados. El espíritu navideño, no es el comercio que hacen los especuladores y banqueros para que gastemos y compremos muchas cosas que ni siquiera hacen falta, comprar por comprar y reglar por regalar, no es el espíritu navideño, ni el amor, ni la solidaridad que nos brindó la imagen de Jesús a su nacimiento, es hacer lo que debemos para ser solidarios y apoyar a los que necesitan, sin dejar de ser uno con los que queremos y amamos. Deberíamos hacerlo no como un acto de publicidad para promocionarnos y que piensen los demás que somos buenos, sino por el simple hecho de que sabemos y tenemos conciencia de que debemos apoyar a los que nada tienen, con amor y solidaridad, porque así nos lo indica la conciencia y el conocimiento y, porque así, lo queremos y sabemos que debe de ser. Por esto es que, cuando nos soliciten apoyo y ayuda para aliviar algo la tragedia que padecen los familiares y los niños con cáncer, hagámoslo, porque es para una buena causa de amor y solidaridad: DE CORAZÓN A CORAZÓN.

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