jueves, 10 de febrero de 2011

Los presos "libres"

UN VERDADERO ARCOIRIS, ES LA LIBERTAD.

Hace muchos años tuve el honor de saber lo que significaba la LIBERTAD, después del dos de Octubre de 1968, muchos jóvenes que estábamos involucrados en el Movimiento Estudiantil Popular de ese año, sufrimos la represión y vimos la muerte de cerca, muy cerca, muchos de nuestros amigos quedaron tendidos en los patios de Tlaltelolco o en las mazmorras donde nos llevaron detenidos, otros, optaron por la lucha revolucionaria armada y se incorporaron a movimientos guerrilleros y muchos más estuvimos detenidos en la Cárcel de Lecumberri por más de dos años ocho meses. Cuando salimos de esa terrible cárcel pudimos respirar los aires de libertad a pesar de que poco o nada cambiamos el entorno político del país… a pesar de todo, las cosas continúan igual. No hay empleo, los precios suben, hay millones en condiciones de pobreza y pobreza extrema, muchos siguen sin recibir atención médica, millones siguen sin tener un techo digno, millones son analfabetos, otros reciclan los vestidos y por supuesto que no gozan de vacaciones o días de descanso…

No fueron pocos los recuerdos que me volvieron al leer un artículo de Denise Dresser aparecido en el Diario Reforma bajo el título de “Presunto Culpable”, el día 7 de febrero, donde narra el sufrimiento que tuvo que enfrentar José Antonio Zúñiga al que brutalmente le privaron de su libertad, acusándole sin razón y quitándole 804 días de su existencia a él y a su familia, a sus amigos, dejando ver que la justicia está en manos de perversos, brutales y verdaderos delincuentes y que, la policía, puede tener la impunidad para acusar a un inocente y por este solo hecho privarlo de libertad y destruirle para el resto de sus días. Así, José Antonio Zúñiga, fue acusado de un crimen que no cometió y a no ser por el valor de dos abogados, Roberto Hernández y Layda Negrete que documentaron todo este horror y esta represión, logra demostrar que no era culpable y sale en libertad… claro, tal vez, sin familia, largos años desde el 2005 son terribles en cualquier cárcel para destruir a los hombres y a sus familias. Sobre todo cuando no pueden entender la injusticia que han sufrido por el simple hecho de ser acusados por policías corruptos y ser juzgados por brutales jueces sin tener la posibilidad de defensa ante tal injusticia.

Nosotros, fuimos encarcelados por una lucha, por nuestros ideales, por nuestras convicciones, muchos, salieron o quedaron “encarcelados” en su resentimiento, en su frustración, en sus odios, en sus perversidades o sus miedos, otros, gracias al encanto del amor y de la solidaridad de los nuestros y nuestros amigos logramos salir mejor librados, cuando menos, creemos no tener esas barras que siguen encarcelando el alma y doliendo en el resentimiento y la frustración… tal vez, lo logramos porque tomamos distancia de la política activa al darnos cuenta de que los políticos, en su inmensa mayoría, no luchan por ideales o convicciones, sino para darse un espacio en el mercado laboral o para poder entrar a ese campo de la compra venta de conciencias y de posiciones al convertirse la política en un gran negocio. Una de las razones por la que escribí y publiqué el libro “QUE HABLEN LOS PRESOS” es esta, denunciar lo que ocurre en las prisiones del país, no digo todo, porque describir el horror y el terror que se vive en esos “centro de rehabilitación” sería enorme y una labor que debe ser documentada. Si queremos cambiar la realidad es preciso conocerla y así, los que deberían estar en la cárcel, no lo están y, los inocentes, son los que sufren ese horror. La inmensa mayoría de los presos son inocentes, tal como lo ha demostrado José Antonio Zúñiga, gracias al esfuerzo de esos dos abogados, pero no todos tienen esa suerte, los abogados, solamente sacan dinero a las familias y cuando ya no hay, los dejan abandonados, y por ello, las sentencias son terribles. La verdad es que no se vende la justicia, se vende la injusticia y, la injusticia, es lo que vemos todos los días en este país.

Y hay mil formas de represión, hoy, lo vemos en muchas partes del país, con el cuento de la “guerra contra el narcotráfico” se encarcela a muchos inocentes, se lastima a miles de familias que nada tienen que ver con los delitos, se despoja a miles de familias de la tranquilidad y se les acusa, por parte de los policías, con el simple dicho de un “testigo protegido” que solamente resulta ser un delincuente con manipulación y protección de la propia autoridad y esto se está utilizando para liquidar a muchos ciudadanos que luchan, con honestidad, por lo que creen, por sus convicciones, pero hacer esto en el momento actual es, para los políticos, funcionarios, banqueros, policías, un acto de protesta y de insurrección y este simple hecho, le convierte a uno en “enemigo” del gobierno, del presidente o de los políticos y, nos quedamos callados, porque tenemos miedo a esa injusticia y a la brutalidad de la represión y así, siguen en la cárcel miles de inocentes y llegan más a las mazmorras o a los panteones…esta es la cruda realidad y “no la “cruda” del alcoholismo”, es la realidad…

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