jueves, 10 de febrero de 2011

Como los apodos: si te encabronas, se te quedan...

HACE algunos meses me contaban este cuento: “resulta que un señor se ponía furioso si le decían “canica”. Así que un buen día llegó a su casa en estado “inconveniente” y su esposa estaba fúrica, por lo que al llegar con aliento “inconveniente”, la señora, para desquitar el coraje le grito: ¡”Canica”!. El tipo se le fue encima y después de golpearla, esta le seguía gritando: “canica, canica, canica”, al no poder callarla, le apretó la garganta y a punto de asfixiarla, la señor, con la mano y los dedos con los que se lanza una canica, le seguía haciendo señas de canica, canica, canica”… hay veces en que los chistes o las críticas sin sentido o las difamaciones en la política vuelven locos a los políticos y, sobre todo, los señores “asesores!” para justificar su no hacer nada y poder seguir cobrando sin hacer nada, se lanzan como la señora, gritando: canica, canica, canica, de tal suerte que si el político se debería de inconformar, molestar o acelerar por sí mismo, con la “ayuda de sus asesores”, comete muchas tragedias y da instrucciones que les resultan peor que el aceptar, callados, la crítica y aún los insultos, porque nadie podrá negar que en un puesto político nadie esta exento de ser difamado o de que se corran chismes y rumores sobre su impotencia, sus borracheras, sus desviaciones, sus traiciones, sus negocios o simplemente sus pequeños ratos de diversión… esto, es parte de la política.

Curiosamente, estoy leyendo un libro extraordinario: “EL SARI ROJO” (CUANDO LA VIDA ES EL PRECIO DEL PODER), DE JAVIER MORO, EDITADO POR SEIX BARRAL. DONDE NARRA UNA SITUACIÓN SIMILAR A LA QUE SEGURAMENTE LLEVÒ A Felipe Calderón o a sus asesores, a tomar las medidas para reprimir a una destacada periodista como lo es Carmen Aristegui. Resulta que se confronta con la prensa y con sus adversarios que habían sacado una información donde se aseguraba que había recibido, como Primer Ministro de la India, una comisión por la compra de un armamento y escriben: “…En lugar de ignorar acusaciones sin fundamento, salió a defenderse en el Parlamento… pero la verdad ya daba igual. Lo importante para los adversarios de Rajiv era que había picado, que en lugar de ignorar la alegación desde el principio, había reaccionado con tanto ímpetu que había abierto la caja de Pandora de las insinuaciones y falsas sospechas… en un país donde hasta el cartero cobra una pequeña mordida por entregar un correo al pobre de la chabola, donde la práctica del intermediario existe en todas las facetas de la vida y es tan antigua como la propia cultura, resultaba difícil creer que en un contrato de mil millones de dólares nadie hubiera cobrado un céntimo…”. Y en México, sabemos, desde hace muchos años que, los hombres y mujeres del pode, se comportan igual que cualquier ciudadano y echan sus tragos, le ponen “cuernos” a la señora, cobran comisiones, hacen negocios y se dan la gran vida en pachanga y negocios… esta, es una realidad, la vemos todos los días, por esto es creíble una “difamación” como la que hicieron los diputados en la Cámara y, a los que deberían exigir cuentas y disculpas, es a esos diputados … pero no, a ellos, no los tocan ni con el pétalo de una rosa o le invitan las botellas… total, a lo mejor, están celosos de que no les invitan los tragos…

En fin, el libro, nos sigue diciendo: “… En realidad, había reaccionado como un hombre decente. No lo había hecho como lo hubiera hecho un político avezado, buscando un chivo expiatorio y cargándole las culpas. No contó con que se desenvolvía en el mundo sucio de la política donde la verdad no era lo importante, sino su manipulación para sembrar dudas y descalabrar la imagen del adversario…”.

Hace ya muchos años, después de un viaje a la isla de Cuba, había tenido una experiencia cuando convivimos un rato con el comandante Fidel y este, alegre y jacarandoso, nos contaba a los presente varios chistes “anticastristas” y claro, como asistía con algunos pomposos políticos a esa reunión, casi nadie se reía, sin embargo, yo, gozaba los chistes tan bien contados por el Comandante Fidel y le pregunté: “Comandante, ¿por qué razón usted cuenta los chistes “anticastristas”? y él, fijando esa mirada de halcón, me contestó: “Esto es, mexicano, como los apodos. Si te encabronas… se te quedan”… y es verdad, de ahí, cuando conoció Luís Echeverría la anécdota, de inmediato, con esa gran sensibilidad política ordenó que muchos de los chistes se distribuyeran, sobre todo los que hablaban mal de él y de su gestión, esto ha sido como una válvula de escape para muchos resentidos que en vez de actuar en contra, se la pasaban contando chistes del presidente, al que finalmente no le sucedía nada por esa razón… ES VERDAD: SI TE ENCABRONAS,… SE TE QUEDAN. HIP, HIP, HIP…

La verdad es que los consejeros y los asesores no ayudan en nada, solamente complican las cosas, por ello, los viejos políticos decían: “Si quieres que un asunto se resuelva, encárgalo y responsabiliza a una persona. Si no quieres solucionarlo, entonces, convoca a una comisión o dalo a un grupo de asesores”… ya sabemos que los asesores son como las cacas de los pericos: ni huelen ni hieden… nomás están enchinchando e inventando “Soluciones”, procedimientos y claro, complicando las cosas para continuar cobrando sin hacer nada. Lo mejor que debería hacer el presidente es correrlos, porque de ahí salen muchos chismes, sobre todo, cuando todos nos damos cuenta que, los chismes le encabronan y claro, se le quedan…

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