lunes, 29 de septiembre de 2008

La CIA y la conspiración de los generales.

Esos polvos del 68 van dejando nuevos rastros y rostros sorprendidos ante el descobijo que reciben muchos de los que han buscado, siempre, ocultar la verdad y la realidad de los acontecimientos. Siempre ha sido sencillo enlodar o manchar o lanzar acusaciones sin pruebas a las gentes, total, mancha que algo queda, es la consigna para los que realmente están en el lodazal mandando el lodo de sus chiqueros, pero en fin, así es la vida. En 1978, ante los diez años de los acontecimientos del 68, la revista Proceso me entrevisto a instancias de Julio Sherer García y le dimos esa entrevista que con toda la mala leche del mundo se reprodujo con muchas groserías. Por supuesto que soy grosero al hablar y digo cosas que normalmente no se deberían de decir en las entrevistas políticas, pero en fin, lo importante es que, en esa entrevista, que seguramente podrán consultar en la Revista Proceso, decía que: “estándome madreando en las instalaciones del Campo Militar No. Uno, un buen día, sin saber precisar la fecha ni la hora ni el lugar, fui sacado violentamente de la celda donde me encontraba con calentura, y llevado ante la presencia del General Secretario; Marcelino García Barragán. Supuestamente él quería verme y conocer lo que pensaba. Al preguntarle quién era y contestarme su nombre y cargo, de inmediato, como reacción natural, dije alguna grosería hiriente y en su contra, por lo que un general que no supe quién era, me golpeó por la espalda. En eso estábamos cuando escuché una voz fuerte y mandona que decía: A los hombres no se les pega amarrados. Recuerden que éstos jóvenes ahora, son perseguidos y descalificados, pero algún día, serán los que gobiernen al país,.. Creo que recordaba, como, algún día, después de esos tiempos, muchos después, me lo dijo, que se recordaba cuando en el movimiento a favor del general Henríquez Guzmán, al perder el proceso electoral, él era conducido y encarcelado para ser fusilado y un general, lo salvaba de aquel trance,… para que a los años, él mismo, fuera actor de otro acontecimiento histórico, en 68, donde los papeles se cambian”. Así, parado de pronto ante aquel personaje me dijo: ¿”Sabes muchacho lo que está pasando?. No, contesté, la verdad es que nadie sabía en ese momento lo que sucedía porque pensábamos que habíamos llegado a una NEGOCIACIÓN CON JORGE DE LA VEGA DOMÍNGUEZ Y CON ANDRÉS CASO LOMBARDO, que eran los enviados del presidente para iniciar las pláticas y discutir los seis puntos del pliego petitorio, pero en Tlaltelolco, se nos traicionaba y masacraba. Serio en su modo y sereno en su hablar me decía: ¿Sabes que el embajador norteamericano nos ha propuesto a los militares que demos el golpe militar en contra del presidente?. Así, nos han manifestado su apoyo. ¿Qué sabes de esto?. Por supuesto que no sabíamos nada y menos nos imaginábamos que los norteamericanos estuvieran tan preocupados, como lo han venido demostrando muchos documentos y entrevistas de investigadores de sus actos en este proceso, que les preocupaba mucho, en el marco de la “Guerra Fría” y, donde, en aquellos tiempos, esperaban que las fuerzas militares desesperadas ante la ineficiencia de los civiles en el poder, mejor, dieran un golpe militar, como lo venían realizando en toda América Latina. Así, en este manejo, me decía que habían acudido los jefes de las zonas militares cercanas a la capital y se presentaron ante el presidente Díaz Ordaz, en la madrugada, bajando este con temor, para ratificarle que las fuerzas armadas estaban para proteger el civilismo del país y dar su apoyo al presidente, evitando cualquier intento de golpe militar o de asonada. Por esa razón, ahora, entendemos que militares dentro del Estado Mayor y otros más como el mismo Secretario de Gobernación Luís Echeverría fueran denunciados, al tiempo, como miembros de la CIA con claves de Litempo y otras jaladas. Así, entendimos que en el final del 68, no se pretendía hablar o discutir los seis puntos del Pliego Petitorio de los Estudiantes, al contrario, estábamos siendo utilizados para definir la sucesión presidencial entre Echeverría, Martínez Manaotuo, el General Corona del Rosal y por esa misma razón, los norteamericanos, tenían un fuerte interés en que ganara uno de los suyos y no un hombre con clara vocación nacionalista y civilista. Este es un capítulo que se tendría que estudiar mucho para entender lo que realmente sucede en la traición a los estudiantes el dos de Octubre de 1968 y, por esa misma razón, al entender este proceso, declaraba yo, en Ovaciones, en 1971, que: García Barragán había salvado el civilismo en el país, porque de otra manera, de haber aceptado en aquellos momentos las propuestas de los norteamericanos le hubiera sido totalmente sencillo dar “el Golpe Militar”, como en este tiempo se perfila en las filas del poder de la ultraderecha nacional. Así es como ahora entendemos que, desde las filas del mismo gobierno, se me acusaba de ser un agente de la CIA, para desvirtuar lo que se podía decir en aquellos momentos, cuando los verdaderos aliados de esos grupos de Estados Unidos estaban en las filas del gran poder político que ocupaban los puestos importantes y se disputaban el poder en la sucesión presidencial. Así es como se podrá entender el papel jugado por Fernando Gutiérrez Barrios en aquellos momentos definitorios de la sucesión y de su importante papel en las relaciones con Cuba y otros movimientos en América Latina y del Centro, donde se dieron los procesos de guerras civiles. Por esa misma razón, cuando se habla de que los jóvenes del 68 no supieron dar cause de salida al movimiento estudiantil y este se despeñaba en la violencia, la represión y la cárcel, no se sabía todo esto que, ahora, vemos con claridad en el escenario del 68. Por ello, cuando algunos “dirigentes” en su egocentrismo de líderes se precipitaban a brindar su apoyo incondicional a Vicente Fox, alegando que este rompería los esquemas del priísmo y se daría paso a las investigaciones, fueron “chamaqueados” y si, a los más de sesenta años son “chamaqueados”, ya no podemos imaginar que a los veinte, éramos unos “niños de pecho” en las intrigas políticas nacionales e internacionales que jamás entendimos… Por esa razón, cuando algún tonto asegura que en el 68 los representantes fuimos los responsables de la represión y del fracaso del movimiento, no saben de lo que se habla, porque esa realidad que ahora es clara, no se veía en aquellos momentos y, por ello no solamente nos “chamaquearon” sino que nos traicionaros y los grandes responsables son y siguen siendo, los hombres del poder político que gobernaban al país y los que habiendo sido participantes, que alcanzaron puestos como procuradores, gobernadores, diputados, senadores, y funcionarios públicos, o que fueron presidentes y habían participado seriamente en el 68, como Zedillo, no investigaron cuando tenían todo el poder político y legal para hacerlo… prefirieron quedarse callados y dejar que la mierda continuara en este asunto… total, para estar en el poder, hay tiempos para tragar sapos con la sonrisa en la boca, tiempos para digerirlos, tiempos para defecarlos y para aplastarlos… por ello, pasaron tragando, digiriendo y defecando para tener el poder político y gozar del mismo… ahí seguimos: lamentándonos, en la frustración y el resentimiento.

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