miércoles, 12 de abril de 2017

Esclavos sexuales

 Sin lugar a dudas, en la niñez y juventud mucho soñábamos con recorrer el mundo, hacer giras de conquista y de descubrimiento, jamás pensamos en salir de nuestro medio, de la casa, pensando en que seríamos obligados a ello ante situaciones políticas, económicas y sociales que hoy en día afectan a millones de personas de todo el mundo a buscar nuevos rumbos, de mayor seguridad, donde puedan trabajar y vivir en paz, en donde se les proteja de la violencia brutal de las agresiones de dictadores, dogmáticos o perversos que al lado de la delincuencia organizada han tomado el poder en muchas partes del mundo. Unos, controlando el petróleo, el oro negro, otros, manejando y controlando el oro blanco de las drogas y del comercio ilegal surgido del robo y de la expropiación por parte de los grupos de la delincuencia organizada en contra de los pobres. Es la guerra de pobres contra pobres, donde los despojos de la guerra llegan hasta la criminal trata, la explotación sexual de niñas y niños o la esclavitud sexual de jovencitas y jovencitos; el manejo por esos mecanismos del tráfico de drogas y la expansión del uso de las mismas en los grupos vulnerables que por esos medios se esclavizan y se aseguran de su docilidad. Los grupos paramilitares en principio hacen uso de la política y la ideología como forma de aglutinar la lucha y conseguir adeptos, después, se van degenerando ante las difíciles condiciones de la guerra y aceptan entrar al cultivo o manejo de las drogas para que a  cambio consigan dinero para comprar armas y “sostener el movimiento”, después de años y años, donde la ultraderecha impone y opera a los grupos de la contra, la ultraderecha, utiliza a los grupos de la delincuencia organizada para que sean los que limpien la zona de la guerrilla y ocupen el control político, militar y económico de la región, pero como son aliados del gobierno, no dejan tampoco imponer un estado de derecho y realizan actividades que permiten a los jefes de los grupos paramilitares ligados al tráfico de armas, dinero, gentes y drogas, ocultarse en esas regiones y mantener su coto de poder.
         De esta forma se ha ampliado el enorme poder del narcotráfico y del crimen organizado ligado a los grandes operados políticos que, al principio, los utilizan como grupos de choque y de control para terminar aliados en el manejo de los fondos y recursos públicos que se desvían de lo social para entregar a sus cuentas bancarias, dejando en manos de ellos, la brutalidad de la represión y del control social, por tal motivo, ahora, el narco empresariado, la narco política y las narco fianzas, son las que en verdad controlan política y socialmente a las comunidades en los sitios donde la pobreza ha generado un enorme resentimiento social que ha cambiado a los grupos políticos tradicionales por esos grupos delincuenciales y paramilitares, con ello, lo peor para los niños y los jóvenes apenas se comienza a ver, ya que se establecen grandes núcleos de control de gentes que son esclavizadas en los trabajos, en los tugurios, en los grupos de sicarios, en las comunidades empleadas para controlar y distribuir la droga en las calles, y sobre todo, se hacen los grupos de explotación sexual y esclavizamiento sexual de niños y niñas, jovencitas y jovencitos que son brutalmente destrozados en este tipo de eventos, incluyendo la inducción obligada al consumo y tráfico de drogas.
         Por ejemplo, todos sabemos que los políticos y empresarios, los financieros y las policías tienen una compleja sociedad y comunidad de explotación sexual y trata de personas en el Estado de Tlaxcala, y que ahí llegan los padrotes y madrotas que secuestran o consiguen en muchos estados y zonas marginadas o influyentes a los chicos y chicas a las que someterán a la esclavitud y explotación sexual, al tráfico y consumo de drogas y a muchos de ellos, cuando rebasan las edades, las usan como nuevos agentes de control y como sicarios que manejan a los grupos o controlan paramilitarmente la explotación en muchos sitios del país. Miles de jovencitos y jovencitas han sido liquidadas en esas formas y lo grave es que la autoridad solamente alega que ellos son, a lo mejor, huidos de sus casas, y no explotados por esos grupos organizados a los que protegen y mantienen en la impunidad.
         La famosa guerra en contra del narcotráfico ordenada por Estados Unidos y generada por Felipe Calderón, ha dejado al país inmerso en una verdadera batea de sangre, donde más de 186 mil mexicanos han sido asesinados, más de 32 mil han desaparecido, miles han dejado casas, empleos y propiedades para huir de la inseguridad, miles de viudos y miles de huérfanos que son cooptados por los mismos grupos criminales que les dan la opción de sobrevivencia, siendo convertidos en sicarios o agentes de distribución, control o uso de drogas y para mantener el flujo y dinero que generan la trata sexual y los esclavos generados en este campo, o bien, son los que forman las cadenas de protección de los jefes mafiosos o los que operan para que ellos, al lado de empresarios, banqueros, políticos y policías, sean los que suplan a las autoridades de muchos municipios llegando a controlar estados o regiones enteras, donde impera su poder y se protegen sus intereses, de tal suerte que hoy en día, la verdadera fuerza paramilitar en el control político a nivel nacional está basada no en la policía deformada e ineficiente, sino en esos grupos que tienen una red eficiente de administración económica que les permite controlar políticamente muchas de esas regiones. Mientras tanto, miles de muertos, miles de desaparecidos y miles de explotados en la trata o en la esclavitud para el trabajo o lo sexual… la gran tragedia nacional, además de la corrupción y de la ineficiencia política.

No hay comentarios: