lunes, 28 de noviembre de 2011

La inseguridad

Bueno, en este país, seguimos viviendo en el surrealismo y por tal motivo vemos las explicaciones de los políticos, los policías y los funcionarios en el sentido de que las cosas que hacen, no son porque ellos así las determinaron, sino porque se las “exige el pueblo”. Así, en las masacres y la violencia generada en todo el país, donde la autoridad se muestra inexistente o llega cuando han pasado los acontecimientos y las matanzas, los ciudadanos, tenemos que explicarnos las razones por las que se dan esas muestras de violencia y no tenemos argumentos para la explicación, sino la barbarie y la deshumanización de todo. Pero al ver los videos en donde un grupo de policías, con todo el poder que les brinda el ejercicio de su función, acuden a la tortura, nos tenemos que explicar que, no hay cambios significativos y que todo ese cuento del respeto de los derechos humanos por parte de las autoridades es falso y mentiroso.

En realidad, cuando nos comentan que en este sexenio se han “encarcelado” a más de cien mil ciudadanos “ligados al narcotráfico”, pensamos en que muchos de ellos, son gentes inocentes, porque es la verdad, porque les “hicieron confesar” por medio de la tortura y de las amenazas, por medio del chantaje y de poner en sus casas, vehículos y cuerpos “evidencias”, armas o drogas, con el fin de “justificar la consignación” ya que en la inmensa mayoría, éstas “declaraciones y confesiones” se obtienen no por métodos de investigación y de análisis, sino por medio de la tortura y de las amenazas, por medio de la represión y la brutalidad de la policía que en vez de lograr mejorar su imagen, aumentar la confianza de la ciudadanía, la pierden y todos sabemos que en vez de ser una “policía científica” como nos comentan los comerciales y la publicidad oficial, tenemos a policías brutales y torturadores por lo que los ciudadanos no creemos en las instituciones de seguridad y no tenemos confianza en la policía por más que de ella dependa la política del presidente, que se ha aplicado en México no porque los ciudadanos los determináramos, sino porque fuimos engañados, ya que en la realidad, el presidente Calderón, llegó al poder, con muy pocos votos en su favor, porque prometía ser el “presidente del empleo” y no el de la represión y la “guerra contra el crimen organizado”, esto, no implica que la obligación del gobierno no sea el de combatir al crimen y a los delincuentes, pero debería comenzar con sus propios crímenes y con sus propios delincuentes que son los que manchan la labor y desprestigian a su gobierno…

Y bueno, es tal la degeneración de las cosas y de lo que nos asombramos los ciudadanos, que nos resulta terrible el ver que los “gobernadores”, prefieren enviar a sus hijos y familia cercana al extranjero, bajo el argumento que están amenazados por las represalias del crimen organizado y de los narcotraficantes y si ellos que cuentan con todo tipo de protección, que no pagan ni les cuesta, que tienen a su servicio a policías y más policías, que cuentan con vehículos blindados que ellos tampoco pagan, que tienen vigilancia en sus casas y hogares, que pueden disponer de chóferes y todo tipo de servidores y de sirvientes, prefieren salir del país a proteger a sus hijos y seres queridos, los ciudadanos, con tales noticias, nos debemos sentir “cucarachas” porque nadie nos protege, por un lado los policías no nos protegen sino que nos torturan, roban o amenazan y reprimen con cualquier motivo y, por el otro, estamos expuestos a los chantajes, asesinatos y secuestros de criminales, organizados o no, porque la realidad parece ser que, en todo el país, lo que priva es que los delincuentes, oficiales o no, son los que gobiernan y mandan y, los ciudadanos, somos víctimas, sin más, de todos ellos.

Hace unos días en el aeropuerto de la capital me encontré a un gran y querido amigo que se ha distinguido por ser un honesto defensor de los derechos humanos, hombre profesional y valiente, continúa con su labor en el seno de las universidades y en la participación de conferencias y artículos sobre el tema y, rápidamente, comentamos algunos asuntos de la violencia y de la “justicia” en el país y me decía, a reserva de que pronto nos reuniríamos a comentar en detalle el tema, que en el ánimo de las organizaciones de derechos humanos, muchos juristas y ciudadanos, hay la convicción de poner denuncias ante tribunales internacionales, por prácticas de genocidio operadas en este tiempo y que llevará a los tribunales a importantes funcionarios del país que deben responder sobre lo que se está haciendo en México, porque no se puede negar que más de cincuenta mil asesinados, miles de casos en donde simplemente se dice que fueron asesinados por estar relacionados con el crimen organizado o muertos en sus pugnas, sin hacer investigaciones reales, miles de “DESAPARECIDOS” que nadie explica y que no saben en dónde están con la idea de que, muchos, han sido eliminados por los grupos de policías brutales y torturadores a los que se les han muerto en esas sesiones de tortura que sabemos aplican; miles de desplazados, miles de agresiones a habitaciones a donde entran los policías sin orden de cateo, bajo el argumento de que fueron “denunciados anónimamente” y, miles de asesinados, considerados, como “daños colaterales”, sin más explicación; miles de consignados porque los policías tienen obligación de “meter trabajo” y no importa que en esos miles se consigne a miles de inocentes que fueron acusados o a los que arrancaron las “confesiones” por medio de torturas y agresiones, que no fueron investigadas, porque es la palabra de un “presunto delincuente” en contra de la Autoridad y de la ley”… en fin, hay mucho que se debe investigar y explicar, de otra manera, pasaremos a ser como en las viejas dictaduras, donde todo se arreglaba con el “mátalos en caliente”…. Y que conste, no hago “apología del delito”, simplemente, reflexiono.

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