lunes, 9 de abril de 2018

De que los hay, los hay

De que los hay los hay, decía mi abuela cuando se encabronaba por las declaraciones de algunos políticos, y cuando la recuerdo, estoy leyendo las declaraciones de Donald Trump ante un grupo de estudiantes que le solicitaba una regulación de la compra de armas porque son víctimas de las balaceras y de los asesinatos cometidos, no por “enfermos mentales” como dice el presidente, sino por racistas y poca abuela de algunos influenciados por las ideas racistas y discriminatorias, y por ello, con la lógica de un fascista, el señor Trump declaraba que lo mejor sería armar a los maestros y entrenadores para que en un momento enfrentaran a los agresores: combatir el fuego con el fuego, la violencia con más violencia es lo que se busca en este marco ideológico de los fascistas y lo único que podemos decir es que: vaya mucho al racho de AMLO…
Muchos son los políticos que declaran que en los actuales momentos se esperan acciones “firmes” para imponer el “estado de derecho”, es decir, alientan la represión como una forma de evitar la protesta social, y es que no se puede desconocer que  a más del 50% de los mexicanos no alcanzan a comprar la “canasta básica” por sus niveles salariales, y esto, aunado al encabronamiento social y económico de los mexicanos puestos en contra de las acciones de corrupción y de engaño de los políticos, presagia, sin duda alguna, un estado de violencia a punto de estallar, y no podríamos desconocer que el niño del PAN, Anaya, “canalla”, no sabe lo que eso significa, y el señor Mid, se escribe Meade, sumido en su propia mediocridad en los procesos políticos, tampoco sabe a pesar de que se escude en su honestidad y en su preparación y es claro de que no suben simpatías porque no llega a las masas, y esto me demuestra lo que decía mi hija Tania al terminar el doctorado de su especialidad: Pá, la conclusión es que, lo doctor, no quita lo pendenjo, y esto no es contra el doctor Mid, solo es una forma de explicar lo que vivimos…
Hace unos días en un programa de televisión le preguntaban al señor Gates, uno de los hombres más ricos y talentosos del mundo, cuánto costaban algunos comestibles que son comunes en los mercados, y este no solamente titubeaba sino que no le atinaba a los precios, aunque fuera un programa de preguntas y respuestas. Lo mismo sucedería si le preguntaran a los participantes al proceso electoral, cuánto cuesta el kilo de tortillas, el de azúcar, café, bolillo, la carne con hueso, el jitomate, el aguacate, la lechuga, el frijol, los rabanitos, los nopales…. y lo más seguro es que nos saldrían con la batea de babas de que, ellos, no van al mercado, y claro que les interesaría porque eso es lo que marca las mediciones del poder adquisitivo y del precio de la canasta básica, a la cual, ya no pueden acceder millones de mexicanos y eso que esos políticos andan en busca del voto electoral, sin saber siquiera cuáles son los grandes problemas y conflictos que viven los mexicanos. Seguro que nadie sabe cuánto cuesta el pesero, el micro, el metro, el camión,  el precio de la gasolina, porque para eso tienen choferes que pagamos todos los mexicanos, y esto me recuerda que en alguna ocasión uno de los más importantes personajes de la política nacional, al terminar su gestión por instrucciones del todo poderoso señor presidente, y por las intrigas del señor Córdova y de Manuel Camacho, me invitaba a conocer un pinche ranchito en los límites del Estado de México e Hidalgo, en verdad que lo mejor era un arroyo seco y varios aboles de pirú y algunos magueyes a punto de sacar jiote, pero cuando nos trasladábamos al lugar, el chofer, le dijo que teníamos que cargar gasolina y se metió a un estación y al terminar le dio el precio de lo que se consumió, y este personaje de pronto, alarmado, decía: pues es muy cara… claro que no recordaba que durante treinta años, él, jamás había asistido a cargar gasolina para el carro, y cuando llegamos a su casa de regreso del famoso ranchito de pacotilla, le comenté a su señora, y ella me contestó; “Es que no sabe el precio de las cosas ni lo que vale el dinero”, ahora, entrará a la realidad y sin duda no le va a gustar… la nostalgia del poder…
Por ello no podremos dejar de ver y pensar que en las condiciones actuales, el infeliciaje nacional que suma millones de mexicanos, está en la indignación, en la desconfianza y con ganas de hacerla de pedo, haya o no razón, y es así que cuando escuchamos a Anaya el canalla y al Señor Mid, no solamente nos aburrimos, sino que, nos vomitamos, y digan lo que digan, el discurso y lo que explica y la forma en que lo explica AMLO, lo entiende y le impacta hasta al más tarado y así sus niveles de aceptación, son de tal nivel que es difícil que ahora le ganen o roben el proceso electoral, porque ahora si tendríamos serios conflictos, violentos, de forma espontánea, para protestar por el fraude y así, ni modo, deben pensar en que si aceptaron que Fox y Calderón llegaran a la alternancia pactada y aprobada y operada por los mismos gobernantes en turno, hoy en día, quiera o no, Peña Nieto, tendrá que ser congruente con lo que sucede, y así demostrará  que es un demócrata y un hombre sensato y de bien, al aceptar lo que marca la realidad, y por muchas ganas que pueda tener de violentar el proceso sabe, porque es un experto en procesos electorales, de que eso no se pude hacer cuando hay cargadas aplastantes como la que hoy vemos sucede en esa cancha, a pesar de que muchos acompañantes no sean más que muestra de la verdadera mafia del poder, y muestren las peores cartas de presentación cuando son vistos como corruptos y oportunistas, y si de lo que se trata es de ganar con todo esto y a pesar de esto, tendremos que aceptar el cochino y el chiquero… si no, no se podrá hacer carnitas… aunque la carne tenga granillo…

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